El ministro del Interior francés, Gerald Darmanin, habla durante una conferencia de prensa después de la reunión semanal del gabinete en París el 1 de febrero de 2023. (Foto: Ludovic MARIN / AFP)
El ministro del Interior francés, Gerald Darmanin, habla durante una conferencia de prensa después de la reunión semanal del gabinete en París el 1 de febrero de 2023. (Foto: Ludovic MARIN / AFP)
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Agencia EFE

El adoptó este miércoles un que pretende acelerar las expulsiones de sin papeles, en particular los delincuentes, pero al mismo tiempo creará un permiso de trabajo de un año para los que ocupen empleos en sectores con escasez de mano de obra.

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El objetivo de este texto es “poder controlar la inmigración”, que “no se va a detener”, y también “elegir” a quiénes se acepta, explicó en conferencia de prensa al término del consejo de ministros el titular de Interior, Gérald Darmanin, que insistió en que no se trata de hacer una regularización excepcional.

Para facilitar las expulsiones, que actualmente se ejecutan en menos de un 10 %, se reducirá el número de recursos posibles para evitarlos (de 12 a cuatro), el examen de las demandas en apelación se podrá hacer en tribunales por todo el país, en lugar de concentrarse en París, y los procedimientos los examinará un juez único.

Darmanin indicó que, para aplicar el principio que ha popularizado de ser “malos con los malos”, los extranjeros que hayan cometido delitos no podrán beneficiarse de medidas de protección para evitar la expulsión.

Los extracomunitarios que pretendan obtener un permiso de residencia de más de un año tendrán que demostrar, con un examen, un nivel de francés y no bastará con realizar cursos de lengua como hasta ahora.

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Además, tendrán que firmar un compromiso de respeto de los valores republicanos, como la igualdad entre hombres y mujeres y la separación entre el Estado y la religión.

Se agravarán las penas y las sanciones contra los traficantes que faciliten la entrada de inmigrantes irregulares en Francia y también las de los que se aprovechen de ellos explotándolos laboralmente u ofreciéndoles viviendas a precios abusivos.

La otra pata de la ley es la creación de un permiso de residencia de un año para aquellos sin papeles que lleven al menos tres años en Francia y que hayan estado al menos durante ocho meses trabajando en los llamados sectores en tensión de mano de obra, en los que las empresas tienen muchas dificultades para encontrar empleados.

Ese permiso no dará derecho al agrupamiento familiar (sólo es posible con los de, como mínimo, 18 meses).

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Por otro lado, se prevé la simplificación de los criterios para el llamado “pasaporte de talento” con el que se quiere atraer a trabajadores cualificados, en particular con la creación de títulos específicos para médicos y farmacéuticos.

Ante las reticencias a este segundo dispositivo de los parlamentarios del partido conservador Los Republicanos (LR), cuyos votos serán necesarios para que el proyecto de ley salga adelante en las cámaras legislativas -la oposición de izquierda ya ha anunciado que lo rechazará-, Darmanin, hizo hincapié en que se trata de regularizar a personas que “llevan muchos años” en Francia.

Incluso, dijo, que en muchos casos llevan tiempo cotizando y pagando los impuestos.

El titular de Interior se mostró, además, abierto a incorporar propuestas de LR, como la fijación de cuotas para limitar el recurso a ese nuevo permiso de residencia, o la posibilidad de que un rechazo a una demanda de asilo implique automáticamente la expulsión de Francia.

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