La policía de Arizona (Estados Unidos) reabrió un caso sin resolver después de haber logrado identificar un cuerpo que apareció baleado en el desierto en 1976.
Unos excursionistas encontraron los restos de un hombre enterrados en una tumba poco profunda en el noroeste de Arizona hace casi medio siglo.
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Una autopsia en ese momento reveló que el hombre tenía unos 30 años y había recibido un disparo en la cabeza a quemarropa, pero los agentes no pudieron identificarlo.
La Oficina del Alguacil del condado de Mohave dijo el martes que logró identificar a la víctima como el ciudadano salvadoreño Luis Alonso Paredes.
En 1976, las autoridades recogieron huellas dactilares durante la autopsia, pero no pudieron encontrar ninguna coincidencia en las bases de datos disponibles.
El Museo del Norte de Arizona en Flagstaff elaboró un retrato compuesto de su imagen, pero el rastro pronto se enfrió y permaneció inactivo durante 47 años.
Hasta que en noviembre de 2023, los investigadores revivieron el caso y compararon los registros de huellas dactilares con una base de datos nacional que no estaba disponible en 1976 y que pronto identificó al hombre como Paredes.
La policía dijo que el hombre trabajaba en el área de Las Vegas en el momento de su desaparición y señaló que pudo haber sido empleado de la Marina y la Guardia Costera de EE. UU. aproximadamente una década antes de su desaparición.
Hasta el momento, los agentes no han podido localizar a ninguno de sus familiares vivos.
Si bien el misterio de la identidad de Paredes puede haber sido resuelto, queda al descubierto la incógnita de su asesinato, que tiene décadas de antigüedad.
Las autoridades han pedido al público que se comunique con ellas con cualquier información sobre el caso o cualquier pista que pueda ayudar a encontrar a sus familiares sobrevivientes.