La vicepresidenta de Estados Unidos y probable candidata demócrata para las elecciones de noviembre, Kamala Harris, celebró el martes 23 en el estado clave de Wisconsin su primer mitin de la campaña presidencial. “Cuando luchamos, ganamos”, dijo con tono entusiasta tras haber conseguido el apoyo necesario para ser nominada y mientras los principales líderes en el Congreso seguían cerrando filas en favor de su postulación.
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Las últimas encuestas también mejoraron ligeramente para ella. Aunque se realizaron antes de que el presidente Joe Biden renunciara a la contienda el domingo 21 y planteaban un escenario que por entonces era hipotético, los sondeos le daban más opciones a Harris que al actual mandatario frente al republicano Donald Trump, quien sin embargo, sigue llevando la ventaja para vencer en la elección nacional.
El sondeo de YouGov para CBS News, daba a Trump cinco puntos de ventaja sobre Biden (52% a 47%) por solo tres sobre Harris (51% a 48%). La encuesta NBC News también ponía adelante al republicano con la misma diferencia (45% a 43% con Biden y 47% a 45% con Harris).
Con menos de cuatro meses para convencer a los estadounidenses que voten por ella, Harris enfatizó en Wisconsin que la elección de noviembre es “una decisión entre la libertad y el caos” y aprovechó su pasado como fiscal para retratar a Trump como un delincuente. También dedicó su discurso a asegurar que los temas sociales, y en particular el derecho al aborto, estarán en el centro de su campaña, un pronunciamiento bastante esperado cuando muchos ciudadanos esperan saber más sobre sus posiciones en temas clave para el país.
La doctora Nevena Trajkov, presidenta del Departamento de Ciencias Políticas de la Universidad de Jacksonville, Florida, señala que Harris y Trump no solo son distintos en cuanto al estilo -a pesar de su enfoque conciso, la vicepresidenta carece del carisma que poseen Trump y Biden-, sino que los contrastes son sustanciales a nivel del contenido de sus discursos.
“En términos de mensajes, Kamala Harris y Donald Trump son polos opuestos en prácticamente todos los temas, tanto en posición como en prioridad - ya sea la economía, el aborto, quién tiene la culpa de la situación en la frontera entre EE.UU. y México, etc.”, dice a El Comercio.
A continuación, repasamos las posturas de Harris que serán claves para que saque adelante su campaña presidencial.
1. Migración
Harris asumió la vicepresidencia de Estados Unidos con la responsabilidad de encontrar soluciones a las causas profundas que propician la masiva inmigración por la frontera sur, que se ha visto desbordada en los últimos años. Al visitar la frontera con México en el 2021 enfatizó que este tema “no se puede reducir a una cuestión política”. En marzo de este año señaló que el país tiene un sistema de inmigración roto que el gobierno debe arreglar.
“La administración Biden-Harris ha sido muy clara en su postura sobre la inmigración, que pretende equilibrar la compasión -reconociendo que la mayoría de las personas que buscan entrar en EE.UU. lo hacen por necesidades de supervivencia- con el cumplimiento de las leyes y procedimientos estadounidenses. Se espera que la vicepresidenta Harris la mantenga”, dice Trajkov.
Aunque al inicio del gobierno la vicepresidenta recibió críticas generalizadas, incluso de miembros del Partido Demócrata, por su gestión del problema y por no visitar la frontera hasta varios meses después de asumir el cargo, en los últimos meses anunció compromisos de las empresas privadas de 950 millones de dólares para apoyar a las comunidades centroamericanas como parte de los esfuerzos del Ejecutivo para enfrentar la crisis migratoria.
Trajkov destaca que Biden propuso un proyecto de ley de fronteras e inmigración notablemente conservador, que fue respaldado por Harris y que en circunstancias normales probablemente obtendría la rápida aprobación de cualquier congreso conservador. “Sin embargo, los legisladores republicanos han admitido abiertamente que rechazaron el proyecto de ley del presidente Biden por orden de Donald Trump, que creía que dejar sin resolver las cuestiones de inmigración y fronteras beneficiaría a su campaña presidencial”, apunta.
2. Aborto
Harris ha puesto la defensa del derecho al aborto como uno de los temas más importantes de su agenda política desde antes de que su nombre empezara a sonar para reemplazar a Biden. A inicios de este año lanzó una gira de “lucha por las libertades reproductivas”, en uno de sus muchos pronunciamientos y actos públicos sobre el tema.
La vicepresidenta apoya una legislación que proteja el derecho al aborto a nivel nacional y criticó duramente la decisión de la Corte Suprema de revocar Roe v. Wade en el 2022. La norma había consagrado durante décadas el derecho constitucional al aborto.
Su postura al respecto ha sido notoriamente más clara que la de Biden, quien, como hombre católico de 81 años, mantenía una posición menos contundente sobre el tema.
Para Trejkov, la defensa del derecho al aborto favorecerá la campaña de Harris, especialmente por quienes defienden que “negar a las mujeres el derecho al aborto las relega de hecho a un estatus de segunda clase, con sus cuerpos regulados inconstitucionalmente por el gobierno”.
Añade que, curiosamente, aunque Donald Trump se ha atribuido el mérito de la anulación del caso Roe contra Wade, recientemente ha suavizado su postura sobre la retórica antiaborto, sugiriendo en su lugar que sean los estados los que decidan.
“Esta postura, sin embargo, sigue siendo polémica para muchos votantes que la ven como otra forma de control gubernamental sobre el cuerpo de las mujeres. Para complicar aún más las cosas -y complicar potencialmente la campaña de Trump-, su candidato a vicepresidente, JD Vance, ha expresado su apoyo a una prohibición nacional del aborto”, apunta la experta.
3. Las guerras en Ucrania y Gaza
La vicepresidenta no ha mostrado signos de suspender el apoyo de su país a Israel, su mayor aliado en Medio Oriente. Harris coincide con el presidente Biden en el derecho de Israel a la autodefensa, pero hace hincapié en la forma en que se lleva a cabo y ha expresado su preocupación por las tácticas empleadas por el primer ministro Benjamin Netanyahu en la franja de Gaza.
En marzo, pidió un “alto el fuego inmediato” en Gaza al calificar la situación como una “catástrofe humanitaria”. Reconoce que la amenaza de Hamás debe ser eliminada, pero también ha afirmado que “demasiados palestinos inocentes han sido asesinados”.
“En marcado contraste, Donald Trump ha declarado que haría la vista gorda ante las acciones de Israel, sugiriendo que ‘les dejaría terminar el trabajo’, dando esencialmente carta blanca a Netanyahu en Gaza. Durante un debate, también se refirió despectivamente a Biden como palestino, usándolo para dar a entender que era antiamericano o villano”, destaca Trajkov.
Harris, que apoya una solución de dos Estados, está casada con un judío, Doug Emhoff, muy activo en la lucha contra el antisemitismo.
En lo que respecta a Ucrania, las diferencias entre Harris y Trump son igual de pronunciadas. La demócrata reconoce la importancia crítica de una victoria ucraniana para frenar las ambiciones de Vladimir Putin en Europa, que suponen una amenaza para la democracia y corren el riesgo de desencadenar un conflicto más amplio en el continente europeo, como ya lo han advertido expertos y los aliados de Estados Unidos en la región.
Por el contrario, apunta Trejkov, Trump ha sugerido que el presidente ucraniano negocie con Putin, sugiriendo incluso que Zelenski ceda territorio ucraniano a Rusia. “Este enfoque suscita la preocupación de que dejaría a Putin impune y sin disuadirle de nuevas acciones agresivas, potencialmente en otras partes de Ucrania”, señala.
4. El clima
Harris ha dejado claro que está del lado de la energía limpia y la justicia ambiental. Durante el actual gobierno ha apoyado los esfuerzos climáticos de Biden, incluida la legislación que proporcionó cientos de miles de millones de dólares en créditos fiscales y reembolsos para energía renovable y vehículos eléctricos, señala el diario “The New York Times”.
La cadena CBC recuerda que cuando Biden anunció a Harris como su compañera de fórmula en la campaña del 2020, destacó su postura firme contra las grandes petroleras cuando ocupó puestos clave en California. “Como fiscal general del estado, Harris ganó acuerdos multimillonarios con las grandes petroleras Chevron y BP por supuestas violaciones a las normas de contaminación de los tanques subterráneos de almacenamiento de combustible”, apunta el medio.
Su postura es sustancialmente opuesta a la de Trump, quien no solo ha negado el cambio climático y sus efectos, sino que retiró a Estados Unidos del Acuerdo de París para limitar las emisiones de gases de efecto invernadero, una polémica decisión que posteriormente fue revertida por Biden.
El 65% de los estadounidenses quiere que el país se centre en aumentar la energía solar, eólica y otras energías renovables y no los combustibles fósiles, según una encuesta realizada en mayo por el Pew Research Center.