Varias personas se suben a los coches amontonados tras las inundaciones mortales en Sedavi, al sur de Valencia, en el este de España, el 30 de octubre de 2024. (Foto de Jose Jordan / AFP)
Varias personas se suben a los coches amontonados tras las inundaciones mortales en Sedavi, al sur de Valencia, en el este de España, el 30 de octubre de 2024. (Foto de Jose Jordan / AFP)
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Agencia AFP

Con las calles convertidas en ríos de barro, residentes de la región española de fueron sorprendidos por las mortíferas inundaciones que sembraron el caos la noche del martes y dejaron a los servicios de emergencia desbordados.

Yo venía de dejar a mis nietos en la otra calle y eran las 7:10, y cuando nos vamos al balcón veo que entra por aquí el agua”, dice a la AFP Francisco Puente, 69 años, señalando la calle por donde la riada se llevó su automóvil.

Estado en el que se encuentra un comercio en la región valenciana de Paiporta a causa de las fuertes lluvias causadas por la DANA. EFE/Manu Bruque
Estado en el que se encuentra un comercio en la región valenciana de Paiporta a causa de las fuertes lluvias causadas por la DANA. EFE/Manu Bruque
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Puente, residente en Sedaví, en el cinturón metropolitano sur de la ciudad de Valencia, señala la raya marrón que dejó el agua, por encima de su cabeza, la noche anterior.

Se emociona cuando se le pregunta si recordaba algo así. “Nunca”, dice con la voz temblorosa.

Las calles de Sedaví, una localidad con 10.000 habitantes, están llenas de barro. Los automóviles se apilan vacíos en los cruces, con los vidrios rotos, rodeados de la tierra que los empujó el martes por la noche.

Los vecinos, con gesto aún conmocionado, tratan de limpiar como pueden los aceras de sus casas.

Otros sacan cubos de agua de los garajes y bajos, un tipo de vivienda muy común en esta zona de Valencia que ya vivió otros sustos meteorológicos, pero no como este.

Al otro lado del puente, en el barrio de La Torre de Valencia, igualmente cubierto de barro, vecinos hacen cola para recoger agua mientras cae una noche que temen que volverá a ser larga, sin luz ni agua corriente en sus casas.

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“Lo han perdido todo”

A unos 30 kilómetros, se ubica la localidad de Ribarroja del Turia, donde José Manuel Rellán recuerda la pesadilla que se vivió la noche anterior.

Estamos incomunicados, no se puede acceder a la parte del pueblo. Las carreteras están todas cortadas, puentes cortados, puede que hayan desaparecido”, afirma a AFPTV.

Es que ha estado 10 horas lloviendo sin parar (...) Hay poblaciones que han tenido 500 litros por metro cuadrado en 12 horas. Y el resultado es lo que ves”, indica este hombre de 49 años, señalando el agua mezclada con el fango todavía visible en las calles de su localidad.

La DANA ha dejado numerosos daños materiales en el este de España.
La DANA ha dejado numerosos daños materiales en el este de España.

En esta localidad de 22.000 habitantes, las lluvias caídas durante la noche provocaron el desbordamiento del río Turia y dejaron atraparon a muchos vecinos, en sus vehículos o en sus casas.

Varios centenares de trabajadores tuvieron que quedarse en sus empresas porque no pudieron volver a casa.

Tengo muchos amigos que lo han perdido todo. Han perdido la casa, han perdido los coches, ha perdido todo. Mi fábrica está destrozada, donde trabajo yo. Es difícil porque no sabes lo que va a pasar ahora”, confiesa Rellán, apesadumbrado.

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“Asustados”

Esther Gómez, concejal socialista del Ayuntamiento de Ribarroja del Turia, dice que la noche fue caótica, con unos servicios de emergencia puestos a prueba.

En unos minutos pasamos de “estar en un sitio en el que no ocurre nada, a que haya un desbordamiento tan grande”, dice la mujer, de gafas cuadradas y cabello largo suelto.

“Estamos asustados. La gente ha hecho lo que ha podido. Los servicios de atención y de seguridad han sido también desbordados, porque era tan grande la cantidad de sitios afectados, que no podían llegar a todos los sitios”, señala.

Al menos 73 personas murieron a causa de las inundaciones, que destruyeron numerosas infraestructuras, dejaron carreteras cortadas y provocaron la suspensión de trenes. Casi 155.000 personas permanecían sin electricidad el miércoles, según las autoridades.

Según el gobierno, que declaró tres días de luto nacional, más de mil soldados fueron desplegados en la región, junto con cerca de 1.500 policías, con la misión prioritaria de encontrar a las personas aún desaparecidas.

La situación climatológica ha hecho que las unidades de emergencia y de rescate no hayan podido llegar físicamente a toda la zona afectada, tanto por la intensidad de las lluvias como por los colapsos” en las carreteras, admitió el jefe de bomberos de Valencia, José Miguel Basset, quien cifró en unas 200 las personas rescatadas durante la noche del martes al miércoles.

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