Este lunes 15, durante el primer día de la Convención Nacional Republicana en Milwaukee, el ya confirmado candidato a la presidencia Donald Trump develó finalmente quién será su compañero de fórmula en comicios de noviembre. “Después de una larga deliberación y reflexión, y considerando los tremendos talentos de muchos otros, he decidido que la persona más adecuada para asumir el cargo de vicepresidente de Estados Unidos es el senador J.D. Vance, del gran estado de Ohio”, anunció el exmandatario a través de su red Truth Social.
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Con este anuncio, el exmandatario de 78 años pone fin a semanas de misterio sobre quien lo acompañará en su intento de regresar a la Casa Blanca, un cargo que ocupa especial relevancia luego de que el magnate neoyorquino sufriera un intento de asesinato el último fin de semana.
James David Vance, de 39 años, saltó a la fama nacional con la publicación en el 2016 de sus memorias, “Hillbilly Elegy” (“Elegía Campesina”). Fue elegido para el Senado en el 2022 y se ha convertido en uno de los defensores más acérrimos de la agenda del expresidente, para “devolver la Grandeza a Estados Unidos” según sus palabras, particularmente en materia de comercio, política exterior e inmigración.
Mucho antes de llegar a senador por Ohio, sufrió una infancia expuesto a la violencia, a las armas y al consumo de drogas en Middletown, su localidad natal en el estado vecino de Pensilvania, donde el expresidente Trump recibió un disparo en su oreja derecha el sábado 13.
Las constantes peleas de sus padres desembocaron en un divorcio tras el que J.D. empezaría a usar el apellido Vance de su madre en vez del Bowman paterno; y su crianza recayó en su aguerrida abuela, a quien llamaba “Mamaw”, cuyas enseñanzas moldearon a la persona y al político que es hoy.
Cuando Trump irrumpió en la escena política, curiosamente Vance fue uno de sus primeros críticos. “No puedo soportar a Trump. Temo que esté llevando a la clase trabajadora blanca a un lugar muy oscuro”, aseguró en el 2016 durante una entrevista con la radio pública NPR.
Ocho años más tarde la situación ha cambiado drásticamente. “Actualmente “JD Vance es más trumpista que Trump”, asegura a El Comercio la experta mexicana en política internacional, Brenda Estefan. ”Tiene una historia de lucha del hombre blanco que nació en condiciones desfavorables, con una familia destrozada por el consumo de opioides pero que pudo salir adelante. Esas historias de éxito siempre gustan en Estados Unidos, es un país de storytelling y el discurso de Trump va en ese sentido”, agrega la analista.
- Las opciones descartadas -
Durante los últimos días Trump jugó con el misterio de develar quién sería su candidato a vicepresidente y le pidió a sus seguidores que esperaran hasta la Convención Republicana para conocerlo.
Entre los nombres que se barajaban para ocupar el cargo estaban el del senador por Florida Marco Rubio; el gobernador de Dakota del Norte, Doug Burgum; y el de Vance.
“Marco Rubio tiene más posicionamiento nacional e internacional, es un personaje con más camino recorrido. Mientras que Doug Burgum tiene este lado de éxito empresarial y ser un poco menos controversial”, explica Estefan.
En ese sentido, y ante el análisis de diferentes expertos que sugerían que Trump fuese a moderar su discurso tras el atentado, Burgum sonaba como una opción prometedora. “Si se buscara a alguien menos radical, que atemperara el discurso político, debería haber sido Burgum”, comentó Estefan a este Diario.
Sin embargo, minutos antes del anuncio de Trump por su red social, fuentes de la agencia The Associated Press adelantaron que tanto Rubio como Burgum fueron informados de que no habían sido seleccionados.
En ese sentido, la elección de Vance es también un mensaje de Trump rechazando que vaya a moderarse en lo que resta de campaña. “Vance encarna el discurso de ‘ellos contra nosotros’, ese según el cual la policía y la justicia están vendidos a los demócratas. La idea de que iba a moderar su lenguaje con la elección del vicepresidente, queda claro que no será así. Incluso Vance fue el primero en tuitear tras el ataque, asegurando que fue responsabilidad de Biden y de la campaña demócrata. Su elección reafirma este discurso de división”, analiza Estefan.
“La premisa central de la campaña de Biden es que el presidente Donald Trump es un fascista autoritario al que hay que detener a toda costa (...) Esa retórica condujo directamente al intento de asesinato del presidente Trump”, escribió Vance en la red social X poco después del ataque a Trump, lo que le valió severas críticas del lado demócrata.
- Prueba de fuego -
Con solo dos años como senador, la elección de Vance como candidato a vicepresidente por los republicanos es de lejos el mayor reto de su naciente carrera política. En los últimos tiempos, el exmandatario ha expresado en diferentes ocasiones que le guarda especial estima al joven político a quien no ha dudado en calificar como “un joven Abraham Lincoln”.
Sin embargo hace tan solo unos años la situación era diametralmente distinta. Poco después de lo dicho por Vance contra Trump en NPR, el joven fue virando cada vez más hacia el conservadurismo. Durante su campaña por llegar al Senado, Trump aseguró que “J.D. me está besando el culo porque necesita mi apoyo”.
Tras conseguirlo, Vance tuvo que disculparse con el líder republicano y pocos meses después cerró filas con él en un acto conjunto en Ohio, donde criticaron a Biden por el descarrilamiento de un tren con productos químicos y Trump definió a J.D. como “una joven estrella, un gran senador y un verdadero luchador” del que no le molesta ni su tupida barba.
Y son precisamente esos cambios tan bruscos de valoración por parte de Trump los que deberían causar mayor preocupación en Vance. “Cualquiera que acepte trabajar con Trump, no solo como vicepresidente sino en su gabinete, conoce el desenlace de (Mike) Pence y más de diez personajes que terminaron en un gran pleito con Trump”, recuerda Estefan.
El caso del exvicepresidente Pence es simbólico, especialmente por cómo frustró los intentos de Trump por interrumpir la certificación de Joe Biden tras su victoria en las urnas. Sin embargo, esta resistencia le supuso a Pence el desprecio de un partido que ahora es más trumpista que republicano.
En ese sentido se pronunció el equipo de campaña del actual presidente Biden, desde donde aseguraron que Vance no sería capaz de replicar lo hecho por Pence en el Capitolio el 2021.
“Donald Trump eligió a J.D. Vance como su compañero de fórmula porque Vance hará lo que Mike Pence no hizo el 6 de enero: doblegarse para facilitar la agenda extrema MAGA (Make America Great Again o Hacer a EE.UU. grande de nuevo) de Trump, incluso si eso significa infringir la ley y sin importar si hace daño al pueblo estadounidense”, afirmó la presidenta de la campaña de Biden, Jen O’Malley Dillon, en un comunicado recogido por EFE.