Su nuevo y polémico libro "Des Profondeurs de nos cœurs” (Desde lo profundo de nuestros corazones), en el que comparte la autoría con el Papa emérito Benedicto XVI, ha traído al primer plano el nombre de Robert Sarah, un cardenal africano que nació en plena selva de Guinea-Conakry, fue criado en una familia que practicaba el animismo y ha sido señalado como quien encabeza la oposición contra el Papa Francisco.
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Nació el 15 de junio de 1945 en la remota aldea de Ourous, en la sabana de Guinea-Conakry, como parte de una familia que practicaba el animismo, al igual que cerca del 50% de la población en esa época. Incluso en el 2010, se estima que un 6,59% de guineanos mantenía esta creencia religiosa que atribuye a todos los seres, objetos y fenómenos naturales una vida o un alma.
Estudió la primaria y secundaria en su aldea natal hasta 1957, cuando viajó a Costa de Marfil para unirse al seminario menor de Bingerville. Al año siguiente, cuando la hasta entonces colonia francesa de Guinea-Conakry consiguió su independencia, decidió volver. Continuó con sus estudios sacerdotales en el seminario de Dixinn.
Sin embargo, en 1961, el régimen del dictador Ahmed Sékou Touré nacionalizó todas las escuelas católicas privadas, incluido el seminario de Dixinn, por lo que Sarah tuvo que culminar sus estudios en la parroquia de Sainte Croix, en Kindia.
Tres años más tarde, Sarah fue enviado a Francia para estudiar en el seminario Mayor de Nancy. Sin embargo, las malas relaciones entre Guinea-Conakry y Francia obligaron a que el religioso terminara estudiando en Senegal.
Tras pasar por Roma y Jerusalén, Sarah fue ordenado sacerdote con 24 años y arzobispo metropolitano de Conakry, capital de Guinea, 10 años más tarde, convirtiéndose en el obispo más joven del mundo.
En su servicio como pastor, Sarah solía cruzar extensas áreas del país a pie, evangelizando en diferentes aldeas salpicadas por la sabana y de mayoría musulmana. La gran acogida que tenía el religioso generó que el dictador Touré lo considerara una amenaza.
Con la repentina muerte de Touré, en 1984, se descubrió que Sarah encabezaba la lista de personas que el dictador planeaba eliminar.
En el 2001 el papa Juan Pablo II nombró a Sarah secretario de la Congregación para la Evangelización de los Pueblos. En el 2009 el papa Benedicto XVI le encomendó la presidencia del Pontificio Consejo para la Justicia y la Paz. Y un año después el mismo pontífice lo proclamó cardenal de San Juan Bosco in Via Tuscolana.
En el 2014, además, fue nombrado prefecto de la Congregación para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos.
¿Oposición?
Catalogado como parte del ala conservadora de la Iglesia Católica, Sarah ha mostrado mas bien posturas progresistas sobre aspectos de justicia social, medio ambiente, guerra, igualdad económica y buen gobierno.
Sin embargo, esto no ha impedido que en más de una ocasión haya sido señalado como el líder de la oposición al papa Francisco. Y esto se debe principalmente a los libros que ha publicado -el que indica su coautoría con Benedicto XVI es el cuarto de su cosecha personal-, donde se ve una clara divergencia con los llamados del actual pontífice hacia un espíritu reformista.
En sus textos, Sarah ha denunciado la “apostasía silenciosa”, la homosexualidad y ha dicho que la Iglesia debe hablar de Dios en lugar de migrantes porque no es una ONG. El celibato sacerdotal y la presencia femenina en la iglesia se sumaron a la lista después del último Sínodo sobre la Amazonía que se celebró en el Vaticano el año pasado.
“Temo que algunos occidentales estén utilizando esta asamblea para hacer avanzar sus planes. Pienso en particular en la ordenación de hombres casados, la creación de ministerios femeninos y la jurisdicción de los laicos. Estos puntos tocan la estructura de la Iglesia Universal”, dijo Sarah al diario Corriere della Sera en el 2019.
Sin embargo, en la misma entrevista dejó en claro que pese a las diferentes opiniones se mantenía fiel a la autoridad de Francisco. “Lo cierto es que muchos no escriben para contar la verdad, sino para oponer unas personas contra otras, para dañar las relaciones humanas. A estas personas no les importa la verdad. Y la verdad es que la Iglesia está representada por el Vicario de Cristo, el Papa. Y quien está en contra del Papa está, ‘ipso facto’, fuera de la Iglesia”, señaló.