Un seguidor de Trump camina dentro del Congreso estadounidense con la bandera confederada, aquella que enarbolaban los esclavistas en la guerra civil. REUTERS/Mike Theiler
Un seguidor de Trump camina dentro del Congreso estadounidense con la bandera confederada, aquella que enarbolaban los esclavistas en la guerra civil. REUTERS/Mike Theiler
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Gisella López Lenci

Los estadounidenses siguen procesando las increíbles imágenes del miércoles pasado, en que una turba de manifestantes proTrump asaltó violentamente el Capitolio en Washington DC. Pero lo ocurrido no fue algo sorprendente, sino la lamentable confirmación de algo que iba a estallar en cualquier momento, bajo los auspicios del propio presidente y su retórica inflamatoria.

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