Que Perú esté luchando por clasificar al Mundial Qatar 2022 no nos hace olvidar los problemas que arrastra el país anfitrión. Y no son menores: recordemos que Amnistía Internacional, luego de que se anunciara que el evento se trasladaba allí, sostuvo que esta sería la “copa mundial de la vergüenza”.
AI se refería a las condiciones de trabajo de los encargados de construir algunos de los estadios. ¿Quiénes eran estas personas? “Migrantes procedentes de Bangladesh, India y Nepal que trabajan en la reforma del emblemático estadio Jalifa y el ajardinado de las instalaciones deportivas y zonas verdes circundantes, la denominada ‘Aspire Zone’”, escribió la organización en el 2016.
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Todos ellos fueron explotados: “Algunos son objeto de trabajo forzado. No pueden cambiar de trabajo, no pueden salir del país y suelen tener que esperar meses para cobrar sus salarios”.
Era la única forma que Qatar 2022 podía cumplir rápidamente con su lema: “Espera lo increíble”.
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En abril de este año, la BBC recordó que, para la Copa Mundial, la nación tuvo que construir “nuevos estadios, un aeropuerto, un sistema de metro y varias carreteras”, y resaltó las críticas por el trato a los “30.000 extranjeros” que trabajaron en esos proyectos.
Porque, a pesar de que en el 2017 el Gobierno catarí “implementó medidas para proteger a estos trabajadores del calor excesivo, limitar sus horas de trabajo y mejorar las condiciones de los lugares donde vivían”, los abusos continuaron.
La BBC escribe: “Human Rights Watch señaló en el 2021 que los obreros extranjeros eran sometidos a ‘deducciones salariales ilegales y punitivas’, así como a ‘meses de salarios no pagados tras largas horas de trabajo agotador’”.
“Ese año, la prensa británica afirmó que 6.500 de estos trabajadores -provenientes de India, Pakistán, Nepal, Bangladesh y Sri Lanka- habían muerto en Qatar desde que el país logró la candidatura”, agregó el medio.
Qatar discrepa. Para ellos, entre el 2014 y el 2020 fallecieron solo 37 trabajadores “vinculados a la construcción de los estadios”.
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La comunidad LGTB
En Qatar, la homosexualidad es ilegal.
A pesar de que para el Mundial se trató de mejorar el estado de los derechos de la comunidad LGTB -y prevenir ataques contra, acoso o arresto-, el país no le dio tanta importancia al asunto.
Porque Qatar es un país bastante conservador, al punto que se maneja un código de vestimenta en los espacios públicos. Lo que quieren evitar las autoridades es el uso de “ropa reveladora”.
Infobae recoge que no se pueden utilizar “faldas, leggins, pantalones rotos, vestidos o shorts demasiados cortos”; tampoco son admitidos los “escotes muy pronunciados o que expongan mucha piel en los brazos”, “prendas que tengan frases o mensajes ofensivos”.
Sin embargo, el medio indicó que, según “la plataforma oficial del país para impulsar el turismo”, las “medidas no son estrictas para los visitantes, considerando la cultura de ellos y el clima caluroso que los recibirá al llegar a Doha”.
Los derechos de las mujeres
“El sistema discriminatorio de tutela masculina que se aplica en Qatar niega a las mujeres el derecho a tomar decisiones clave sobre sus vidas”, sostiene Human Rights Watch.
La oenegé habla sobre la tutela masculina.
En Qatar, las mujeres necesitan permiso de sus “tutores masculinos para casarse, estudiar en el extranjero con becas del Gobierno, acceder a muchos empleos gubernamentales, viajar al extranjero hasta cierta edad y recibir algunas formas de atención de la salud reproductiva”.
Por supuesto, es imposible que ellas sean tutoras principales de sus hijos, aun cuando “estén divorciadas y tengan la custodia legal” o si el padre falleció.
HRW agrega: “En 2020, unas mujeres que viajaban sin un familiar varón fueron detenidas por funcionarios aeroportuarios, que insistieron en llamar a su tutor varón para probar que no estaban ‘escapando’”.
“Algunos hoteles prohíben a mujeres qataríes solteras de menos de 30 años alquilar una habitación si no están acompañadas de un familiar varón, y las mujeres qataríes tienen prohibido asistir a determinados eventos e ingresar en lugares donde sirvan alcohol”.
Claro está que el alcohol está prohibido para la mayoría de cataríes. Solo los más acaudalados que visitan ciertos lugares tienen acceso.
Una de las mujeres que sufrió por este sistema fue la mexicana Paola Schietekat. En febrero de este año y luego de denunciar que fue víctima de abuso sexual, la condenaron a cien latigazos y siete años en la cárcel.
Schietekat denunció con pruebas y a la policía que un hombre ingresó a su cuarto y la violó. A las horas, las autoridades la citaron y la obligaron a un careo con el agresor. Para defenderse, el hombre sostuvo que “ella era su pareja sentimental”.
“El País” anota que la ley islámica catarí “es una de las más liberales entre la comunidad musulmana”, porque las mujeres pueden “pueden conducir, no están obligadas a llevar velo y tienen acceso a educación superior”. “Sin embargo, todas aquellas que sean víctimas de violencia sexual son juzgadas por adulterio”.
Justamente, Schietekat fue declarada “culpable de sostener una relación extramarital”.
Similar situación vivió, en el 2016, una turista de Países Bajos. Luego de ser violada por un catarí, fue condenada a un año de cárcel -que luego se redujo a tres meses- y a pagar US$ 845.
La prosperidad falaz
¿En qué momento Qatar se volvió un país tan poderoso que hasta la FIFA obvia que sus leyes violan el derecho internacional?
Mohamed Badine El Yattioui, profesor de Relaciones Internacionales en la American University in the Emirates, recuerda que Qatar aprovechó el dinero conseguido por la venta del gas/petróleo para invertir en varios negocios.
“Se volvió un país lujoso porque hubo una estrategia desarrollada por la familia reinante, una estrategia basada en la inversión en diversos sectores. Por ejemplo, en medios de comunicación con Al Jazeera, clubes de fútbol como el Paris Saint-Germain, etc.”.
Esto se sucedió, cuenta el especialista, durante la segunda parte de los años 90 porque “hubo voluntad de transformar ese pequeño país que nadie conocía, pero que tenía riquezas, en algo más grande”.
Porque hasta antes de este plan, Qatar era un país más dentro del gran desierto.
Para la BBC, países como Arabia Saudita, Bahréin, Kuwait y “otras monarquías musulmanas suníes del Golfo Pérsico” vivieron procesos similares.
La bonanza, agrega el medio, se sucedió gracias a la capacidad de los gobernantes de “redistribuir los ingresos del petróleo entre varios grupos de interés y transformar los excedentes restantes en activos valiosos, como bienes raíces, arte y acciones”.
El Yattioui acota:
“Los ingresos sirvieron para elevar la calidad de vida de su población, que es muy pequeña. Son cerca de un millón de cataríes. Eso les permite tener muchos beneficios económicos y sociales”.
“La otra consecuencia de este proceso fue la inversión en infraestructura, una forma de mostrar a su capital Doha como una de las más lujosas del mundo”.
Y, claro, convertirla en sede de eventos como la Cumbre sobre Cambio Climático de la ONU.
“A partir de la designación de Qatar como sede del mundial, muchas oenegés empezaron a observar qué es lo que pasaba en el país. Lo que descubrieron fue que los derechos laborales no se correspondían con lo que decía la Organización Internacional del Trabajo y con el objetivo catarí de aumentar su influencia en la región y el mundo, y eso afectó su imagen”.
¿Se pueden explicar los abusos contras las mujeres y minorías a partir de la religión?
“No es la religión como tal, sino una interpretación de la religión. Qatar es un país como Arabia Saudita, es decir, con una visión muy rigurosa de la religión musulmana. En ese sentido, el código penal es bastante conservador, lo que permite entender cómo es que el caso de la mexicana terminó de esa manera”.
“Qatar no es una democracia y no debe ser pensada desde los criterios occidentales de separación de poderes. El poder está concentrado en manos de una familia, un modelo que existe en todos los países del Golfo y que es de tradición beduina y tribal”.
El Yattioui concluye: “Y ha sido esa misma concentración de riquezas la que permitió que la familia reinante invierta en la estabilidad del país, logrando que la gran mayoría de sus ciudadanos viva de manera lujosa”.