Nací en México en 1986. Soy hija única. Ahora soy editora de contenidos en Vice México, donde trabajo desde hace ocho años. Identificar una historia de interés, encontrarle el ángulo y la relevancia es lo fundamental en un reportaje.
Laura Woldenberg dictó hace poco un taller sobre documentales en el Festival de Periodismo Gabriel García Márquez. Llegó en representación de Vice News, el canal de noticias y documentales de la compañía multimedia para jóvenes con el mismo nombre y uno de los líderes en producción y distribución de contenidos.
—¿Cuál es su labor en Vice México?
Es un poco esquizofrénico. Cumplo labores directivas de toma de decisiones y armo equipos de trabajo, pero también superviso los contenidos tanto de texto como de video, lo que es mi fuerte.
—¿Cuándo empezó a trabajar ahí?
Fue cuando estaba en la universidad que me invitaron a participar. Cuando ingresé era una pequeña oficina de tres personas, ahora ya perdí la cuenta de cuántos somos.
—¿Ahí ya sabía que lo suyo era el periodismo?
No, eso lo supe recién a los 25 años. Vice me permitía hacer muchas cosas, desde organizar festivales hasta hacer un reportaje. En ese proceso descubrí que lo mío era el documental y que la cámara es una llave que te permite entrar a mundos a los que no podrías llegar de otra manera.
—¿Qué los diferencia de otros medios, por ejemplo, en México?
La mayoría de medios en México depende del presupuesto del Gobierno; en cambio, el modelo de negocio de Vice es interesante porque nos evita tener que depender de otros poderes, lo cual nos permite tener una agenda amplia, sin sesgos ni censura.
—¿Qué detalles consideran antes de emprender un documental?
Primero, el tema debe contestar la pregunta de si es interesante y tú lo verías: ¿estás contando algo nuevo? Lo que buscamos en Vice es entender el mundo en el que vivimos. Entonces, vamos a contar cualquier historia que te sorprenda y te haga entender lo que está ocurriendo.
— ¿Cuál de estos documentales la ha sorprendido?
Uno de los trabajos que puso a Vice News en el mapa fue el del Estado Islámico. En ese momento, que era el 2014, todo el mundo hablaba de ellos. Nosotros encontramos un acceso con los cabecillas, fuimos a las ciudades convulsionadas, hablamos con los habitantes, con todos.
—¿Qué medidas de seguridad tomaron y toman para ese tipo de coberturas?
Tenemos un servicio de asesoría de riesgos, pero lo que es básico es entender el contexto de la zona adonde vas y asegurarte de ir con alguien del lugar. Y, claro, llevar un teléfono satelital, informar a tu base la ruta que vas a tomar y reportarte una o dos veces al día.
—¿Alguna cobertura que recuerde?
Cuando grabamos el documental “Heroína mexicana: la ruta de la amapola”, en Guerrero. Fuimos acompañados por un comunero que nos permitió el acceso. Claro, estábamos en riesgo, ya que si subes ahí solo puedes hacerlo con el Ejército, pero por lo menos tienes ciertas garantías.
—Se dice que los videos en Internet no deben durar más de tres minutos...
Es muy difícil que un video de tres minutos te pueda aportar algo. Nosotros apostamos a hacer contenido que aporte algo. Así como hay series que duran 8 horas, pues hay gente que también ve nuestros documentales, que duran 30 minutos o menos. Yo creo que existen momentos para todos.
— ¿Cree que existe objetividad en el documental?
No, en absoluto. Desde el momento en que pones una cámara y la apuntas hacia un lado ya estás tomando decisiones y editorializando el contenido. Al tomar decisiones, pues es imposible lograr la objetividad.
—¿Vice es el modelo hacia el que apuntarán los medios tradicionales?
Lo que sucede con los medios tradicionales es que su modelo de negocio de vivir solo de la publicidad ya no está funcionando. Vice es un modelo de negocio interesante. Justamente es la diversidad y la diversificación de lo que hacemos en Vice lo que nos permite tener ingresos en diferentes cosas y ser una empresa exitosa.