Las feroces críticas contra la reacción del gobierno de Jair Bolsonaro ante el coronavirus crecen a la par que los estragos de la enfermedad en Brasil. (Foto: Reuters)
Las feroces críticas contra la reacción del gobierno de Jair Bolsonaro ante el coronavirus crecen a la par que los estragos de la enfermedad en Brasil. (Foto: Reuters)
/ UESLEI MARCELINO
Redacción EC

En Brasil, hasta los delincuentes tienen más conciencia sanitaria que el presidente .

Mientras el mandatario brasileño dedicó las últimas semanas a calificar el de una “pequeña gripe” y se burló de las pautas de aislamiento social que rigen en el mundo, traficantes y bandas criminales anunciaron toques de queda nocturnos en varias favelas de Río de Janeiro para enfrentar al COVID-19.

Queremos lo mejor para la población. Si el gobierno no tiene la capacidad de arreglarlo, el crimen organizado lo resolverá”, dice uno de los mensajes enviados a residentes de algunas favelas -como Rio das Pedras, Muzema y Tijuquinha- a los que tuvo acceso el medio brasileño G1.

Además de insólitas situaciones como esa, la falta de medidas rápidas ante la pandemia está dejando pérdidas irreparables en Brasil. Las feroces críticas contra la reacción del gobierno crecen a la par que los estragos del virus en el país sudamericano, donde este martes las muertes por la enfermedad subieron de 34 registradas el lunes a 46. En tanto, los contagiados ya son 2.201, lo que significa 310 nuevos casos en 24 horas.

En los últimos días, Bolsonaro, cuyos sus índices de aprobación están en mínimos desde que asumió el cargo, se vio obligado a adoptar medidas restrictivas para contener la pandemia, como el cierre de sus fronteras terrestres, y económicas para mitigar sus efectos a través de un millonario plan de inyección de liquidez y ayudas a algunos sectores empresariales.

También aprobó que los empresarios no le pagaran a sus empleados hasta por cuatro meses, con la que esperaba mitigar el impacto de la crisis en la economía. Sin embargo, revocó la medida horas después de dictarla ante el aluvión de críticas que recibió por parte de sindicatos, políticos e incluso empresarios.

Una imagen de Jair Bolsonaro con una máscara facial y la frase "La histeria daña la economía" se proyecta en la pared de un edificio de Sao Paulo como una forma de protesta contra el presidente por su manejo de la pandemia del coronavirus. (Foto: AFP)
Una imagen de Jair Bolsonaro con una máscara facial y la frase "La histeria daña la economía" se proyecta en la pared de un edificio de Sao Paulo como una forma de protesta contra el presidente por su manejo de la pandemia del coronavirus. (Foto: AFP)
/ MIGUEL SCHINCARIOL

Pero son los gobernadores estatales, las autoridades locales y, como hemos mencionado, hasta los jefes de las bandas que operan en las favelas los que vienen tomando desde hace semanas las severas medidas que Bolsonaro recién empieza a aceptar.

En Sao Paulo, el gobernador Joao Doria decretó el sábado una cuarentena de quince días a partir de este martes, que contempla el cierre de todos los establecimientos comerciales, menos los de salud, alimentación y seguridad.

La orden dictada en Sao Paulo, la región de Brasil más golpeada por el COVID-19, provocó que Bolsonaro criticara la "histeria” creada en torno al coronavirus y arremetiera contra Doria.

Para decir la verdad, se trata de un lunático. Está aprovechando la situación para hacer política. Está aprovechando para crecer políticamente”, dijo el mandatario el sábado al ser interrogado sobre las medidas de excepción adoptadas por Doria.

Bolsonaro también redobló sus ataques contra los gobernadores regionales en una entrevista por televisión la noche del domingo, llamándolos “asesinos de empleos” por ordenar el cierre de tiendas en un esfuerzo por desacelerar el brote. También ha criticado las recomendaciones de evitar las misas y cultos en iglesias y templos evangélicos.

Pese al discurso del presidente, el respaldo de la gente está puesto en las autoridades que han actuado a tiempo frente al virus. Según una encuesta del Instituto Datafolha publicada el lunes por el diario “Folha de Sao Paulo”, los brasileños están evaluando mejor a los gobernadores que a Bolsonaro pues un 54% de los consultados consideró que su respuesta a la pandemia era “excelente” o “buena”, mientras que solo un 34% dio la misma calificación al presidente de Brasil.

Un nuevo liderazgo

Pero durante toda esta crisis ha emergido una nueva figura política en Brasil, alguien que era casi un desconocido para las masas. El ministro de Sanidad Luiz Henrique Mandetta pasó del anonimato a ser el miembro del Gobierno mejor valorado.

El ministro de Sanidad Luiz Henrique Mandetta durante una reunión en Brasilia con los gobernadores para definir estrategias para combatir el coronavirus. (Foto: EFE)
El ministro de Sanidad Luiz Henrique Mandetta durante una reunión en Brasilia con los gobernadores para definir estrategias para combatir el coronavirus. (Foto: EFE)
/ Joédson Alves

Con el 55% de aprobación de los encuestados, según el sondeo de Datafolha, Mandetta, un funcionario pragmático y determinado de 55 años, lidera los índices de aprobaciones del Ejecutivo por su gestión frente a la pandemia, muy por delante de Bolsonaro, que se queda en un 35%.

De carácter discreto y tono didáctico, Mandetta ha insistido reiteradamente en la necesidad de que la gente permanezca en casa, un mensaje que ha colisionado con la forma de pensar del propio Bolsonaro.

Creo que Mandetta estaba exagerando”, dijo hace unos días Bolsonaro a CNN Brasil, al ser preguntado por la afirmación de Mandetta de que el frágil sistema sanitario de Brasil colapsará bajo el peso del coronavirus antes de fines de abril.

Mientras continúa la tensión entre Mendetta, los gobernadores regionales, los brasileños y Bolsonaro, el coronavirus ya ha llegado a los 27 estados de Brasil, el país más extenso de la región y que cuenta con unos 210 millones de habitantes.

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¿Qué es el coronavirus?

De acuerdo a la Organización Mundial de la Salud (OMS), los coronavirus son una amplia familia de virus que pueden causar diferentes afecciones, desde el resfriado común hasta enfermedades más graves, como el síndrome respiratorio de Oriente Medio (MERS-CoV) y el síndrome respiratorio agudo severo (SRAS-CoV).

El coronavirus descubierto recientemente causa la enfermedad infecciosa por coronavirus COVID-19. Ambos fueron detectados luego del brote que se dio en Wuhan (China) en diciembre de 2019.

El cansancio, la fiebre y la tos seca son los síntomas más comunes de la COVID-19; sin embargo, algunos pacientes pueden presentar congestión nasal, dolores, rinorrea, dolor de garganta o diarrea.

Aunque la mayoría de los pacientes (alrededor del 80%) se recupera de la enfermedad sin necesidad de realizar ningún tratamiento especial, alrededor de una de cada seis personas que contraen la COVID-19 desarrolla una afección grave y presenta dificultad para respirar.

Para protegerse y evitar la propagación de la enfermedad, la OMS recomienda lavarse las manos con agua y jabón o utilizando un desinfectante a base de alcohol que mata los virus que pueden haber en las manos. Además, se debe mantener una distancia mínima de un metro frente a cualquier persona que estornude o tose, pues si se está demasiado cerca, se puede respirar las gotículas que albergan el virus de la COVID-19.

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