La copa de la Champions League ya se fue de París, pero el bullicio y el alboroto siguen persiguiendo a Francia. Y no en tono de celebración. La final del prestigioso campeonato europeo de fútbol que enfrentó el sábado último al Real Madrid y al Liverpool estuvo marcada por el caos. Imágenes de los problemas de acceso al estadio situado en Saint-Denis, los robos a hinchas españoles y británicos y la actuación de la policía para intentar mantener el orden dieron la vuelta al mundo.
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“Es una herida para nuestro orgullo nacional”, dijo este miércoles 1 el ministro del Interior, Gérald Darmanin, al comparecer ante una comisión del Senado para discutir los incidentes que rodearon al encuentro deportivo. “Es evidente que las cosas podrían haberse organizado mejor”, reconoció y reiteró sus disculpas a los hinchas afectados por los gases lacrimógenos.
Tras las escenas de caos y de tensión en los alrededores del Stade de France, la primera estrategia de las autoridades francesas fue culpar a los hinchas ingleses del Liverpool.
Específicamente, Darmanin señaló un “fraude masivo, industrial y organizado de billetes falsos”, culpando implícitamente a los “30.000 a 40.000 aficionados ingleses [que] se encontraron en el Stade de France, sin entrada o con entradas falsificadas”.
Su postura ha llevado a que opositores y medios de comunicación de Francia y el Reino Unido lo acusen de “mentir”. La portada del diario francés Libération mostraba este miércoles al ministro convertido en Pinocho, personaje al que le crecía la nariz cuando decía mentiras.
Una tesis que no convence
A este punto, el fiasco en el Stade de France se ha convertido en una batalla de cifras. Sobre el número de personas presentes en los alrededores del estadio, cuya capacidad es de unas 75.000 personas, Darmanin habló de “110.000″ dentro o en el exterior del Stade de France. “Varias entradas se duplicaron cientos de veces”, agregó.
Es decir, Darmanin atribuyó el caos a que entre unos “30.000 y 40.000″ hinchas ingleses acudieron “sin entradas o con entradas falsas”.
Sin embargo, los números no terminan de cuadrar ni están cerca de convencer ni en Francia ni en el Reino Unido.
Durante una reunión el lunes 30 con las autoridades, la UEFA y la Federación Francesa de Fútbol (FFF) evaluaron en “2.800″ el número de “entradas falsas escaneadas” durante la final, indicó el martes a la agencia AFP una fuente próxima al caso.
Además, los medios hacen hincapié en que las autoridades estaban advertidas. Los servicios de inteligencia habían alertado dos días antes de los riesgos de esta final, ya que unos “50.000″ hinchas ingleses llegarían sin entradas y “algunos” con entradas “falsas”.
“Este argumento parece no justificar el trato infligido a los hinchas del Liverpool, que en su gran mayoría se desplegaban tranquilamente por el estadio. Los videos de familias con niños rechazadas con gases lacrimógenos fueron impactantes y dieron una mala imagen de la policía en Francia”, dijo el diario “Le Monde” en su editorial.
Agrega que la demostración de fuerza realizada es más criticable cuando se considera que no impidió el despliegue paralelo de grupos de delincuentes menores, algunos de los cuales acudieron solo a robar a los aficionados a la salida del estadio. “Además de estas evidentes deficiencias en el sistema de seguridad, hubo importantes fallas en la gestión de la afluencia de público hacia el estadio. La claridad debe primar sobre las responsabilidades que permitieron estos desbordes”.
Sobre los actos de delincuencia, Darmanin anunció que los aficionados españoles y británicos víctimas de robos o agresiones durante la reciente final de la Champions podrán presentar denuncias desde sus países.
Golpe para Macron
La polémica pone en jaque al presidente Emmanuel Macron, reelegido el 24 de abril. La oposición busca hacer caer a Gérald Darmanin, un peso pesado de su gobierno, antes de las elecciones legislativas del 12 y 19 de junio.
El caos también ha golpeado la imagen de una Francia que se prepara para acoger próximamente grandes eventos deportivos planetarios: la Copa del Mundo de Rugby de 2023 y, sobre todo, los Juegos Olímpicos de París del 2024.
“Invocar lo peor para superar los propios fracasos no es la mejor manera de aprender de este fiasco. El ministro del Interior ha machacado en las últimas semanas que la preparación de la seguridad de los Juegos Olímpicos y Paralímpicos de París 2024 constituiría el hilo rojo de su mandato”, afirma “Le Monde”.
“Lo ocurrido el sábado en el Stade de France no augura nada bueno para esta hoja de ruta, sobre todo si el Gobierno persiste en la negación”, agrega.
Por su parte, Macron pidió este miércoles “transparencia total” sobre los incidentes registrados en los alrededores del Stade de France”.
”Lo que el presidente quiere (...) es que se arroje luz sobre lo que realmente sucedió, con transparencia total y muy rápidamente”, dijo la vocera del gobierno, Olivia Grégoire, tras una reunión del Consejo de Ministros.
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