Cada vez que se cuestionaba la invasión rusa a Ucrania, Moscú respondía que era en respuesta al avance de la OTAN. La amenaza de tener a la coalición occidental tan cerca suyo, era intolerable. Entonces quedó claro que era solo una excusa, sin embargo, hoy la situación cambia por completo con el anuncio de Finlandia. El vecino de Rusia ha expresado su deseo de adherirse “sin demora” a la Organización del Tratado del Atlántico Norte.
Ha sido la misma Rusia la que empujó a los finlandeses a elegir un bando. Después de la Segunda Guerra Mundial, Helsinki fue neutral y, por décadas, solo un 30% de la población quería sumarse a la coalición liderada por Estados Unidos y creada bajo la sombra de la Guerra Fría. La invasión a Ucrania y las masacres a los civiles los habrían convencido: según la BBC, en el 2021, el 40% se oponía, cifra que en la actualidad bordea el 16%; de igual forma, la simpatía por la idea se duplicó, llegando al 62% de aprobación.
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“Ser miembro de la OTAN reforzaría la seguridad de Finlandia. Como miembro de la OTAN, Finlandia reforzaría también a la Alianza en su conjunto. Finlandia debe ser candidata a la adhesión sin demora”, se leyó en un comunicado publicado este jueves por la primera ministra, Sanna Marin, y el presidente Sauli Niinisto.
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Si se llegara a concretar la adhesión, se terminarían más de ocho décadas de neutralidad del país nórdico. Aparentemente, Finlandia no encuentra posible otra manera de proteger sus cerca de 1.400 kilómetros de frontera con Rusia.
En paralelo, Moscú puso el grito en el cielo. Su cancillería respondió: “Rusia se verá obligada a adoptar medidas de respuesta tanto técnico-militares como de otra clase con el fin de contrarrestar las amenazas que han surgido para su seguridad nacional”.
La decisión, vista desde el Kremlin, viola el Acuerdo de Paz de París de 1947 y el que firmaron ambos países en 1992. Ambos dejaban en claro que no se admite la posibilidad de ingresar a una alianza o de prestar su territorio “para una agresión militar contra la otra parte”.
“El objetivo de la OTAN [...] es claro: proseguir su ampliación hacia las fronteras de Rusia, crear un nuevo flanco de amenaza militar para nuestro país”, señala Moscú.
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Juego de tronos
¿Cómo cambiará Europa si Finlandia entra a la OTAN? “Si recordamos que se trata de un país con plenos derechos en la Unión Europea, no habría ninguno cambio en ese plano”, dice Enrique Banús, director del Instituto de Estudios Europeos de la Universidad de Piura. “Sí los habrá en el de defensa, por supuesto. El flanco norte de la alianza se reforzará ahora que se permita estacionar las tropas en su territorio”.
Pero Banús pide tomar las cosas con calma. “Rusia ya reaccionó con enojo y amenazas, pero desconocemos qué va a pasar. Saber cómo reaccionará Moscú sigue siendo un misterio”. Y no solo por la inexistente transparencia en los procesos del Kremlin, sino también porque lo que se venía anticipando no ha sucedido.
Por ejemplo, se esperaba y temía que el 9 de mayo -gran efeméride para Vladimir Putin- Rusia anunciara medidas contundentes, como que entraban a una nueva fase de la guerra. Pero no fue así. “El discurso de Putin fue muy repetitivo, muy similar al anterior. Y hubo sorpresa: ¿por qué no ha dado una nueva vuelta de tuerca a la invasión? Quizás porque no puede. No lo sabemos”.
“Pero, por lo que vamos viendo, no creo que se suceda una nueva Guerra de Invierno. Es verdad que toda la información que se maneja no se puede contrastar, pero todo apunta a que Rusia no tienen la capacidad para desencadenar una guerra en otro frente”.
“Sabemos muy poco, así que solo queda esperar al final de la guerra para saber qué es lo que sucedió”.
Un poco de historia
Para “El País”, la invasión de Rusia a Ucrania “recuerda los enfrentamientos del Ejército Rojo con las fuerzas finlandesas en el siglo pasado, en los que Helsinki no cedió al autoritarismo de Stalin y logró preservar su soberanía pese a perder el 10% de su territorio”.
En efecto, recuerda la agencia AFP, antes de la paz y la neutralidad, Finlandia “fue una provincia rusa (1809-1917) y también fue invadida por la Unión Soviética en 1939 [durante la llamada Guerra de Invierno]”. Mucho antes también se registran conflictos bélicos. De hecho, la fortaleza de la ciudad fronteriza Lappeenranta -ubicada a escasos 20 kilómetros del territorio ruso- fue edificada en 1775 por los rusos, “tras una sangrienta batalla en que cientos de finlandeses murieron”.
Más tarde llegaría la Segunda Guerra Mundial y la invasión a la que se hizo referencia en el párrafo anterior. Después de la Guerra Fría -tiempo en el que Moscú le obligó a ser neutral-, Finlandia se suma a la Unión Europea.
En paralelo, la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) empezó a ganar prestigio y sumar países a sus filas. Fundada el 4 de abril de 1949 en Washington, alineó a los países más poderosos de Occidente. Fue recién en 1999 que se sumaron las exnaciones comunistas como Polonia, Hungría y la República Checa; en tanto que, en marzo del 2004, se adhirieron Rumanía, Bulgaria, Eslovenia, Eslovaquia, Estonia, Letonia y Lituania. Más tarde, daría la bienvenida a Albania y Croacia y, recientemente, Montenegro y Macedonia del Norte. La llegada de Finlandia sirve para aumentar el cerco que limita a Rusia.