El expresidente de Honduras, Juan Orlando Hernández, quien ha sido señalado en Estados Unidos por presuntos vínculos con el narcotráfico, juramentó como miembro del Parlamento Centroamericano (Parlacen) tras finalizar su gobierno, con lo que mantiene su inmunidad y evita la posibilidad de ser extraditado.
Según informaron medios locales, Hernández se unió al Parlacen el jueves en la tarde, horas después de que Xiomara Castro asumiera la presidencia hondureña y en medio de llamados de congresistas de EE.UU. para que fuera acusado formalmente en ese país.
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El Parlacen otorga a sus miembros inmunidad procesal en América Central, aunque esa protección puede ser eliminada o suspendida si así lo solicita el país de origen de un miembro.
Un tribunal de Nueva York condenó a cadena perpetua a un hermano de Hernández por narcotráfico en un juicio en el que el ahora exmandatario fue señalado en numerosas ocasiones.
El expresidente ha negado los cargos y todavía no se ha abierto ningún proceso judicial en su contra.
Medios hondureños llevaban meses reportando sobre supuestas negociaciones de Hernández con el gobierno de Daniel Ortega para solicitar asilo en Nicaragua o para facilitar su entrada al Parlacen y mantener su inmunidad.
El juramento de entrada al organismo regional le fue tomada por Guillermo Daniel Ortega Reyes, el presidente del Parlacen quien es además un vocal aliado del mandatario nicaragüense.
La posición de Hernández en el Parlacen debe durar al menos cuatro años.
Poco antes de que juramentara en el organismo centroamericano y mientras crecían las dudas sobre su paradero, la congresista estadounidense Norma Torres pidió al Departamento de Justicia de su país que el mandatario fuese acusado de inmediato y que solicitara su extradición.
“El presidente Hernández ha sido una figura central en socavar el estado de derecho en su propio país y en proteger y ayudar a los narcotraficantes”, dijo Torres en un comunicado.
“Ha sido identificado repetidamente como co-conspirador en otros casos de narcotráfico”, agregó.
Una figura polémica
Hernández gobernó Honduras durante ocho años, aunque la Constitución del país no permite la reelección presidencial.
Sin embargo, un fallo del Tribunal Supremo, de mayoría oficialista, lo autorizó a presentarse para un segundo mandato en 2017.
Aquella elección no estuvo exenta de polémica. Luego de que el sistema electoral se cayera, Hernández comenzó a ganar ventaja en las votaciones y fue declarado ganador, lo que provocó masivas protestas que dejaron varios muertos.
Aunque el gobierno de EE.UU. reconoció su victoria, fiscales estadounidenses revelaron después que abrieron una investigación sobre el presidente Hernández, a quien señalaron como co-conspirador en el juicio de su hermano y de otro hondureño hallado culpable de narcotráfico, Geovanny Fuentes Ramírez.
El hermano fue arrestado en el aeropuerto de Miami y, días antes del inicio del juicio en 2019, Hernández firmó un polémico pacto migratorio con el entonces presidente Donald Trump para permitir que EE.UU. enviara solicitantes de asilo a Honduras, pese a tener una de las mayores tasas de homicidios del mundo.
Uno de los testigos en el caso fue un excontador de una arrocera hondureña que dijo haber visto cómo el actual presidente recibió maletines con dinero del narco, con el que buscó asociarse con un laboratorio de cocaína y habló reservadamente sobre “la protección y el trasiego de drogas”.
Cuando en los juicios surgieron testimonios que lo comprometían, el mandatario los rechazó como provenientes de criminales que querían vengarse de sus acciones contra el narcotráfico y reducir sus propias condenas en EE.UU.
“Cualquier narrativa sobre la batalla contra el narcotráfico en Honduras que omita la reducción sin precedentes del 95% (datos oficiales de USA) que logramos, generalmente es solo un vehículo para titulares dramáticos para promover el falso testimonio de los narcos que derrotamos”, tuiteó Hernández en ese entonces.
Relaciones complejas
Desde que asumió el cargo en 2014, el expresidente hondureño, conocido por sus iniciales, JOH, buscó mostrarse como un aliado de Washington en temas de seguridad y migración.
Durante años EE.UU. respaldó políticamente al presidente de Honduras pese a las acusaciones de corrupción gubernamental y abusos de derechos humanos por parte de las fuerzas de seguridad.
Durante el gobierno de Trump, Washington envió millones de dólares en ayuda a Honduras.
Tras su polémica reelección, Hernández decidió no renovar en 2020 el mandato de la Misión de Apoyo Contra la Corrupción y la Impunidad en Honduras, una organización creada con el respaldo de EE.UU. y la OEA que investigó a decenas de funcionarios del gobierno hondureño.
Sin embargo, las relaciones comenzaron a enfriarse con la llegada a la Casa Blanca del demócrata Joe Biden, quien ha promovido una agenda de combate contra la corrupción en Centroamérica.
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