El 6 de junio de 1944, bajo el nombre en código de Operación Overlord (Jefe Supremo), tropas estadounidense, británicas y canadienses invadieron la costa de Normandía, en el norte de Francia, en lo que históricamente se conoce como Día D o el Desembarco de Normandía. Ochenta años después, los aliados se reúnen el jueves en las playas de Omaha para conmemorar la liberación de Europa de la Alemania nazi y expresar su apoyo a Ucrania en su actual guerra contra Rusia, país este último que no ha sido invitado ni su presidente Vladimir Putin.
En esta nota, te explicamos cómo fue el Día D y cómo 80 años después la geopolítica mundial está marcada por la guerra entre Rusia y Ucrania:
Cómo fue el Día D
Tras derrotar a Adolf Hitler en África, Italia y Rusia, los aliados abrieron un segundo frente de guerra en Europa para llevar los combates a Francia mediante un desembarco masivo desde el Reino Unido, y acabar así con el régimen nazi. Esta invasión fue denominada Overlord.
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La operación para atacar en Normandía fue planificada durante un año. Los alemanes habían fortificado la costa atlántica a tal punto que la hacía prácticamente impenetrable, y los aliados debían apelar a la táctica del engaño para que su operación tenga éxito.
Así, los servicios de inteligencia hicieron creer a los nazis que el ataque sería el paso de Calais, la zona más cercana a sus bases en Francia y fuertemente vigilada.
Para engañar a los nazis, crearon un ejército ficticio al mando del general George Patton, supuestamente acuartelado en el condado inglés de Kent, situado en Reino Unido y justo enfrente de Calais.
Como parte del engaño usaron tanques inflables, muñecos con paracaídas, lanchas falsas y numerosas tropas que solo existieron en el papel.
Además, los aliados utilizaron agentes dobles y lanzaron filtraciones controladas de información errónea que llevaron a los alemanes a creer que estos iban a invadir Europa a través de Calais y Noruega.
Como parte del engaño, el día del D los aviones y barcos aliados soltarían millones de tiras de aluminio sobre el Canal de la Mancha con el objetivo de perturbar el funcionamiento de los radares alemanes.
La BBC informó que los alemanes mordieron tanto el anzuelo que incluso después del Día D mantuvieron a muchas de sus mejores tropas en el área de Calais esperando una segunda invasión.
Los aliados escogieron el Día D para el amanecer del 5 de junio de 1944, pues era probable que en esa fecha las aguas iban a estar tranquilas.
Sin embargo, anota la BBC, las tormentas obligaron a retrasar la operación un día.
Finalmente, el 6 de junio de 1944, 7.000 barcos, 10.000 vehículos y 156.000 soldados de Reino Unido, Estados Unidos, Canadá, Francia y otros países cruzaron el Canal de la Mancha y atacaron de manera simultáneas al ejército alemán en cinco playas de Normandía.
Varias divisiones de paracaidistas aterrizaron detrás de las líneas enemigas a primera hora, mientras miles de barcos se reunían enfrente de las costas de Normandía para el ataque principal, narró la BBC.
El objetivo de los paracaidistas era primero asegurar los puentes, y en segundo silenciar las baterías de artillería del enemigo.
Pero el desembarco no sería fácil. Hitler había puesto al mando a uno de sus mejores generales, el zorro del desierto Erwin Rommel. Y las playas de Normandía estaban entre los territorios más fortificados del planeta.
Normandía tenía tres franjas de trampas y defensas, que convertían cualquier intento de desembarco en prácticamente un suicidio. La primera, situada en la línea de marea que quedaba bajo el agua en determinadas horas del día, consistía en toda una serie de dispositivos diseñados para hundir los transportes de tropas: erizos de acero, barreras antitanque y troncos elevados en diagonal, en cuyo extremo se habían pegado minas antitanque, describió National Geographic.
Luego, venían abundantes hileras de alambre de espino. Además, la playa estaba minada. En la retaguarda se levantaban cientos de búnkeres y casamatas, desde donde los alemanes barrerían la zona de desembarco con ametralladores, morteros y cañones.
Pero como el plan de distracción seguía funcionando, y los alemanes creían que lo que sucedía en Normandía era para ocultar una invasión mayor en Calais, los aliados pudieron avanzar.
Así, las tropas británicas llegaron a una playa conocida con el nombre en clave de “Gold”. Otros británicos desembarcaron en la playa “Sword”. Las fuerzas canadienses alcanzaron la playa que tenía el nombre en clave “Juno”. Mientras que Los soldados estadounidenses lograron desembarcar en la playa más occidental, “Utah”, sin demasiadas bajas.
Donde sí hubo grandes pérdidas para las fuerzas de Estados Unidos fue en la quinta y última playa, “Omaha”.
En Omaha, el bombardeo desde los barcos y las ráfagas terrestres sobre las defensas alemanas fueron ineficaces.
Ello hizo que los 4.000 soldados de la primera oleada tuvieran que enfrentarse a una muerte casi segura cuando llegaron a Omaha sobre las 6:30 am. Solo uno de cada dos logró sobrevivir. Según uno de los testigos, “cuando las rampas bajaron los hombres se adentraron en un infierno en el que el fuego cruzado de las ametralladoras impedía avanzar”.
Eddie McCann estaba a cargo de uno de los vehículos anfibios que transportó tropas estadounidenses hacia Easy Red, uno de los 10 sectores en que se dividió la playa de Omaha.
“Cuando estábamos a unas 300 yardas (unos 275 metros) comenzaron a dispararnos. Hasta ese punto habíamos pensado que podía ser sencillo, uno siempre tiene esperanzas de eso. Pero no estaba preparado para lo que iba a pasar en las otras 100 yardas. Fue increíble”, dijo Eddie McCann.
“Perdimos unos 2.000 en la primera oleada. Nos golpeaban pedazos de cuerpos, cabezas que volaban, intestinos que se esparcían por toda la playa al lado de los cuerpos. Es difícil hablar de eso, cuando ves a tus hermanos masacrados de la forma en que eran masacrados”, agregó.
A lo largo del día las tropas fueron llegando a las playas.
Para la medianoche, los aliados habían asegurado sus posiciones en las orillas y presionaban el avance hacia el interior de Gold, Juno, Sword y Utah.
Poco después de la medianoche, anota BBC, tres divisiones aerotransportadas estadounidenses y británicas, con más de 23.000 hombres y paracaidistas, despegaron con el objetivo de asegurar los flancos de las cinco playas.
Solo en el Día D, unos 4.400 soldados de las fuerzas aliadas murieron y 9.000 resultaron heridos o incluso desaparecieron.
Se estima que ese día también murieron entre 4.000 y 10.000 alemanes.
Además, miles de civiles franceses murieron, principalmente como resultado de los bombardeos de las fuerzas aliadas.
Posteriormente, el avance de los aliados por los pueblos y ciudades de Normandía fue lento, debido principalmente a la resistencia de los alemanes.
Para fines de agosto de 1944, cuando las tropas aliadas liberaron París, el 10% de las dos millones de personas que formaban parte de las tropas aliadas que habían llegado a Francia estaban muertas, heridas o desaparecidas. Pero empezaba así el principio del fin del Tercer Reich y de la Segunda Guerra Mundial.
Los 80 años del Desembarco de Normandía sin Rusia
El presidente de Ucrania, Volodymyr Zelensky, junto con los dirigentes aliados, como el estadounidense Joe Biden y el canciller alemán Olaf Scholz, fueron invitados a la playa de Omaha para conmemorar los 80 años del Desembarco de Normandía.
Más de 4.000 personas, entre ellas 200 veteranos, también estaban invitadas a las ceremonias.
Rusia fue el gran ausente en esta conmemoración, pues el presidente francés Emmanuel Macron decidió no invitar al país ni al presidente Putin. Ello a causa de la guerra que lanzó hace más de dos años contra Ucrania.
Los rusos siempre habían asistido a las conmemoraciones en Francia debido al alto precio que pagó la Unión Soviética en la victoria final contra los nazis: 27 millones de muertos civiles y militares, remarcó la agencia AFP.
“No habrá delegación rusa. Las condiciones no están dadas, debido a la guerra de agresión que Rusia libra contra Ucrania y que se ha intensificado aún más en las últimas semanas”, indicó el palacio del Elíseo.
La Misión Liberación, que organiza las conmemoraciones, declaró en abril persona non grata a Putin.
“Lo más importante para nosotros serán las conmemoraciones del próximo año [del 80º aniversario] de la Victoria en la Gran Guerra Patriótica”, respondió el vocero de la presidencia rusa, Dmitri Peskov.
Hace 10 años, con motivo del 70 aniversario del Desembarco de Normandía, en el 2014 Putin sí fue invitado, pese a que Rusia se anexionó tres meses antes la península ucraniana de Crimea. También asistió su entonces par ucraniano Petro Poroshenko.
AFP recordó que la presencia de ambos mandatarios condujo al inicio de las discusiones del “Cuarteto de Normandía”, con la mediación de Francia y Alemania, para tratar de resolver el conflicto separatista prorruso en el este de Ucrania. Pero no se logró el objetivo y en febrero del 2022 Rusia invadió Ucrania.
Enrique Banús,
Analista internacional
-¿Qué interpretación se puede hacer del hecho de que Putin no haya sido invitado a la conmemoración del Desembarco de Normandía?
El momento está muy complicado y Francia, el presidente Macron, lleva ya un tiempo asomándose mucho a la ventana en el tema de Ucrania, con un apoyo muy decidido y unas propuestas audaces, como la de enviar soldados a ese país. Francia siempre intenta ir un paso por delante en política exterior. Eso ha sido así con muchos de sus presidentes. Hay una especie de pacto entre Francia y Alemania, donde Alemania mira más los asuntos económicos y Francia la política exterior en nombre de Europa. Está claro que la situación es de tensión y se viene la conferencia de paz en Suiza, que tendrá un alcance limitado porque no está Rusia, pero me parece un momento bastante interesante porque, incluso por parte de Ucrania, ya hay mucho cansancio con la guerra.
-¿Cree usted que esta situación va a empujar a Putin a afianzar sus relaciones con aliados como China e Irán?
Las posiciones son conocidas, ya todos saben quién es quién y dónde está, y no creo que hechos aislados lleven a un cambio radical. Amigos y enemigos están muy definidos. Creo que realmente el gran tema de las próximas semanas es la conferencia de paz en Suiza, donde en este caso va a estar ausente una de las partes. Más es una conferencia de apoyo a Ucrania, donde posiblemente también muchos países hablen con Zelensky en la línea de que alguna concesión tendrá que hacer si quiere que acabe la guerra.
-¿Entonces la conferencia de Suiza no va a llevar necesariamente a una mayor cohesión entre los aliados y Ucrania?
Recientemente se han aprobado apoyos masivos a Ucrania, incluso por parte de España. Están intentando reforzar la defensa antiaérea, se ha bloqueado la ofensiva rusa en Kharkiv; es decir, hubo avances por parte de Rusia, pero no fue lo que se esperaba. Se está entrando en una fase de la guerra en la que se ven avances y retrocesos, estamos hablando de 5 metros de terreno y de bajas muy considerables. Yo creo que Ucrania ha encontrado el apoyo, pero también van habiendo voces que dicen esto no va tener un fin militar, eso ya está claro. Hay que recordar que Ucrania anunció el año pasado una gran contraofensiva, esta no ganó casi nada. Luego Rusia anunció otra gran ofensiva, que tampoco avanzó mucho. Y dentro de Ucrania también hay resistencias porque en las ciudades pequeñas están llevándose a gente para el frente de guerra, personas que no son militares. Hacer profecías es muy complicado, pero creo que hay mucho cansancio, la balanza no se está inclinando decididamente para ninguno de los dos.
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