Existe en Estados Unidos una mística sobre la política y aquellos que representan al pueblo en la Casa Blanca. No basta con ser un líder carismático, sino que es preciso estar dispuesto a sacrificarse por el bienestar popular, y si a eso se le agrega la historia de vida de un hombre o mujer común, la épica casi cinematográfica logra cuajarse y convertir en ídolos a los mortales.
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Solo así se puede entender que los estadounidenses quieran tanto a Michelle Obama, exprimera dama que ha hecho de la lucha social, la empatía y el desinterés por el poder las cartas más poderosas de su imagen pública.
Basta con ver los datos de la encuestadora Gallup, que hace sondeos anuales para elegir a la mujer más admirada del mundo: Obama ocupa la primera casilla por tres años consecutivos desde el 2018, fecha en la que le quitó el puesto a Hillary Clinton, ganadora absoluta durante 16 años.
A ello habría que sumarle el sondeo que hizo la encuestadora McLaughlin and Associates en el 2018, qué pregunto por quién votarían los demócratas en las primarias si la elección fuera en ese momento. El resultado: Joe Biden 19%, Michelle Obama 17% y Bernie Sanders 16%. Los Obama nunca dejan de sonar.
LA VOZ FUERTE Y EMPÁTICA
Ayer, durante la inauguración de la Convención Nacional Demócrata, Obama se dirigió al mundo con un discurso duro, potente, pero empático. “Amo a este país con todo mi corazón, y me duele ver a tantas personas lastimadas –dijo–. La historia de Estados Unidos [es] la de personas que se sacrificaron y dieron tanto porque querían algo más, algo mejor para sus hijos. Hay mucha belleza en esas historias, muchas penas, luchas, injusticias y trabajo por hacer”.
“Soy una de las pocas personas vivas que han visto de primera mano el maravilloso poder de la presidencia, y déjenme decirles esto: el trabajo es difícil”. Requiere gran capacidad de discernimiento, [...] devoción por la historia y los hechos, saber qué es lo moralmente correcto, y la habilidad de escuchar y estar convencidos de que cada una de las vidas de este país tiene sentido y valor”.
De esas palabras se desprende una de las cualidades que hacen a Obama tan atractiva para los estadounidenses: se rige por principios éticos, al punto que el poder no le parece atractivo. Además de su decisión de no buscar un cargo público, se recuerda que fue reacia a que su esposo se postulara a la presidencia en el 2008. “¿Estás bromeando? No hagamos esto ahora. ¿Podemos tomarnos las cosas con calma?”, fue la forma en la que trató de convencerlo.
Es preciso tener en consideración, también, que el sentido de justicia y la búsqueda constante por el bienestar de sus compatriotas que afirma tener, se ha sustentado en acciones. En su estancia en la Casa Blanca, por ejemplo, se involucró en la lucha contra la obesidad infantil. También lideró la campaña Let Girls Learn, con la que buscó que 62 millones de niñas en el mundo accederían a la educación, para lo que consiguió 2,500 millones del Banco Mundial. “No puedo quedarme sentada y aceptar las barreras que deben superar para cumplir sus sueños”, sostuvo en el 2016.
A esto habría que sumarle que los estadounidenses disfrutan escucharla y están dispuestos a pagar por ello. Según el Financial Times, con datos recogidos de Ticketmaster, la gira por el país que Obama llevó a cabo a finales del 2018, agotó sus entradas en casi todos los estados.
LA EPOPEYA DE LA MUJER COMÚN
En un país como Estados Unidos, que clama por el aumento de la representación femenina en los puestos públicos de poder, Michelle Obama representa un ideal. Ser parte de una minoría que hoy más que nunca reclama para que se respeten sus derechos como afroamericanos, también la han convertido en una referencia, un modelo a seguir.
En ese sentido, su vida y sus experiencias hacen que su conexión con la población se vuelva más fuerte. Suenan comunes vivencias como que sus profesores del colegio le dijeran que tenía “demasiadas aspiraciones” al tratar de estudiar en Princeton, y que, cuando se mudó a la universidad, “la madre blanca de su compañera de cuarto pidió sin éxito que cambiaran a su hija de habitación” porque Obama (entonces apellidada Robinson) “era negra”. Según el portal de la BBC, en la introducción de su tesis de licenciatura, ella escribió: “Mis experiencias en Princeton me hicieron mucho más consciente del hecho de ser negra”.
Por eso no sorprende que “Becoming” (“Mi historia”), su autobiografía, vendiera casi diez millones de copias. Una cifra sorprendente, sobre todo en tiempos de crisis para las editoriales.
En dicha publicación, Obama se humanizó, contó detalles íntimos de su vida (desde el primer beso hasta que sus hijas fueron concebidas por fecundación in vitro), evidenció sus problemas (su crisis matrimonial y la terapia de pareja), una forma de mostrarse como una ciudadana más con ganas mejorar el mundo. “He intentado ser lo más sincera posible”, escribió.
EL APOYO A JOE BIDEN
Qué duda cabe que cada paso de Michelle Obama está milimétricamente pensado. Al estar involucrada en la política y ser un referente, pero sin participar de una elección, Obama se desarrolla en una posición privilegiada y sus opiniones suelen ser tomadas sin tantas reservas.
Ayer, en la Convención Nacional Demócrata, Obama volvió a disparar en contra de Donald Trump. “Déjenme ser tan honesta y clara como pueda: Donald Trump es el presidente erróneo para nuestro país. Ha tenido tiempo de sobra para probar que podía hacer el trabajo, pero claramente es difícil de comprender. No está a la altura del momento. Simplemente no puede ser quien necesitamos que sea. Es lo que es”.
No era la primera vez que hablaba del actual presidente de Estados Unidos. En “Becoming”, por ejemplo, hizo referencia a los rumores sobre la ilegitimidad de la presidencia de Barack Obama, y la participación de Trump en su propagación. “Nunca lo perdonaré”, sostuvo.
Trump no se calló después de ser atacado y volvió a utilizar sus redes sociales para responder. “Alguien podría explicarle a Michelle Obama que yo no estaría aquí, en la hermosa Casa Blanca, sino fuera gracias al trabajo de su esposo, Barack Obama”, escribió.
¿Podrá el apoyo de Michelle Obama hacer que el candidato Joe Biden derrote a Trump en las presidenciales? Por lo menos, en los últimos pulsos populares de Gallup, el descontento por la actual gestión le da la ventaja al demócrata. Un nuevo empujón nunca está demás.
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