La inmigración es desde hace años uno de los temas más conflictivos en la política del Reino Unido. Por estos días, la presión sobre el gobierno conservador ha aumentado con la publicación de nuevas cifras que revelan que, pese a sus esfuerzos, un número récord de migrantes entró al país en el 2022.
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La migración neta al Reino Unido ha aumentado de 488.000 en el 2021 a 606.000 en el 2022, anunció la Oficina de Estadísticas Nacionales (ONS). La nueva cifra es casi el doble del nivel del 2018, informa el diario “The Guardian”.
Otro récord importante: de los inmigrantes que llegaron en el 2022, más de 45.000 personas lo hicieron de forma irregular. En cuando a datos más recientes, se estima que más de 5.000 migrantes han cruzado las aguas del Canal de la Mancha, de Francia a Inglaterra, en lo que va de este 2023.
“Los números son demasiado altos, es tan simple como eso. Y quiero derribarlos”, dijo el primer ministro británico, Rishi Sunak, en el poder desde octubre del año pasado y quien ha prometido más medidas para controlar la inmigración.
Por ello, la ministra británica del Interior, Suella Braverman, ha reafirmado que uno de los principales objetivos del gobierno es reducir el número de inmigrantes tanto legales como indocumentados.
La ministra afirmó en abril que las personas que entran ilegalmente en el Reino Unido después de cruzar el Canal de la Mancha a bordo de pateras “poseen valores que están en desacuerdo con nuestro país”, así como “niveles elevados de criminalidad”. Mencionó el “tráfico de drogas, la explotación y la prostitución”.
“Tenemos gente aquí que viene aquí ilegalmente. Eso en sí mismo es un comportamiento criminal y es por eso que estamos estableciendo nuestro nuevo marco sobre la migración ilegal”, dijo.
Stopping the boats is my top priority and is one of the five promises Prime Minister @RishiSunak has made to the British people.
— Suella Braverman MP (@SuellaBraverman) March 7, 2023
That is why today I have announced the new Illegal Migration Bill. pic.twitter.com/0yylDPt5JT
EL PESO DEL BREXIT
La presión sobre el gobierno no es gratuita. El Partido Conservador prometió en vehemencia en las elecciones del 2019 -cuando la situación de la inmigración ya era crítica- que la migración neta se reduciría durante la vigencia del actual Parlamento, pero el fracaso en el cumplimiento de esa meta ya es inevitable.
Un factor importante en el debate es que los últimos gobiernos conservadores prometieron que tras el Brexit podrían “recuperar el control” de las fronteras del Reino Unido, pero, aunque el divorcio de la Unión Europea se materializó en el 2016, los niveles de inmigración no dejan de aumentar.
El primer ministro Sunak, hijo de padres indios que se mudaron al Reino Unido desde el este de África, está entre la espada y la pared. Por un lado, intenta cumplir las promesas de su partido y, por otro, debe atender las demandas de la economía y el sector público de permitir más migrantes, paradójicamente, también a causa del Brexit, que ha provocado un cambio en la fuerza laboral que llega al Reino Unido.
Frente a esta situación el primer ministro destacó las medidas anunciadas esta semana para limitar la reagrupación familiar por parte de estudiantes internacionales. Se trata de las acciones “más eficaces que todo lo anunciado anteriormente en materia de lucha contra la inmigración”, afirmó.
A partir de enero solo los investigadores de posgrado podrán traer consigo a familiares dependientes. Además, los alumnos extranjeros no podrán cambiar de una visa de estudiante a una de trabajo antes de completar su formación.
PROBLEMA MUY COMPLEJO
Según la ONS, las llegadas de personas desde afuera de la Unión Europea incluyeron a 361.000 estudiantes y sus familias, 235.000 personas que venían por razones relacionadas con el trabajo, 172.000 que venían en planes humanitarios de países como Ucrania, Hong Kong y Afganistán, y 76.000 personas que solicitaban asilo.
Sin embargo, Rodrigo Murillo, historiador y analista internacional experto en Europa, considera que la migración proveniente de Ucrania o Hong Kong no es la que le pone los pelos de punta a los británicos de postura dura hacia la inmigración.
“La ucraniana y hongkonesa es una migración, mal que bien, occidental. El problema que tienen los europeos es con la migración que no se incorpora, que no se asimila. Hay migración de gente que entra a Francia, Inglaterra y otros países y que no tiene ningún interés ni de hablar el idioma, ni de incorporarse a la cultura y, a la vez, muchos no paran hasta traer a más familiares. Es por eso que es una migración tan potente y que los europeos tienen la idea de que no la pueden controlar”, dice a El Comercio.
Explica que muchos de lo que se oponen a la inmigración se quejan porque en países como Francia, Alemania e Inglaterra no se tiene la oferta privada de servicios que sí hay en el Perú. “En Europa, lo mejor, por décadas, ha sido lo público, lo gratuito, a lo que tenía acceso todo el mundo porque te quitan la mitad de tu sueldo para cotizar estos servicios. Ahora lo que pasa es que ha llegado esta cantidad tremenda de gente y los servicios no han aumentado”, apunta el experto.
Añade que el problema es de difícil solución política porque el propio sistema judicial inglés tiene particularidades que impiden medidas duras para frenar la inmigración.
Un ejemplo es que el exprimer ministro Boris Johnson llegó a un acuerdo con Ruanda para enviar allí a ciertos solicitantes de asilo, medida defendida por la ministra del Interior. Sin embargo, el plan está paralizado a la espera de decisiones de los tribunales, ante los que recurrieron varias ONG defensoras de los inmigrantes.
En medio del debate, el alto comisionado de la ONU para los derechos humanos, Volker Türk, criticó la creciente discriminación contra refugiados, solicitantes de asilo y otros colectivos en países como Estados Unidos, Reino Unido o Italia, “acompañada frecuentemente de leyes que van contra los migrantes”.
“Esta situación se está desarrollando en países como Reino Unido, EE.UU., Italia, Grecia o Líbano, y es particularmente preocupante que algunas leyes parezcan diseñadas con el fin de limitar la capacidad de las personas para solicitar asilo y otras formas de protección”, remató el funcionario de la ONU.
Rodrigo Murillo
Historiador y analista internacional experto en Europa
El reporte pone a la luz que a pesar de las medidas del gobierno conservador, que hicieron de la reducción de la inmigración su piedra angular, 600 mil migrantes han entrado al Reino Unido de manera ilegal. Esto es interesante porque el motivo principal que generó el Brexit fue que se identificaba a la Unión Europea y fundamentalmente a su legislación favorable a los derechos humanos como el principal impedimento que tenía el Reino Unido para recuperar el control de sus fronteras. Pero ya salieron de la Unión Europea y no las pueden recuperar, de hecho, si algo ha sucedido, es que el problema ha aumentado.
Hay dos motivos fundamentales para entender esta problemática. El primero es que el Reino Unido está cosechando el resultado de aplicar políticas que favorecían el rubro de los servicios en desmedro de la industria inglesa. Lo que ha pasado, en mi opinión, es que han perdido mucho control geopolítico, en el sentido de que ya son incapaces de dominar el mar que los rodea. No pueden controlar la llegada de las pateras, por más que se ponen de acuerdo con Francia y ponen guardacostas no pueden controlar la llegada masiva de migrantes al Reino Unido.
La pregunta es si esta llegada masiva de migrantes es espontánea y una consecuencia natural de la situación de violencia en Medio Oriente y África, o si, por el contrario, hay intereses de terceros estados que utilizan a la migración para desestabilizar no solo al Reino Unido, sino también a la Unión Europea.
El segundo tema que contribuye a estos altos números de migración es que por más que el Reino Unido democráticamente intenta darle el voto a partidos que se muestran muy duros contra la inmigración, la realidad es que el sistema legal inglés cuenta con un montón de garantías que permiten poner veto a las normas antiinmigración.
Es un problema súpergrave, yo no creo que políticamente haya solución porque el día de mañana Rishi Sunak puede ponerse a aprobar leyes más agresivas o un veto contra la migración, pero la verdad es que el sistema legal es favorable a los derechos humanos, a la libre movilidad de las personas y no va a faltar una organización, un grupo político o un líder social y la situación continúe igual.