En solo un mes, los demócratas han pasado de tener la elección presidencial casi perdida a ser los favoritos para mantener el control de la Casa Blanca. Luego de semanas plagadas de duras críticas y cuestionamientos a sus capacidades, el 21 de julio el presidente Joe Biden renunció a sus intenciones de ser reelegido y pasó el testigo a Kamala Harris, quien ha conseguido remontar la contienda y aventaja al republicano Donald Trump por entre 2% y 5% de intención de voto, según diferentes encuestas recientemente publicadas.
MIRA: El sorprendente inicio de la candidatura de Kamala Harris, que ya supera a Trump en tres estados clave
En estas semanas, Harris no solo supo explotar su potencial como una candidata de “múltiples identidades” y mostrarse como una opción más fresca en la boleta –aupada por el contraste, al ser comparada con su predecesor–, sino que además demostró que posee una gran capacidad para elegir.
—Una buena dupla—
“Los candidatos vicepresidenciales en EE.UU. nunca ayudan a un presidente a ganar, pero lo pueden ayudar a perder”, comenta a El Comercio Patricio Navia, profesor de la Universidad de Nueva York.
La primera semana de agosto, Tim Walz fue anunciado como el compañero de fórmula de Harris. Antiguo profesor de secundaria, entrenador de fútbol americano y veterano militar, el actual gobernador de Minnesota llegó para complementar a Harris.
“Walz aporta balance al binomio. Es bastante popular en su estado. Su elección ha sido bastante acertada”, opina el analista político Hernán Molina.
“Fue más acertada que Trump en su elección”, agrega Navia.
A mediados de julio, el polémico líder republicano sorprendió a más de uno al anunciar que J.D. Vance, senador por Ohio, sería su candidato a la vicepresidencia. Si bien tanto Vance como Walz son figuras poco conocidas en el espectro nacional, el efecto que cada uno ha tenido en la campaña de su partido ha sido totalmente distinto.
Mientras que el demócrata tiene un 39% de opiniones positivas, el republicano acumula un 32%, según un reciente sondeo de ABC News, “The Washington Post” e Ipsos. La principal razón, según los analistas, es que mientras Walz se muestra como una figura complementaria a Harris, Vance más bien refuerza los defectos de Trump.
“Los candidatos no deberían enfocarse en su voto duro porque inevitablemente va a llegar a ellos, son personas que odian al otro candidato. Creo que Trump debió apostar por un compañero más moderado que le permita llegar a votantes indecisos”, señala Navia.
En todo caso, el próximo 1 de octubre será una jornada decisiva para medir la capacidad de ambos, pues tanto Walz como Vance han confirmado su participación en el debate de vicepresidentes organizado por CBS News.
Según Molina, el encuentro tendrá como temas principales el aborto, los peligros hacia la democracia —lo que incluye el asalto al Capitolio y la figura de Trump ante los poderes—, la economía, la migración y la seguridad fronteriza.
“Para el trabajador promedio de Estados Unidos, las propuestas de Walz tanto en su estado como candidato a vicepresidente son importantes. Además, permitirá ver qué profundidad tiene Vance respecto de los temas”, comenta el analista.
“No sé si los debates vicepresidenciales tienen mucho impacto en cuanto a intención de voto, pero mostrará el criterio de los candidatos para elegir a su compañero. Si Vance lo hace mal, podría dejar la impresión de que Trump no sabe escoger a su compañero de fórmula. Y lo mismo del lado demócrata”, complementa Navia.
50%
de intención de voto acumularía Harris frente al 45% de Trump, según la encuesta de ABC News/“The Washington Post”/Ipsos.
42%
de percepción negativa acumula J.D. Vance, según el mismo sondeo, que refleja una preferencia por Tim Walz.
—Fiesta demócrata—
Con todo esto encima, no sorprende que el discurso de Walz sea uno de los más esperados en la Convención Demócrata.
Un factor que toma otra dimensión si consideramos que el evento contará con oradores como el presidente Joe Biden; la primera dama, Jill Biden; la exsecretaria de Estado Hillary Clinton, y el expresidente Barack Obama, entre otros.
“Se espera que sea una fiesta porque eso suelen ser las convenciones. Harris tiene a los delegados que necesita, los compromisos y el comité central ya la ha ungido extraoficialmente. Servirá para mantener esta efervescencia que le ha devuelto la vida al Partido Demócrata”, considera Molina.
“Las convenciones suelen ser momentos en los que la popularidad de los candidatos aumenta. Lo mismo le pasó a Trump, pero, lamentablemente para los republicanos, se centró mucho en criticar a Joe Biden y después el presidente se bajó de la campaña. Ahora los demócratas tienen la oportunidad de atacar a Trump, pero sobre todo de destacar las fortalezas de Harris y dar a conocer más sobre Tim Walz”, agrega Navia.
La ciudad de Chicago se blindó desde el domingo con una fuerte presencia policial y cordones de seguridad, en la víspera del comienzo de la Convención Demócrata y ante la previsión de protestas contra el papel de EE.UU. en el conflicto en Gaza.
Un gran contingente policial de Chicago, estatal y federal, se desplegó en las cercanías del United Center y el McCormick Place, donde se celebrará el cónclave demócrata, que reunirá a un promedio de 50.000 personas durante sus cuatro días.
Las medidas de seguridad se han extendido por toda la ciudad por miedo a que se repitan las escenas de la famosa convención de 1968, en la que las protestas contra la Guerra de Vietnam se saldaron con un muerto, cientos de detenidos y momentos de violencia policial en un año de gran tensión política.
Los manifestantes han anunciado su intención de congregar a 20.000 personas en, por lo menos, dos jornadas de protestas.