Sigue vivo y coleando. Y la explicación para que a los 85 años Silvio Berlusconi sea uno de los voceados para la presidencia italiana seguramente le parece evidente: “Yo soy el Jesucristo de la política. Soy una víctima paciente, me sacrifico por todo”.
“Es un gato con siete vidas, un personaje que ha pasado por todo”, explica Enrique Banús, director del Instituto de Estudios Europeos de la Universidad de Piura.
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Empresario exitoso que vio en el A.C. Milán una forma de consagrarse ante la afición y crearse una plataforma electoral. A diferencia de otros que se interesaron por ese mismo sendero -Mauricio Macri, por ejemplo-, Berlusconi manejaba un imperio mediático. Uno más uno, la política fue el siguiente paso.
De allí en adelante, sus aventuras personales cobraron mayor protagonismo que sus logros políticos. No importa que visitera saco y corbata, la opinión pública veía al personaje fiestero y sinvergüenza.
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“Tiene su jale, eso está bastante claro”, agrega Banús. “A mí me parece horrible y sería muy sorprendente si saliera elegido como presidente”.
Igual opinión tiene el grupo que se reunió hace pocos días para protestar en contra de la posibilidad de que el hombre de moral cuestionable ocupe ese cargo. Porque valdría recordar que, a sabiendas, tuvo relaciones sexuales con una menor de edad (Karima El Marough), y que organizaba las famosas fiestas “bunga bunga” que él disfrazó de cenas elegantes y que realmente eran reuniones donde “jóvenes modelos disfrazadas de monjas, Obama o Ronaldinho bailaban” hasta desnudarse.
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¿Qué tan factible es que quien ya ha sido tres veces primer ministro italiano se convierta ahora en el presidente de la república?
“Es importante tener en cuenta que esta no es una elección directa. Hay una cámara especial que elige al mandatario”, aclara Banús.
En efecto, este 24 de enero, en una sesión especial del Parlamento, se reunirán los representantes de la Cámara de Diputados, el Senado y representantes de las regiones de Italia para designar quien ocupará dicho puesto por siete años.
¿Las funciones? El presidente es el encargado de recibir a los representantes diplomáticos y de ratificar los tratados internacionales. Además, puede indultar y conmutar penas.
Es también el encargado de formar gobierno. Es, finalmente, un “árbitro de la política”.
Banús explica: “Para ese puesto se suelen elegir viejas glorias y se busca a alguien que esté más allá de los intereses partidistas”.
“Eso, en el caso de Berlusconi, no es tan claro”.
Banús sostiene que el gobierno de Berlusconi no fue malo “desde el punto de vista político”. Además, él representa a la derecha capitalista. lo que puede ser atractivo si se tiene en cuenta que los últimos gobiernos de izquierda “han sido inestables”.
“Recuerda a la alcaldesa de Roma [, Virginia Raggi]. Ella llegó como una estrella emergente y ha sido desastrosa”.
Un objetivo complicado
Es verdad que Silvio Berlusconi mantiene cierta posición de poder dentro de la política italiana, pero también es cierto que los años ya le pasan factura. El politólogo italiano Francesco Tucci anota que su capacidad de liderazgo se ha reducido mucho.
“No ha llegado muy bien a los 85 años. Tiene problemas de salud, ha perdido la lucidez que tenía y eso se ha hecho evidente”.
“Durante las últimas elecciones se equivocó varias veces al hablar del programa electoral de su partido”.
Ahora solo queda la sombra de esa “máquina de guerra” que solía ser.
¿Lo ve como el próximo presidente?
Tucci recuerda cómo se suelen suceder este tipo de elecciones.
“Él hubiera tenido que ocultar su candidatura estratégicamente. Cuando se habla de un candidato antes de las reuniones, el nombre se quema”.
“Ahora, también hay que tener en consideración los juicios en contra suyo y cómo todo eso lo desacredita”.
En el 2008, por ejemplo, se lo acusó de comprarle el voto a un senador y provocar la caída del gobierno de Romano Prodi. El caso prescribió en el 2018.
Ni hablar de la batalla legal que sostuvo con su exesposa Verónica Lario por diez años.
“Además, el primer ministro Mario Draghi podría ser candidato a la presidencia. Él ya ha dicho que no tiene ningún problema, que, si le necesita para estabilizar al país, el hará lo necesario”.
“Draghi le gusta mucho a la centroizquierda, lo quieren como presidente, así que van a chocar contra la centroderecha”.
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