Justo días después de cumplir seis meses en el poder, el presidente de Argentina, Javier Milei, logró su primera victoria de peso en el Congreso. El Senado aprobó la La Ley de Bases, también llamada Ley Ómnibus, el ambicioso paquete de reformas con las que el mandatario liberal busca tener mayor margen de maniobra y gobernabilidad para reformar el Estado.
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Aunque fue aprobada con modificaciones, la Casa Rosada celebró como una decisión “histórica” la luz verde para la ley de desregulación de la economía, que ahora volverá a la Cámara de Diputados para su sanción definitiva.
El Gobierno cedió en aspectos como las privatizaciones de empresas públicas y sufrió un rechazo en la subida de impuestos, pero el Ejecutivo anunció que insistirá en esos temas ante la Cámara Baja.
En diálogo con El Comercio, el analista político argentino Santiago Rodríguez Rey señala que el camino que seguirá ahora la ley es bastante sencillo y que el mayor reto será para Milei, pues ahora ya cuenta con las herramientas que reclamaba para gobernar.
—¿Qué significa esta victoria para el gobierno de Milei?
Logra destrabar un nudo en el cual se había visto envuelto el gobierno y demuestra hacia afuera que existe alguna capacidad de avanzar negociando, lo que en cierto punto es importante. También significa que Milei es capaz de aprobar una ley llegado el caso de ser necesario. Muchas de las modificaciones que hizo inicialmente en el país se dieron a través de un decreto, que tiene un camino más sinuoso porque por un lado es un camino directo para que el presidente cree legislación, pero por otro se ve embebido en zonas grises. En el caso de la Ley de Bases es el cuerpo legislativo el que aprueba una serie de modificaciones amplias sobre un conjunto de leyes en una posición de cambio buscado por el gobierno. Esta aprobación demuestra que el gobierno, más allá de su actitud original de buscar leyes con más de mil artículos, pudo reducirlos como fruto de la negociación, y con eso alcanzó un resultado. Demuestra que más allá de la prepotencia se puede llegar a un resultado.
— ¿Qué cambios principales se han hecho a la ley para su aprobación en el Senado?
En realidad, la ley fue sufriendo muchos cambios más allá de los puntuales en el último tramo. El espíritu se mantiene como el de una ley de bases y puntos de partida, que es lo que pretende ser, pero en realidad esas bases y puntos de partida han quedado bastante erosionados. Si bien esta ley le da la posibilidad al gobierno de asentarse sobre ella, ha tenido cambios en el régimen de inversiones para las fortunas, en lo que es el impuesto a las ganancias, en el tema de bienes personales. Ha habido cambios en las empresas que quedaban habilitadas para privatizar, también se dieron cambios en la declaración de emergencia, que al inicio abarcaba 11 materias y ahora pasaron a ser 4. Ha habido una negociación en la cual ha habido muchos cambios: los que mencioné son los principales, pero han sido muchos más.
— ¿Qué pasará ahora con la Ley Ómnibus?
Ahora el camino es bastante sencillo, la ley está aprobada, lo que está por definir es si los cambios que se realizaron en el Senado pasan o no pasan, entonces la cámara iniciadora, en este caso la de Diputados, es la que debe aceptar estos cambios y tiene la posibilidad de hacerlo a la carta. Originalmente el espíritu de la Constitución era aprobar o rechazar en general, pero una lectura que se realizó en 1995 permite que se haga artículo por artículo. Los artículos que no fueron modificados ya están aprobados, hablamos de los que fueron modificados, que vuelven a ser revisados por la Cámara de Diputados.
— El gobierno ha cedido un poco en las privatizaciones de empresas públicas y en la subida de impuestos pero ha dicho que va a insistir en la aprobación de estos temas en la Cámara de Diputados. ¿Qué tantas posibilidades tiene de lograrlo?
El Jefe de Gabinete, Guillermo Francos, ha sido algo ambiguo en esa declaración y dijo que van a mandar proyectos por separado sobre propuestas concretas, entonces en algún punto está diciendo ‘bueno, quizás no vamos a insistir demasiado’ porque saben que ya hubo un desgaste importante en la Cámara de Diputados entre los que colaboraron en los bloques dialoguistas, que son los que intercedieron para modificar la ley y que se encaminase a la aprobación. Entonces creo que quizás no es astuto seguir erosionando este diálogo y en algunos puntos lo que más conviene al gobierno sea dejar que pase y en todo caso insistir individualmente en las privatizaciones, por ejemplo de Radio y Televisión Argentina o Aerolíneas Argentinas o El Correo. Quizás no le conviene presionar ahora, puede que insista en la Cámara de Diputados, está todo en veremos, pero quizás consideren que es un desgaste adicional tras lo sufrido en los últimos meses y crean que no es necesario insistir.
"El gobierno ha cumplido 180 días, llega a los seis meses de gobierno justo con la aprobación de la Ley de Bases. Es como que por un lado está demostrando que las cosas se pueden aprobar, y, por el otro, ahora ya puede arrancar a gobernar"
— ¿Qué estrategia adoptará Milei tras este triunfo en el Senado?
Hay una cuenta de “X”, adjudicada a uno de sus máximos colaboradores, que señala que estratégicamente al gobierno le convenía que la ley no se aprobase y yo creo que es verdad. El gobierno ha cumplido 180 días, llega a los seis meses de gobierno justo con la aprobación de la Ley de Bases. Es como que por un lado está demostrando que las cosas se pueden aprobar, y, por el otro, ahora ya puede arrancar a gobernar. Las excusas que tenía para no avanzar y no llevar adelante su plan de gobierno se terminaron, como un piano que cae y habrá que ver si alguien lo ataja o si se destroza contra el suelo porque las afirmaciones de que no lo dejan gobernar o cualquier tipo de excusa ya no van.
— ¿Ve que el gobierno adopte pronto esa postura?
Tal vez intentará agarrarse de algún detalle como las protestas que puedan surgir. Pero incluso en el comunicado del gobierno en el cual se mencionan los supuestos actos terroristas en las protestas del miércoles 12, también se afirma que ya se puede avanzar con el Pacto de Mayo impulsado por Milei, así que ellos mismos están planteando que ya se dio vuelta a la página y ahora el gobierno ingresa a otra etapa. Al asumir eso, la tolerancia de la gente para con el gobierno también va a ingresar en otra etapa, si bien la reacción de la ciudadanía no va a tener un efecto inmediato puede que sea un movimiento tectónico más pronunciado de lo que hoy en día la opinión pública está demostrando con los números de aprobación que en general se mantienen.
— ¿Puede Milei realmente salir fortalecido a pesar de las protestas en su contra?
Las protestas lo ayudan. Incluso hubo discursos ayer de la oposición más dura que parecían estar trabajando para la vicepresidenta Victoria Villarruel, que tuvo un protagonismo muy importante porque le tocó desempatar. Algún senador fue incluso innecesariamente agresivo con la vicepresidenta con un tono de ‘usted me tiene que escuchar para aprender’, una serie de comentarios que lo único que hacen es demostrar esta distancia que permanentemente el gobierno plantea con la clase política.
— ¿El mayor reto que tiene Milei ahora está a nivel interno?
El problema que tiene Milei es que aprobar esta ley lo gradúa como político, entonces a partir de ahora va a tener que hacer muchísimo esfuerzo para que no se lo vea como uno más, es un esfuerzo mucho mayor porque ya tiene las herramientas que él reclamaba. Pese a que la ley se aprobó con desgaste, erosiones y disminuciones -incluso se bromea con que la ley ómnibus pasó a ser una ley taxi y luego una ley moto-, se aprobó y ahora le toca ponerse el traje de un presidente con más acción.