Un pequeño descuido dejó al descubierto una feroz mentira de un falso agente de policía. Esto sucedió en Maryland, al noreste de Estados Unidos, cuando una persona de nombre Antione William Tuckson fue interrogado por agentes de las fuerzas armadas y llegaron a la conclusión, bajo algunas pistas que recabaron, que no pertenecía realmente al servicio de seguridad y ahora afrontará un juicio donde podría ser condenado a diez años de prisión.
Según las fuentes judiciales, Tuckson, en su apariencia, tenía todos los elementos necesarios para que una persona lo identifique como policía: portaba con una placa de identificación, un uniforme con el chaleco antibalas, una pistola reglamentaria, la camioneta para transportarse con las luces características del servicio y también llevaba consigo un perro, con su respectivo atuendo, que lo convertía en un oficial canino K-9.
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Justamente, su acompañante canino fue el que abrió la puerta del misterio de sus otros “colegas”. El principio de la farsa se descubrió el 6 de marzo del año 2020, cuando Tuckson, por ese entonces guardia de seguridad de un restaurante, procedió a intervenir contra dos clientas que no querían pagar la cuenta e intentaban irse del local y al perseguirlas llamó al departamento policial de Prince George en búsqueda de refuerzos.
Al arribar al lugar, los uniformados se percataron de un detalle clave: dejó a su perro policía en el restaurante, algo que está penado por la ley, ya que el animal siempre permanece al lado de su agente asignado. Luego de esta situación, donde fue cuestionada su labor en el servicio de los US Marshals, el hombre pidió que se comuniquen con Nijea Nicole Rich, su cómplice, que se hacía pasar como supervisora del destacamento policial.
Vestida con un pantalón táctico de color marrón y poseedora de un arma, dos juegos de esposas, una radio para comunicarse y un bastón extensible, Rich, de 40 años, cuestionó que su compañero esté arrestado y aclaró que el animal que lo acompañaba cumplía la labor de oficial y además era un sostén emocional para el implicado.
Lo que sería el detonante final para que ambas personas sean desenmascaradas, fue cuando la mujer arribó a la División de Servicios para Animales del condado de Prince George con un auto, símil a una patrulla, sin ninguna insignia identificatoria y se identificó como agente de la fuerza para recuperar al perro. Al ser rastreada en la base de datos, no se registró ningún resultado cuando buscaron sus nombres y fueron arrestados.
Tuckson, de 37 años, mantuvo su mentira durante 15 años, haciéndose pasar como agente federal del Servicio de los Marshals, quienes se dedican a la búsqueda de fugitivos y están a cargo del programa de testigos protegidos del Departamento de Justicia.
Ambos están a disposición de la Justicia, que recabará todos los indicios y pruebas necesarias para establecer el veredicto final. En el caso de Tuckson, quien ya registra antecedentes de otros delitos de gravedad, su pena podría ser de diez años. Caso contrario a Rich, que podrá ser condenada a tres años de prisión y se encuentra, actualmente, bajo libertad condicional por decisión del juez.