Berlín [AFP]. En la carrera contra el coronavirus, Alemania apuesta por los test de diagnóstico masivos y la cuarentena para contener la cadena infecciosa, una estrategia seguida por Corea del Sur, cuyo éxito se ha convertido en la envidia del mundo.
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Alemania ya realiza más pruebas de diagnóstico que ningún otro país europeo: entre 300.000 y 500.000 por semana, según las autoridades.
Pero el gobierno de la canciller Angela Merkel espera acelerarlos a 200.000 tests diarios, según un documento del ministerio del Interior al que tuvieron acceso varios medios de comunicación alemanes.
El objetivo sería someter a diagnóstico a todo aquel sobre el que haya una mínima sospecha de que ha podido contraer el virus, así como al círculo de personas que han estado en contacto con un caso confirmado.
Actualmente, los criterios para realizar las pruebas se centran en las personas con síntomas de estar infectadas con COVID-19 y hayan tenido contacto con un caso confirmado.
La idea, según el documento, es pasar de los tests “que confirman la situación” a test que “se adelanten” a la misma.
En esta batalla, la información de los teléfonos inteligentes sobre la localización del usuario sería un arma imprescindible. Ello permite seguir los movimientos recientes de un paciente para encontrar a las personas y aislar a las potencialmente infectadas.
Sin embargo, aunque autoridades y epidemiólogos están a favor del seguimiento de los teléfonos, la vida privada sigue siendo sacrosanta en Alemania, una nación traumatizada por el nazismo y, tiempo después, durante la Guerra Fría, por la vigilancia y el control de la población en el sistema comunista de Alemania del este.
Los planes propuestos en Alemania son similares a la estrategia de “busca, controla y trata”, que ayudó a Corea del Sur a frenar la propagación de la pandemia.
Incluye pruebas de diagnóstico masivas en busca de casos potenciales y el uso de la tecnología para monitorear pacientes.
Aunque Alemania y Corea del Sur son dos países diferentes, la estrategia del país asiático contra el virus “puede ser un ejemplo”, dijo el responsable del Robert Koch Institute (RKI) para el control de enfermedades al diario Frankfurter Allgemeine Zeitung.
“Un punto crucial es seguir la información de los teléfonos”, aseguró Lothar Wieler.
Con un total de 389 muertos y más de 52.000 casos, la letalidad del virus en Alemania es del 0,7%, mucho más bajo que el 10% en Italia, el país más afectado del mundo, o el 8% en España.