Tragedia en Rusia. 17 personas perdieron la vida tras un ataque balazos en una escuela de la república de Udmurtia, en los Urales. De este número, 11 niños fueron las víctimas, según cifras oficiales del gobierno.
El autor del tiroteo, que tuvo lugar el miércoles en la mañana, fue identificado como Artiom Kazántsev, de 34 años, y graduado del mismo centro educativo. Él estaba en el registro de pacientes de un psiquiátrico.
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El atentado se produjo en la escuela nº88 de Izhvesk, una ciudad situada al oeste de los Urales, que dividen la parte europea de la zona asiática de Rusia, y que alberga las fábricas de los fusiles de asalto Kalashnikov.
Kazántsev, quien se suicidó tras su acto criminal, llevaba una camiseta con simbología nazi, según se aprecia en las imágenes difundidas por el Comité de Investigación, organismo que se ocupa de procesar los delitos más graves. Realizó varios disparos antes de pegarse un tiro.
Se ve también en el video el cuerpo del individuo recostado en el suelo, con sangre alrededor del cráneo.
“Los investigadores están llevando a cabo un registro de su residencia y estudiando su personalidad y su entorno”, señaló el Comité en un comunicado.
El atacante estaba armado con dos pistolas reconvertidas para disparar con munición letal. En los cargadores de las armas se puede leer la palabra “odio” escrita con pintura roja.
Dos maestros y dos vigilantes de seguridad del centro educativo figuran en la lista de fallecidos.
Los medios de comunicación de Rusia reprodujeron videos que muestran el pánico en el interior del colegio. Algunas tomas mostraban sangre en el suelo de un aula y un agujero de bala en una ventana, con niños agachados debajo de sus carpetas.
De acuerdo con el Ministerio Ruso de Sanidad, aún permanecen en hospitales de la ciudad de Izhevsk 23 personas, entre ellas 21 niños. La cartera explicó que 12 personas se encuentran en estado grave.
Por el caso se abrió una investigación por “asesinato” y “porte ilegal de armas”, transferida al Comité de Investigación de Rusia.
El presidente ruso, Vladimir Putin, calificó el ataque de “acto terrorista inhumano”, indicó el portavoz del Kremlin, Dmitri Peskov.
“El presidente se solidariza profundamente con todos aquellos que perdieron a sus seres queridos, a sus hijos, en esta tragedia, y desea la recuperación de aquellos que resultaron heridos por este acto terrorista inhumano”, expresó Peskov en el comunicado.
Las autoridades de Udmurtia declararon tres días de luto por las víctimas del ataque.
Preocupante aumento
En Rusia ha crecido la preocupación de que los criminales puedan imitar el tipo de masacres a tiros que han plagado las escuelas y otros centros en Estados Unidos. El fenómeno de los tiroteos solía ser muy inusual en allí, especialmente en colegios, pero desde hace algunos años se ha vuelto más frecuente.
El mismo Putin expresó su preocupación, atribuyendo las causas a sucesos importados de Estados Unidos y al efecto perverso de la globalización. Durante la conferencia de prensa tras el último ataque, Peskov aseguró las autoridades volverían a analizar la eficacia de las leyes y regulaciones sobre las armas.
Este lunes no solo pasó la masacre en Izhvesk. Ese día también un hombre abrió fuego en un centro de reclutamiento del ejército ruso en Siberia, hiriendo de gravedad a un militar.
Pero, lo ocurrido ahora es la última de una serie de casos similares que han ocurrido en escuelas rusas durante los últimos años.
En abril, un hombre armado “descrito como “enfermo mental” abrió fuego en una guardería de la región central de Ulyanovsk, matando a un profesor y dos niños. Al igual que Kazántsev, el autor del ataque se disparó a sí mismo.
En 2021, ocurrieron en Rusia dos matanzas separadas en las ciudades centrales rusas de Kazán y Perm.
En setiembre de ese año, un estudiante vestido con ropa táctica negra y casco armado con un rifle de caza mató a seis personas, la mayoría mujeres, los edificios de la Universidad Estatal de Perm. A diferencia de los dos últimos tiradores, el atacante se enfrentó a la policía y fue abatido.
En mayo, un exalumno de 19 años mató a tiros a nueve personas en su antigua escuela de Kazán. Pes a que padecía de un trastorno cerebral, se le consideró apto para recibir una licencia para la escopeta semiautomática que usó esa vez.