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La información que llega desde Ucrania muestra lo mucho que le está costando al ejército ruso entrar a su capital, Kiev. Después de tantas idas y vueltas, da la impresión de que el presidente Vladimir Putin no puede dar el golpe de gracia para someter a su par Volodimir Zelenski, aun cuando, por lo menos en el papel, las fuerzas rusas son muy superiores.
¿Será que Putin subestimó a los ucranianos?
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“Eso es lo que parece”, dice Enrique Banús, director del Instituto de Estudios Europeos de la Universidad de Piura.
“Se esperaba que Putin hiciera una guerra relámpago, pero se ha topado con mucha resistencia. Incluso ha tenido problemas dentro de su organización: hace poco, humilló a su consejo de seguridad y les exigió que todos estuvieran a favor”.
“Parece que se estaría quedando solo, incluso en la propia Rusia”.
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¿Las armas provistas por Occidente habrán marcado una diferencia? Banús sostiene que no han sido muchas, y que, en realidad, lo que les da ventaja a los ucranianos sobre los rusos es conocer su tierra.
“No es una guerra de guerrillas, pero hay elementos que se aplican a esta coyuntura. La gente que conoce el lugar sabe dónde esconderse para atacar al gran ejército que entra”.
“Y también es porque los que están defendiendo son personas supermotivadas, a diferencia de los que atacan”.
Al respecto, Rubens de S. Duarte, especialista en seguridad y coordinador del World Political Analysis Laboratory, propone una interrogante. Puede que las armas estén haciendo una diferencia en este momento, pero, ¿por qué Occidente recién está apoyando ahora?
“Es curioso. Pudieron haber mandado antes estas armas, pero lo hacen cuando Ucrania demuestra que es capaz de repeler el ataque por sí sola”.
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Civiles resisten el ataque ruso, protegidos en una de las estaciones del Metro de Kiev. EFE
/ ROMAN PILIPEYLas tres opciones de Rusia
Hubo sorpresas tanto para Occidente como para Vladimir Putin, sostiene Duarte. Al inicio, se esperaba que Rusia solo invadiera el sur de Ucrania, pero Putin quiere dar el golpe a Kiev. Con ese objetivo en mente, él tampoco se esperó una defensa tan fuerte.
No es lo único que no se esperaba.
“El primer día fue espectacular para Rusia. Hicieron un despliegue de sus fuerzas por mar y tierra”.
“Desde entonces se les ha hecho muy difícil porque hay mucha distancia entre el campo de batalla y los centros de distribución. Logísticamente tiene muchos problemas para mantener la cadena de comida y agua para las tropas, y el combustible para sus equipos”.
Por eso, dice Duarte, es que se ha tenido que apoyar en Bielorrusia, que está más cerca. De ahí que Kiev no fuera atacada solo por rusos sino también por parte del ejército del presidente Aleksander Lukashenko.
Hay evidencia suficiente para decir que la guerra relámpago de Putin falló, anota Duarte. “Y ahora se ha detenido a negociar, así que eso nos tiene que decir algo”.
“Hoy mismo, Rusia tiene tres opciones”, según este experto en seguridad.
La primera es negociar, aunque las últimas cumbres entre diplomáticos y presidentes han demostrado las dificultades para llegar a un lugar común con los rusos.
“Sin embargo, podríamos recordar la crisis de los misiles de Cuba. Entonces parecía imposible llegar a un acuerdo, pero sucedió”.
La segunda opción es ir con todo, “all in”. “Enviar todas sus fuerzas para golpear Kiev y, con eso, a todos los involucrados, hasta civiles. Eso causaría un gran problema”.
La tercera opción es la menos probable: retirarse.
“Y Rusia pasaría de ser una potencia militar al país que no fue capaz de ganarle a Ucrania. Sería una gran derrota geopolítica”.
Por eso es que, tal como se viene desarrollando la guerra, a los ucranianos solo les queda resistir.
“Oponerse va a cansar a los rusos. Seguir peleando ya es una victoria para ellos y una derrota para los rusos. Y eso lo sabe Putin, por lo que el único camino que le queda si las negociaciones fallan es ir con todo”.
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