Este domingo 15, apenas dos meses después de que el expresidente Donald Trump sufriera un intento de asesinato durante una presentación en Pensilvania, se registró otro incidente grave en contra del candidato republicano, esta vez mientras se encontraba disputando un encuentro de golf en un campo al sur de Florida.
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A diferencia del evento ocurrido a mediados de julio, cuando Trump sufrió una herida leve en la oreja, un asistente murió y otros dos resultaron heridos, esta vez el presunto atacante fue neutralizado por los agentes del Servicio Secreto antes de que disparara luego de divisar el cañón de su arma asomándose por los arbustos y posteriormente fue detenido.
“Es muy serio que una persona portando ese tipo de arma (una AK47), esté tan cerca del expresidente. Sobre todo tan poco tiempo después del otro atentado”, alerta a El Comercio el analista político, profesor de UCLA y comentarista de CNN en Español Octavio Pescador.
La acción del personal de seguridad ha sido celebrada por algunos sectores, pero también se ha criticado que la amenaza se acercara tanto al líder republicano, lo que reflejaría la crisis por la que atraviesa la agencia encargada de salvaguardar a las principales figuras políticas en Estados Unidos.
- Problemas de personal -
El Servicio Secreto, la primera agencia federal de inteligencia y contraespionaje en Estados Unidos, fue creada en 1865 con la misión de combatir la falsificación de dinero. Sin embargo, en 1901, tras el asesinato del presidente William McKinley, se le encomendó hacerse cargo de la protección del presidente, vicepresidente y sus familias.
Actualmente vela por la seguridad de los exgobernantes, sus familias y los candidatos, tanto a la presidencia como a la vicepresidencia, durante los 120 días previos a la elección. También se encarga de la seguridad en ciertas sedes diplomáticas y de los jefes de gobiernos extranjeros cuando visitan oficialmente Estados Unidos.
El Servicio Secreto cuenta con entre 7.800 y 8.100 trabajadores, entre los que destacan los agentes especiales, quienes aseguran estar dispuestos a “tomar una bala por el presidente” o funcionario que tengan bajo su cuidado.
Una investigación de la cadena NBC revela que en los últimos diez años la cantidad de agentes especiales se han reducido desde 4.027 hasta 3.671, pese a que el presupuesto asignado a la agencia prácticamente se ha duplicado en el mismo período de tiempo, pasando de US$1,8 mil millones en el 2013 a más de US$3 mil millones en la actualidad.
Sin embargo, estas cifras resultarían engañosas. “El porcentaje de recursos que reciben frente al trabajo que tienen que hacer ha ido disminuyendo paulatinamente. Son más las tareas que deben hacer que el dinero del que disponen”, explica Pescador.
A causa de ello, muchos de los agentes especiales preferirían desempeñarse en el sector privado, donde encuentran mejores salarios y trabajos menos exigentes, señala NBC.
Luego de este último incidente contra Trump en Florida, el propio presidente Joe Biden ha asegurado que “el Servicio (Secreto) necesita más ayuda” y “podemos requerir más personal”.
- Cuestionamientos a su eficiencia -
Estas carencias logísticas se habrían hecho presentes antes del tiroteo de julio en Pensilvania, donde las investigaciones posteriores revelaron que el equipo de seguridad habría solicitado más personal y recursos, pero que estos fueron denegados por la agencia.
El ataque, con el tirador apostado a tan solo 200 metros de Trump, se convirtió rápidamente en un escándalo que llevó ante una comisión investigadora del Congreso a la entonces directora de la agencia, Kimberly Cheatle.
Cheatle estaba al frente del Servicio Secreto desde agosto del 2022 y en su momento generó una gran expectativa por las reformas significativas que prometía concretar, sobre todo luego de años en los que la reputación de la agencia se había visto mellada por escándalos. Uno de los más notorios ocurrió en el 2012, cuando 10 agentes fueron despedidos por haber llevado mujeres, incluidas prostitutas, a sus habitaciones de hotel en los días previos a la llegada del entonces presidente Barack Obama a Colombia.
Las audiencias contra Cheatle concluyeron con la dimisión de la directora hace pocas semanas. “Los cuestionamientos a la entonces jefa del Servicio Secreto hicieron ver que no todas las voces dentro de la agencia están muy alineadas. Incluso le costó el trabajo, no hubo un respaldo amplio de todos los sectores hacia ella”, comenta al respecto Pescador.
Después del incidente en Florida, Ronald Rowe, actual director interino de la agencia, ha viajado al estado sureño y asegurado que estará “indefinidamente” hasta que concluya la investigación. El gobernador de Florida, Ron DeSantis, anunció por su parte que el estado llevará a cabo su propia investigación.
“La gente merece saber la verdad sobre el posible asesino y cómo logró acercarse a menos de 500 metros del expresidente y actual candidato republicano”, escribió el gobernador en su cuenta en la red social X.
Ric Bradshaw, sheriff del condado de Palm Beach, donde se ubica el campo de golf, explicó por su parte que la cantidad de agentes asignados para el presidente en funciones, exmandatarios y candidatos es distinta.
Al respecto, el exagente del Servicio Secreto Barry Donadio cuestionó en diálogo con la BBC si todos estos personajes deberían recibir el mismo grado de protección. “Creo que probablemente esa tenga que ser la respuesta”, dijo.
- Impacto político -
Este lunes 16, Trump culpó a “la retórica de la izquierda comunista” por instigar al presunto intento de asesinato en su contra. Según el republicano, “la retórica, mentiras y declaraciones falsas hechas” por la vicepresidenta y aspirante demócrata, Kamala Harris, durante el debate presidencial “manipulado” en ABC “ha llevado la política de nuestro país a un nivel completamente nuevo de odio, abuso y desconfianza”.
Para Pescador, la situación le permite a Trump centrar la atención durante la campaña en un nuevo intento de asesinato y dejar atrás su muy discreta participación en el último debate presidencial.
Recordemos que el atentado de julio precedió a la nominación oficial de Trump como candidato republicano y el impacto del evento pareció borrar cualquier duda existente sobre su liderazgo en el partido.
Ahora, este nuevo incidente podría mas bien frenar la caída que venía sufriendo en la intención de voto, según Pescador.
“Cuando Kamala entró en carrera consiguió ponerse hasta 4 puntos por delante de Trump en las encuestas. Luego, una semana antes del debate, el republicano remontó y se encontraba en plena viada. Llegó el debate y su crecimiento se derrumbó debido a su desempeño. Por eso él y su campaña buscaron posicionar el discurso de que el debate estuvo amañado y que fue un 3 contra 1. Pero ese argumento no le funcionó, mientras que los demócratas obtuvieron réditos del comentario sobre haitianos comiendo mascotas en Springfield. Con este intento de atentado eso se va difuminando y le permite a Trump deshacerse del lastre que arrastraba luego del debate”, explica el experto.