Chapecó recibió el sábado los cuerpos de sus futbolistas muertos en un accidente aéreo de Medellín, para rendirles un tributo multitudinario en el estadio donde este pequeño equipo del sur de Brasil había ganado notoriedad continental.
Dos Hércules-130 de la Fuerza Aérea Brasileña (FAB) se posaron a media mañana con pocos minutos de diferencia, bajo una lluvia torrencial, con los restos de los 50 futbolistas y directivos del club repatriados desde Colombia.
Los ataúdes, cubiertos por las banderas verdes del equipo, fueron retirados de los aparatos bajo escolta militar, en medio de la congoja marcada por llantos y aplausos de los allegados de las víctimas.
Los féretros fueron alineados en las plataformas de cuatro camiones, que iniciaron una lenta procesión de 9 kilómetros hasta el lugar que aclamó la epopeya que convirtió al pequeño equipo en finalista de la Copa Sudamericana, un sueño que se estrelló en las montañas de Medellín.
En el estadio, el sobrecogedor silencio acompañado por un hilo musical con temas emotivos, solo se rompía al grito de "Campeones, campeones", cuando las pantallas mostraban imágenes del cortejo.
Empapado por la lluvia junto a su hija de diez años, cubierta con la bandera del equipo y el pelo chorreando, el mecánico Rui Alonso Thomas tiene los ojos rojos de un llanto que trata de contener.
"Veníamos a todos los partidos, lloviera o hiciera sol. Nuestro sueño por fin era real, estaba tan próximo, que no hay explicación", afirma emocionado a la AFP.
"Chapecó va a tardar mucho en recuperarse, pero yo voy a seguir viniendo al estadio", añade.
"Vinimos porque el Chapecoense está en nuestro corazón, es nuestra familia. La lluvia no nos ha parado porque teníamos muchas ganas de despedirles", coincide Patricia Carraro, una cajera de 32 años.
—Desafío logístico—
Se espera la llegada de unas 100.000 personas desde diversos puntos de esta próspera región industrial al oeste del estado de Santa Catarina.
La gran mayoría, sin embargo, deberá seguir el velatorio desde el exterior, a través de dos pantallas gigantes, dado que las gradas del Arena Condá solo tienen capacidad para 19.000 espectadores
A las carpas metálicas instaladas en el césped del Arena Condá solo podrán acceder 2.000 personas, familiares y allegados de los fallecidos.
A la complicada gestión de la muchedumbre se suma el protocolo de recepción de las diferentes autoridades y figuras del fútbol que acudirán a mostrar su pesar por el mayor accidente aéreo del deporte mundial.
El presidente Michel Temer llegó a Chapecó por la mañana, y se reunió en el aeropuerto con familiares de las víctimas.
Inicialmente la participación del impopular mandatario debía limitarse a ese encuentro, pero finalmente decidió apersonarse en el estadio, indicó la Presidencia.
El su decisión inicial "quizás le orientaron sus asesores por miedo a que le abuchearan. Para nosotros eso no es lo principal", dijo Alexandre Bledin, un arquitecto de 34 años. "Pero para mí es lo de menos en este momento. Son cuestiones políticas que ahora no importan", declaró.
Varias personalidades confirmaron su presencia, como el presidente de la FIFA, Gianni Infantino, y el seleccionador de Brasil, Tite.
La gran mayoría de los 71 fallecidos en el accidente serán velados en el estadio. Los otros eran tripulantes del avión o periodistas de grandes medios que fletaron vuelos para trasladar los cuerpos, indicó a la AFP un portavoz de la FAB.
Tras la ceremonia, las familias podrán viajar con sus fallecidos a sus lugares de origen, ya que la mayoría del plantel era de fuera de Chapecó.
El accidente se produjo la noche del lunes cuando el avión que transportaba al plantel del Chapecoense que iba a jugar la primera final de la Copa Sudamericana ante Atlético Nacional de Colombia, se estrelló cerca de Medellín.
Fuente: AFP
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