Al menos 67 personas han muerto y cientos están desaparecidas debido a los incendios que han avanzado rápidamente por la isla hawaiana de Maui.
Las muertes en la ciudad de Lahaina, el principal destino turístico de la isla, se produjeron luego de que los fuertes vientos del huracán Dora, que pasó al sur del archipiélago de Hawái, avivaran las llamas.
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El fuego ha quemado vecindarios enteros hasta los cimientos.
Las autoridades estiman que unas 1.000 personas siguen desaparecidas, aunque muchas podrían estar sanas y salvas aunque sin posibilidad de comunicarse debido a que las líneas de comunicación están caídas.
El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, emitió una declaratoria de desastre mayor para el estado de Hawái.
Con ello, el gobierno federal proporcionará fondos de ayuda destinados a los esfuerzos de recuperación estatales y locales.
Miles de personas se han visto obligadas a evacuar sus hogares y se ha declarado el estado de emergencia.
Las autoridades emprendieron una gran operación de búsqueda y rescate de víctimas. Diversos reportes señalan que hay decenas de desaparecidos.
"Acabamos de pasar por el peor desastre que he visto en mi vida. Todo Lahaina está reducido a cenizas. Es como un apocalipsis", dijo a la agencia Reuters un vecino, Mason Jarvi.
Imágenes satelitales han mostrado cómo solo quedaron los cimientos de decenas de construcciones en el sur de Lahaina.
El expresidente Barack Obama, quien nació en Hawái, dijo en Twitter: "Es difícil ver algunas de las imágenes que surgen de Hawái, un lugar que es tan especial para tantos de nosotros".
"Michelle y yo estamos pensando en todos los que han perdido a un ser querido".
En Maui fueron abiertos cinco refugios, los cuales se llenaron por completo, según las autoridades. La isla es un popular destino turístico. Se le ha pedido a los visitantes a que se mantengan alejados.
"Este no es un lugar seguro para estar", dijo a los periodistas la vicegobernadora de Hawái, Sylvia Luke.
El lado occidental de la isla, que es la segunda más grande del archipiélago hawaiano, quedó casi aislado por completo con solo una carretera principal abierta.
"Apenas logramos salir a tiempo", dijo Kamuela Kawaakoa, quien huyó a un refugio de evacuación el martes con su pareja y su hijo de seis años, a la agencia Associated Press.
“Fue tan difícil quedarse allí y ver mi ciudad arder hasta convertirse en cenizas y no poder hacer nada”, dijo. “Estaba indefensa”.