El crudo invierno y la nieve han llegado a Bosnia.
Pero a pesar de las inclemencias del tiempo, miles de personas que ingresaron al país con la esperanza de cruzar la frontera con Croacia -y, de paso, seguir cruzando hacia otros países de la Unión Europea- todavía están aquí.
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Solo la pequeña ciudad bosnia de Bihac, en el noreste del país, tiene actualmente 6.000 residentes más.
Y para la mayoría de ellos, con temperaturas durante la noche que caen muy por debajo de cero, las condiciones de vida están empeorando de forma vertiginosa.
En el campamento
Jóvenes desaliñados caminan desconsolados por la carretera principal a las afueras de Bira, un centro de recepción dirigido por la Organización Internacional para las Migraciones (OIM) en Bihac.
Algunos tienen sacos de dormir debajo de sus brazos.
Han sido rechazados porque la antigua fábrica de refrigeradores, donde colocaron el campamento, está repleta al máximo de su capacidad de 2.000 personas.
En el interior, el albergue ofrece alojamiento básico junto con comidas calientes, atención médica y baños.
La directora del campamento, Amira Hadzimehmedovic, considera que no poder recibir más personas allí es angustiante.
“Te hace sentir de forma terrible cuando tienes que decirles ‘lo siento, no puedo ayudarte’ mientras hace frío, es algo horrible”, afirma.
“El gobierno local prohibió la llegada de nuevos inmigrantes a Bira. Unas 2.000 personas están a las afueras sin la protección adecuada”, agrega.
Cientos de ellos se han alojado en tiendas de campaña en Vucjak, un campamento improvisado en un antiguo vertedero, cerca de la frontera de Bosnia con Croacia.
La nevada de la semana pasada en las montañas alrededor de Bihac ha hecho que la vida allí sea aún más peligrosa.
Después de su visita a Vucjak, el Comisionado de Derechos Humanos del Consejo de Europa, Dunja Mijatovic, dijo que era "inhumano e inaceptable" que las personas fueran "aglomeradas en el barro" sin agua corriente o saneamiento adecuado.
“Las condiciones de vida de cientos de seres humanos en el campo improvisado de Vucjak son vergonzosas. En primer lugar, ese campo nunca debería haberse abierto”, dijo en un comunicado.
“Ahora es urgente reubicar a estas personas y proporcionarles un alojamiento digno”, agregó.
Unas ruinas de refugio
Para los refugiados en el campamento de Vucjak unas carpas son el único refugio.
Las autoridades municipales proporcionaron el sitio y reconocen su insuficiencia.
Pero el asesor del alcalde, Edin Moranjkic, cree que es injusto esperar que una ciudad pequeña como Bihac asuma la responsabilidad de los migrantes y refugiados.
"Al principio, la gente local tenía empatía y comprensión de los problemas de los migrantes. Pero ha habido problemas de comportamiento y con el gobierno estatal. Sentimos que nuestro gobierno nos ha abandonado", agrega.
Dirk Panert vino desde Dortmund, en Alemania, para establecer una operación de ayuda móvil que inicialmente prestaba ayuda a los refugiados en Vucjak.
Pero ahora concentra sus esfuerzos en aquellos que duermen en el espacio boscoso a lo largo de la frontera.
"Estas son personas que están sin zapatos ni calcetines y a menudo solo tienen una muda de ropa. No pueden sobrevivir así".
No es de extrañar que muchos de los que tienen lugares en los centros de acogida planeen quedarse allí hasta que pase el invierno.
Hassan vino de Bangladesh y quiere ir a Alemania o Francia.
Pero dice que mientras tanto, una cama en el centro de la OIM es mucho mejor que la alternativa de congelarse afuera.
“Todas las personas aquí están a salvo. Quizás después de febrero intente ir a Croacia nuevamente, Inshallah (si Dios quiere, en árabe)”.