Decenas de personas en Harlem esperan cajas de comida de un banco de alimentos en Nueva York, mientras en la ciudad siguen subiendo los casos de coronavirus. REUTERS/Brendan McDermid
Decenas de personas en Harlem esperan cajas de comida de un banco de alimentos en Nueva York, mientras en la ciudad siguen subiendo los casos de coronavirus. REUTERS/Brendan McDermid
/ BRENDAN MCDERMID
Redacción EC

El presidente ha decidido no dejar pasar el tiempo y sigue emprendiendo una serie de acciones para combatir la pandemia y las consecuencias económicas y sociales que ha traído a . Una de sus batallas es contra el hambre, algo que se podría ajustar a la realidad de un país del tercer mundo, pero que está azotando a la aún primera potencia.

“Casi 30 millones de estadounidenses sufren por no tener suficiente para comer”, ha dicho Brian Deese, director del Consejo Económico Nacional de la Casa Blanca, en una conferencia de prensa. “Esto incluye a uno de cada cinco adultos negros y latinos, según la encuesta más reciente”. Y agregó que uno de cada siete hogares tiene dificultades para comer adecuadamente.

Los comedores comunitarios y bancos de alimentos, lugares a los que normalmente accedían las personas de más bajos recursos, además de indigentes, ahora son frecuentados por familias de clase media que se han quedado casi sin ingresos debido a la pandemia del COVID-19, el desempleo y continuo cierre de negocios, sobre todo de pequeñas y medianas empresas.

Donación, recolección y distribución

¿Qué es un banco de alimentos? Son organizaciones sin fines de lucro que funcionan gracias a donaciones, y recolectan y distribuyen alimentos a organizaciones benéficas dedicadas a aliviar el hambre de las familias y personas más necesitadas. Los bancos de alimentos actúan como depósitos donde se almacena la comida -verduras, frutas, abarrotes o comida envasada- y desde ahí se entregan a otras agencias que son las que se encargan de distribuirlas directamente a la gente, según señala , uno de los bancos de alimentos más grandes de Estados Unidos y que funciona desde hace 42 años.

Estas son cajas con alimentos que provee Los Angeles Regional Food Bank y que son entregadas a familias en distintos estacionamientos de la ciudad.   REUTERS/Bing Guan
Estas son cajas con alimentos que provee Los Angeles Regional Food Bank y que son entregadas a familias en distintos estacionamientos de la ciudad. REUTERS/Bing Guan
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Esta organización entregó solo entre marzo y octubre del 2020 unos 4.200 millones de platos y registró un 60% más de personas que acudieron a sus comedores afiliados durante la pandemia. Cuatro de cada diez personas lo hicieron por primera vez.

Según un informe de la agencia AP, en 181 comedores comunitarios de Feeding America se entregaron casi un 57% más de comida en el tercer trimestre del año pasado en comparación al mismo período del 2019.

Los miles de voluntarios que están en todo el país en los bancos de alimentos y comedores no cesan de atender a personas que hacen larguísimas colas para poder recibir comida. En ciudades como Nueva York, las colas se hacen de pie, pero en otros lugares, como en San Antonio, Texas, se ven caravanas de vehículos apostados afuera de estos lugares.

Como Willie Paul, que llevó a su nieto a un centro de entrega en esta ciudad sureña. “Esta mañana él me preguntó qué íbamos a desayunar. No supe qué decirle”, le comentó con lágrimas en los ojos a un reportero de la BBC.

Un voluntario carga alimentos en un centro de distribución de Los Angeles, donde se entrega comida a las personas necesitadas. REUTERS/Bing Guan
Un voluntario carga alimentos en un centro de distribución de Los Angeles, donde se entrega comida a las personas necesitadas. REUTERS/Bing Guan
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“Usualmente donamos al banco de comida, pero ahora me tocó venir a mi”, relata también Brenda Zúñiga, una peluquera que perdió su trabajo y madre de dos niños.

“Tanto en ciudades como en áreas rurales hay estrés en todos los bancos de alimentos debido a la gran cantidad de personas que solicitan comida”, dijo a la cadena VOA Zack Wilson, director ejecutivo del High Plains Food Bank en Amarillo, Texas.

“La pandemia ha aumentado la demanda de asistencia alimentaria en comunidades que ya estaban pasando apuros, especialmente para las personas de color y las familias trabajadoras de bajos ingresos”, explica Kyle Waide, director ejecutivo del Atlanta Community Food Bank, otro de los bancos de alimentos más grandes del país. “La mitad de las personas que vienen a nuestra despensa están allí por primera vez”, lo que también incluye a estadounidenses de clase media sin trabajo, agrega Waide.

Además de los comedores populares, el Programa de Asistencia Suplementaria Nutricional, del gobierno federal, también ofrece cupones alimenticios en todo el país.

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