El fallido golpe de Estado contra el gobierno de Luis Arce en Bolivia puso en vilo al país altiplánico durante horas con escenas de militares cercando la céntrica Plaza Murillo en La Paz y tanques avanzando hacia la sede del Ejecutivo. La crisis, sin embargo, no duró mucho y terminó con el repliegue de los rebeldes y con el comandante general del Ejército, Juan José Zúñiga, principal autor del asalto, enmarrocado y presentado ante la ciudadanía por las autoridades.
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“El general Zúñiga quería tomar el mando, el poder, pero hemos logrado con la Policía evitar que este trágico hecho se consumara”, dijo el ministro de Gobierno, Eduardo Del Castillo, que también presentó a Juan Arnez Salvador, ex comandante de la Fuerza Armada Boliviana. “Estas dos personas estaban en un vehículo brindado, que impactó contra las puertas del Palacio Quemado. Buscaban derrocar a un gobierno electo democráticamente”.
El inédito intento de insurrección fue condenado por la comunidad internacional, que expresó su respaldo a Arce y al respeto de los valores democráticos.
En diálogo con El Comercio, Raúl Peñaranda, periodista y analista político boliviano, destaca el carácter sorpresivo del intento de golpe y apunta que, aunque aún hay mucha confusión sobre las motivaciones de Zúñiga, esta crisis le da un impulso al debilitado gobierno de Arce.
-¿Cómo se explica este intento de golpe de Estado en Bolivia? ¿Había indicios de que algo así estaba cerca de ocurrir?
Yo creo que este intento de golpe de Estado es una cosa muy puntual, hecho por un comandante en específico. Todavía no se conoce el móvil del asunto, ni por qué tomó esta decisión. Primero apareció el lunes en un canal de televisión apoyando fuertemente a Luis Arce y criticando a Evo Morales y luego resulta que más bien intenta hacer un golpe de Estado contra Arce, tal vez como una decisión un poco desesperada al saber que iba a ser destituido. No se entiende bien, la verdad es que en Bolivia hay muchas hipótesis de qué es lo que ha sucedido, pero ninguna ofrece mucha claridad sobre este punto. Por lo tanto, no se puede decir que había indicios, porque este general era un general bastante “institucional”, de perfil bajo y de repente salió a hacer una declaración tan fuerte como la que hizo el lunes y hoy mismo con sus acciones de movilizar a algunos carros de asalto, etc. Es una acción que no se podía esperar.
-¿Es esta intentona una acción individual del comandante Juan José Zúñiga? ¿O es posible que hubiese algún sector o fuerza política detrás?
Es una cuestión individual, única de él, no hay una fuerza política, creo yo, que esté detrás de esto. Hay versiones en las redes sociales que están circulando profusamente de que esto era un autogolpe y que era una manera del gobierno de generar apoyo, etc. Yo no quisiera especular al respecto, pero hay una sensación en parte de la ciudadanía de que esto no era más que un show. Habrá que seguir viendo en los próximos días si eso es así o no.
-Tanto el presidente Luis Arce como el exmandatario Evo Morales -exaliados y hoy rivales políticos- convocaron a la ciudadanía a movilizarse. ¿Es este un esfuerzo unificado? ¿Cómo impacta este intento de golpe en la relación de ambos?
No, no es un esfuerzo unificado, lo han hecho cada uno por su lado, porque en primer lugar parecía que el intento golpista o el intento de detener a Morales, según lo que se difundió el lunes, era, por supuesto, algo contra Morales, y hoy día resultó ser algo contra Arce. Entonces, cada uno por su lado ha tratado de movilizar a su propia base, no es algo unificado. Yo creo que este intento de golpe empeora la relación entre ambos, en todo caso no la mejora. Es una relación prácticamente rota, un enfrentamiento completo, una animadversión mutua muy, muy fuerte. Este tema creo que si no agrava, por lo menos tampoco ayuda en nada en su relación.
-¿Qué consecuencias puede tener este intento de levantamiento para el gobierno de Arce y para Bolivia?
Yo creo que a Arce le da un poco de oxígeno. La gente ha reaccionado en contra de este supuesto golpe, o por lo menos algunos sectores más afines al gobierno han reaccionado de esa manera. Arce ha tenido, además, el apoyo de la comunidad internacional, los presidentes prácticamente de toda la región y muchos del mundo se han referido a este tema y le han dado su apoyo. Yo creo que le da algo de oxígeno a un gobierno que está muy débil, con muchas dificultades, con muchos problemas. Y para Bolivia simplemente es la demostración, en primer lugar, de que la democracia boliviana es suficientemente sólida. Estamos en el año 42 de la democracia, después de recuperarla en 1982. Pero también demuestra que tenemos un gobierno muy débil, tenemos un gobierno que no ejerce autoridad y que permite este tipo de sucesos, precisamente por su incapacidad de actuar.