Al paso de la carroza en que Carlos III, acompañado por la reina Camila, se dirigía a su coronación en Londres, Anna Edwards no ondeó con fervor una bandera británica, sino que levantó una pancarta que decía “No es mi rey”.
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Como ella, cientos de manifestantes republicanos se concentraron en Trafalgar Square a primera hora del sábado y colocaron enormes banderas amarillas en las que podía leerse “abolir la monarquía” a lo largo del recorrido que siguió la pareja real en este día histórico.
“Defiendo la democracia y creo que la gente debería poder elegir si quiere o no a un monarca como jefe de Estado”, afirmó Edwards, una londinense de 33 años.
“No soy particularmente antimonárquica, pero estoy a favor de la elección”, dijo a la AFP mientras llegaban cientos de manifestantes en un ambiente festivo.
Pero, una pregunta estaba en boca de todos: ¿intervendría la policía, que había anunciado un nivel muy bajo de “tolerancia” con las protestas, para impedir la movilización?
Pronto se propagó la noticia que todo el mundo temía: Graham Smith, el líder del grupo Republic que convocó la manifestación, había sido detenido.
La policía detuvo a “seis de nuestros organizadores y confiscó cientos de pancartas” con el lema “No es mi Rey”, confirmó a la AFP minutos después un portavoz del grupo.
“¡Liberen a Graham Smith!”, comenzaron a corear los manifestantes mientras desde una plataforma elevada vigilaban a la multitud, equipados con prismáticos y cámaras.
“Esto es exactamente por lo que estamos aquí hoy, porque la monarquía representa todo lo que está mal en el Reino Unido: los privilegios, la desigualdad y la falta de democracia”, dijo a la AFP Martin Weegman, que lucía una gorra de Republic.
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Detenciones
“No puedo creerlo, es indignante”, afirmó Eva, de 19 años, mientras miraba las imágenes de las detenciones en su teléfono celular.
Esta estudiante de matemáticas explicó que no pensaba acudir a la manifestación en un principio, pero cambió de opinión cuando se anunció la promulgación acelerada el miércoles de nueva ley, criticada por la ONU, que da mayores poderes a la policía para limitar las manifestaciones.
“Todo está mal en esta ley, así que hoy no tengo realmente ganas de celebrar nada”, añadió.
Los republicanos siguen siendo minoritarios en el Reino Unido, pero se han hecho más visibles desde la muerte de la popular Isabel II en septiembre.
Un puñado de ellos se manifiesta casi habitualmente cuando Carlos III se desplaza en alguna visita oficial.
Tocada con un sombrero decorado con la bandera británica, Alice Ridge, de 65 años, fue a vitorear al rey, pero se encontró en medio de la protesta.
“No estropeéis la fiesta”, dijo, visiblemente molesta, antes de marcharse.
La convivencia fue cordial entre los manifestantes y el resto de la multitud, hasta que al acercarse el cortejo real los partidarios de la monarquía abuchearon a quienes gritaban “¡no es mi rey!”, y “¡abajo la corona!”. Y comenzaron a cantar el himno nacional, “God Save The King”, mientras ondeaban banderas británicas.
A Jane, una treintañera, le divirtió esta confrontación. Se alegró de que hayan salido tantos manifestantes a pesar de la lluvia para criticar a una monarquía “anticuada”.
“Es muy agradable ver a gente sensata y reflexiva protestando contra esta farsa”, contó.
“Ahora hay una verdadera voz para el republicanismo” en el Reino Unido, agregó Anna, una mujer de 54 años que no quiso dar su apellido.
Señaló las recientes encuestas que muestran un aumento del sentimiento republicano, sobre todo entre los más jóvenes. “Ha llegado el momento”, afirmó.
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