Ronald Lee Heskell tiene 33 años y un prontuario llenó de violencia. En el 2002, se casó en Utah con Melanie Lyon, hermana de Katie Stay. El matrimonio fue una tortura para Melanie que, cada día, afrontaba la cruda realidad de amanecer al lado de un hombre que la golpeaba constantemente.
¿Qué llevó a Heskell a asesinar a los Stay? Según relató Verena Beckstrand, vecina de los Stay en Texas, Katie decidió viajar a Utah para a rescatar a su hermana y a sus cuatro sobrinos del infierno que vivían. Los trajo a Texas, donde podían empezar una nueva vida.
“Katie fue muy solidaria al ayudar a su hermana, traerla hasta aquí para que pueda tener un nuevo comienzo. Ella era una mujer decidida, con mucha energía para luchar por lo que creía correcto”, agregó Beckstrand mientras contenía las lágrimas.
Al parecer todo marchaba bien, pues Melanie había conseguido el divorcio en junio del 2013 y el juez le concedió una orden de protección. Pasó unos meses en la casa de los Stay y luego se mudó, en compañía de sus pequeños hijos, a la casa de sus padres, a unos pocos kilómetros de la casa de Katie.
No obstante, Melanie ni Katie imaginaban el horroroso ataque que se maquinaba Ronald Haskell.
CASSIDY HABLA
En la primera versión de los medios de comunicación, se especificó que Cassidy -la adolescente de 15 años que sobrevivió a Haskell, tras simular estar muerta-, intentó cerrar la puerta para evitar la entrada del sujeto. No obstante, otra fue la versión recogida por el fiscal, la misma que fue relatada durante la audiencia del viernes.
El corpulento hombre llegó la tarde del miércoles a la residencia de los Stay y, al parecer, fue en dos ocasiones. Heskell llevaba ropa de cartero. La primera vez, llamó a la puerta y Cassidy le dijo que sus padres no habían llegado. Él dijo que regresaría.
Poco después, volvió y la chica le respondió lo mismo. Sin embargo, en esta ocasión, se ofreció a tomar su número telefónico y su nombre. Ella no lo reconoció. Segundos después, la adolescente se volteó en busca de un lápiz y papel, cuando escuchó la puerta cerrarse. Era demasiado tarde. El terror había comenzado.