Fiscales siguen cercando a la Organización Trump con la acusación a su jefe de finanzas. ¿Qué tan comprometidas están las empresas del expresidente?

A primera hora de la mañana, Allen Weisselberg, el director financiero del grupo insignia del expresidente Donald Trump, se entregó a las autoridades de Nueva York tras ser acusado por supuestos delitos fiscales.

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Weisselberg, de 73 años, es uno de los empleados más leales de Trump y lo conoce desde hace décadas pues incluso trabajó para Frederick Trump, el patriarca de la familia y padre del exmandatario.

Tras varias horas bajo custodia, Weisselberg compareció en un juzgado de Manhattan y se declaró no culpable de los cargos presentados por la fiscalía de Nueva York, que lo acusa de varios cargos criminales que incluyen hurto mayor, fraude, conspiración y falsificación de documentos por una supuesta trama de 15 años para evadir impuestos.

La investigación a Weisselberg es vital para corroborar si la Organización Trump -donde trabaja desde 1973- evadió impuestos, realizó fraudes fiscales o demás delitos financieros.

El leal alto directivo del conglomerado ha sido acusado también de evadir impuestos sobre ingresos por 1,7 millones de dólares, como parte de una trama organizada por el poderoso grupo empresarial del exmandatario para no declarar ingresos.

Estos cargos son los primeros correspondientes a las pesquisas que mantiene desde hace unos tres años el fiscal del distrito de Manhattan, Cyrus Vance Jr., sobre los negocios de Trump y su familia.

Como parte de la investigación, Vance y los fiscales a su cargo habían estado indagando si Weisselberg no pagó impuestos sobre departamentos gratuitos que recibió de parte de la organización, así como matrículas en escuelas privadas para al menos uno de sus nietos o carros alquilados para su esposa.

Como una manera de presionarlo, la fiscalía estuvo investigando a Barry, uno de sus hijos. De hecho, la esposa de este, Jen Weisselberg, facilitó documentación pues se encuentra en una batalla judicial con su exmarido por la custodia de sus vástagos.

“Sabe de cada centavo que sale del edificio”, aseguraba sobre él Corey Lewandowski, el exjefe de la campaña electoral de Trump, en un libro publicado el año pasado.

Según John Burke, un exejecutivo de la compañía citado por “The New York Times”, Weisselberg es “un soldado”, muy bueno a la hora de hacer “lo que Donald Trump quería que hiciese”.

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Investigaciones contra Trump

En un comunicado, la Organización Trump aseguró que Weisselberg está siendo usado por los fiscales como un “peón” en un intento “por dañar al expresidente”.

“El fiscal del distrito está presentando una acusación criminal sobre compensaciones de empleados que ni el IRS (la autoridad fiscal estadounidense) ni otros fiscales pensarían nunca en presentar. Esto no es justicia, esto es política”, señaló la empresa.

Las dos investigaciones que siguen los fiscales del estado de Nueva York, donde siempre vivió Trump hasta convertirse en jefe de la Casa Blanca, llevan uno dos años. A mediados de mayo, la fiscal general del estado, Letitia James, anunció que la investigación contra el conglomerado de empresas de bienes raíces pasó a ser de naturaleza penal, lo que significa indicios de actividad delictiva que incluso podría llevar a la cárcel a los implicados.

Por su parte, el fiscal de Manhattan, Cyrus Vance, investiga si el expresidente, su compañía o personas vinculadas con ellos cometieron delitos relacionados con asuntos que incluyen pagos para comprar el silencio de mujeres que dicen haber tenido relaciones sexuales con Trump, avalúos de inmuebles y remuneraciones a empleados.

Como detalla la agencia EFE, las investigaciones en torno a la empresa de Trump se han acelerado en los últimos meses, con varios ejecutivos siendo llamados a testificar.

Las pesquisas han abarcado posibles fraudes fiscales, de seguros y otros delitos de alcance penal, supuestamente cometidos antes de la llegada de Trump a la Casa Blanca.

Estos podrían incluir tasaciones infladas, desgravaciones sin justificación y contabilidad duplicada con el fin de pagar muy pocos impuestos durante años, o no pagar nada.

En febrero pasado, el fiscal Vance consiguió acceder a las declaraciones de impuestos de Trump tras una larga batalla legal que incluso llegó a la Corte Suprema.

Parte del dinero sin declarar habría sido para Ivanka Trump, la hija del expresidente, quien en noviembre pasado señaló en Twitter que la investigación era “acoso y nada más” y que estaba “100% motivada por la política, la publicidad y el encono”.

Un área de 90 hectáreas en el norte del estado de Nueva York, el club de golf de Trump en Nueva Jersey o la emblemática Trump Tower en Manhattan también estarían bajo la lupa de los investigadores.

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¿Afectará el futuro político de Trump?

Los cargos presentados emergen justo cuando Trump ha retomado sus apariciones públicas. Esta semana estuvo en Texas, en la frontera con México, para criticar la política migratoria de su sucesor, Joe Biden.

En mayo pasado, cuando El Comercio hizo un informe luego que la fiscal James anunciara que sus indagaciones ya eran de naturaleza penal, analistas consultados por este Diario señalaron que las investigaciones si salpicarían al exmandatario y a su futuro político en caso se quiera presentar a las elecciones en el 2024.

“Políticamente, Trump tiene una fuerza impresionante dentro del Partido Republicano. Las investigaciones en curso, que no son nuevas pero que ahora tienen un carácter penal, sí le pueden representar problemas legales, y de ser encontrado culpable le pueden limitar el futuro político. Pero él sigue teniendo la capacidad de movilizar a su base y de recaudar fondos para apoyar o perjudicar a candidatos o políticos que no se alineen con sus deseos”, explicó en su momento a este Diario Octavio Pescador, profesor de la Universidad de California en Los Ángeles y comentarista de CNN en Español.

“Será muy difícil que salgan ilesos [Trump, su familia, sus allegados]. Quizá no vayan a la cárcel, pero tendrá que pagar multas muy altas o quedarán en libertad condicional. La mancha del crimen va a quedar”, dijo por su parte el analista político Hernán Molina.

Aunque la posibilidad de que Trump termine en la cárcel está en el tapete, esa realidad aún se ve lejana. Sin embargo, las investigaciones que cada vez más cercan a su organización podrían significar un fuerte dolor de cabeza para el hombre que apunta sin miramientos a regresar a la Casa Blanca.

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