Vaticano: Filtración de documentos implica a Berlusconi

El último escándalo en el Vaticano sobre divulgación de documentos confidenciales extendió estos días sus ramificaciones hasta el propio Silvio Berlusconi. El denominado "Vatileaks 2" involucra alegaciones de chantaje y pirateo informático.

Estos nuevos elementos giran en torno a Francesca Chaouqui, consultora en comunicación de 34 años, juzgada en el Vaticano junto a otras cuatro personas —dos de ellos periodistas— por divulgación de documentos confidenciales sobre presuntas malversaciones cometidas en el seno de la Iglesia Católica.

Paolo Berlusconi, hermano del exjefe de gobierno y propietario del diario Il Giornale, Silvio Berlusconi, aparece en efecto en la investigación de la justicia italiana, distinta a la del Vaticano, contra Chaouqui y su esposo, Corrado Lanino. 

Los investigadores sospechan que Chaouqui amenazó a Paolo con revelar la existencia de una cuenta secreta de su hermano Silvio Berlusconi en el Vaticano, si no expulsaba al corresponsal de Il Giornale, cuyos artículos le resultaban molestos.

Silvio Berlusconi desmintió, el martes por la noche, cualquier contacto con Chaouqui. Semejante chantaje no tiene sentido "pues no hay ningún vínculo" entre Berlusconi y los asuntos del banco del Vaticano, dijo su abogado, Niccolo Ghedini ante la prensa. Entretanto, en el Vaticano se persiguen periodistas por publicar documentos del llamado “Vatileaks 2”.

El proceso se reanuda el lunes con los testimonios de Chaouqui y del prelado español Lucio Angel Vallejo Balda, otro de los cinco acusados. Este último asegura haber divulgado los documentos tras haber sido seducido por Chaouqui, que a su vez desmiente tal versión.

La justicia del Vaticano considera que Vallejo Balda y Chaouqui establecieron "una asociación criminal para divulgar ilegalmente información y documentos". Los cinco imputados pueden ser condenados a penas de hasta ocho años de prisión, ya que la divulgación de documentos confidenciales es un delito desde una ley vaticana de 2013.