Sergio David Urrego Reyes tenía 16 años y estaba a punto de graduarse de bachillerato cuando el 4 de agosto pasado subió a la azotea de un centro comercial de Bogotá, en Colombia, y se lanzó hacia la muerte.
Detrás, el joven homosexual que desafiante proclamaba en su perfil de Facebook "Mi sexualidad no es mi pecado sino mi propio paraíso", dejaba una serie de cartas que conectaban su suicidio con el "infierno" vivido durante meses en su colegio.
Y ahora la Fiscalía General de la Nación se apresta a acusar penalmente a la directora y la psicóloga del centro educativo por el tratamiento dado a Urrego, el que según la familia del joven forzó la trágica decisión del adolescente.
"Hay suficientes elementos probatorios para imputar al menos un delito: el de actos de racismo y discriminación", le dijo a BBC Mundo Carlos Fernando Guerrero, el asesor del despacho del vicefiscal que también está asesorando a la fiscal encargada del caso Urrego.
"Este es un delito que en Colombia únicamente existe a partir de la Ley 1.482 del 2011, es decir es de creación reciente", destacó el funcionario.
"Ésta va a ser la primera imputación que se va a realizar bajo esa figura", explicó Guerrero.
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CASO EMBLEMÁTICO
La audiencia de imputación de cargos está convocada para este 28 de febrero y la Fiscalía también estará acusando a las funcionarias del Gimnasio Castillo Campestre por falsa denuncia.
Según la Fiscalía, Urrego empezó a ser discriminado por intercambiar expresiones de afecto con una pareja del mismo sexo. (Foto: AFP)
Pero, según Guerrero, es la posible discriminación por la orientación sexual la que hace el caso particularmente emblemático.
"Esta sería la primera discusión judicial que se daría en Colombia sobre actos de discriminación contra una persona homosexual. Y va a marcar un precedente judicial para casos posteriores, además de mandar un mensaje muy contundente para la sociedad", apuntó Guerrero.
Lo mismo opina Mauricio Albarracín, de la organización no gubernamental Colombia Diversa, que trabaja por los derechos de las minorías sexuales.
"Es un caso muy importante porque va a haber una consecuencia penal para un colegio que estableció una estrategia de discriminación en contra de un estudiante. El colegio utilizó todo su poder para discriminarlo, hasta que lo llevó a la muerte", aseguró Albarracín.
"Y para nosotros es un caso trascendental para lograr la verdad, la justicia y la reparación en el caso de Sergio, como también para establecer una medida ejemplarizante para otros casos de discriminación que ocurren en los colegios en Colombia", le dijo el activista a BBC Mundo.
El colegio, por su parte, siempre ha negado haber discriminado a Urrego.
El abogado de las dos imputadas, Víctor Manuel Zuluaga, no cree que las acusaciones se sostengan.
"Desde un punto de vista jurídico solo se puede hablar de discriminación cuando existe un acto doloso, en el que existe la intención expresa de dañar a otro y el acto se repite, es persistente en el tiempo", explicó Zuluaga.
"Y eso no describe de ninguna manera lo que pasó en el colegio", le dijo a BBC Mundo.
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DISCRIMINADO Y ACUSADO
Según la Fiscalía, las expresiones de afecto de Urrego hacia su pareja hicieron que el colegio le ordenara asistir a tratamiento psicológico, que no se le exigía a las parejas heterosexuales que exhibían el mismo tipo de comportamiento.
"A Sergio Urrego también le abren un proceso disciplinario en el colegio por violar el manual de convivencia por supuestos actos obscenos: los besos a su pareja. Pero las parejas heterosexuales se daban besos, se daban caricias, pero a ellos nunca les dijeron que eran actos obscenos", relató Guerrero.
La actitud del colegio fue duramente criticada en los medios y las redes sociales, y frente al mismo también fueron organizados plantones de protesta. (Foto: Colombia diversa)
Según el Ministerio Público, al joven tampoco se le permitía regresar a clases hasta que no se completaran los procedimientos.
Zuluaga, sin embargo, desmiente que alguna vez haya existido un proceso disciplinario en contra de Urrego o que se le haya impedido asistir a clases.
El abogado afirma que el aparente trato diferenciado dado al adolescente y su pareja no tenía que ver con su orientación sexual, sino con el hecho de que las expresiones de afecto que éstos compartían "estaban desbordadas".
"Estos son asuntos (estudiados por) las comunidades pedagógicas de adolescentes, eso lo señala la pedagogía. Si usted consulta los journals (publicaciones académicas) recientes sobre esos temas va a encontrar que el colegio actuó como correspondía", le dijo a BBC Mundo.
Y Zuluaga también considera profundamente injusto que no se tomen en cuenta otros factores y se responsabilice exclusivamente al colegio por la decisión fatal de Urrego.
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ACUSADO DE ACOSO
En sus cartas, Urrego también se evidencia torturado por acusaciones de un supuesto acoso en contra de su pareja –un compañero de colegio– que él desmiente categóricamente.
"Esta carta se ha escrito con el fin de esclarecer ciertos datos acerca de la denuncia de acoso sexual que han puesto los padres de mi ex pareja. Lo hago de manera escrita debido al suicidio que he cometido y porque no quiero que los 16 años de vida que tuve se hallen con una oscura mancha llena de mentiras", se lee en una de las misivas.
"En la memoria de mi celular y en el escritorio de la PC quedan dos pantallazos de nuestras conversaciones en Whatsapp que demuestran que él no se sintió acosado en ningún momento, pues respondía con naturalidad a los mensajes".
"Él puede confirmar la veracidad de toda esta información, así como los testigos de nuestros actos (cuando había). Nunca en mi vida he acosado sexualmente a nadie, me parece un acto reprochable", afirma en otra.
Esta acusación parece ser la base de la imputación por falsa denuncia, aunque Zuluaga insiste en que la misma fue una iniciativa de los padres del amigo de Urrego, en la que nada tuvo que ver el colegio.
Pero la institución, de orientación católica, sigue en el ojo del huracán desde aquel aciago 4 de agosto.
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“DOS COLOMBIAS”
Además de la inminente denuncia penal de la Fiscalía, Colombia Diversa interpuso por su cuenta una acción de tutela, rechazada en primera instancia por el Consejo de Estado, la que sin embargo pronto podría llegar a la Corte Constitucional.
"Básicamente lo que buscamos es que el juez constitucional determine que Sergio fue discriminado y que las instituciones fallaron en protegerlo", explicó Albarracín, representante de esa ONG.
"Queremos que se revise además el Sistema Nacional de Matoneo, porque en el caso de Sergio se evidencian vacíos importantes. Hay una Ley de Convivencia Escolar que básicamente es pura burocracia", le dijo a BBC Mundo.
Por lo demás, el caso sin duda plantea una pregunta importante: en lo que se refiere al tratamiento de los homosexuales ¿cuál es verdaderamente la Colombia de hoy? ¿La del colegio que intenta corregir lo que ve como una obscenidad, o la que cuenta con instrumentos legales para intentar evitar que los gays sean discriminados?
"En realidad hay dos países al mismo tiempo. La Colombia que discrimina y la que reacciona en contra la discriminación", dijo Albarracín, recordando las numerosas manifestaciones de apoyo a Urrego.
"Vivimos en una sociedad que todavía está debatiendo este asunto", resume Albarracín.
Y es un debate que está por regresar de nuevo a los tribunales.