Sidney [AP]. Auxiliados por un clima fresco y lluvia, los exhaustos bomberos de Australia fortalecieron las defensas contra los letales incendios que azotan el país antes de que vuelvan a intensificarse con las altas temperaturas pronosticadas para los próximos días.
Los primeros indicios de las secuelas financieras que ha dejado el desastre comenzaron a surgir el martes. El Consejo de Seguros de Australia indicó que la factura estimada por los daños se había duplicado en dos días, con reclamos a las aseguradoras por 700 millones de dólares australianos (US$485 millones).
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El primer ministro Scott Morrison indicó la víspera que el Gobierno asignaría 2.000 millones de dólares australianos adicionales (US$1.400 millones) a las tareas de recuperación, además de las decenas de millones de dólares que ya se habían prometido.
Morrison hizo su anuncio sobre los fondos mientras enfrenta intensas críticas de muchos australianos, que alegan que su respuesta a la crisis ha sido demasiado lenta. También ha sido criticado por minimizar la necesidad de que su gobierno participe en el combate al cambio climático, que según los expertos ayuda a agudizar los incendios forestales.
Azuzados por el clima más cálido y la mayor sequía registrados en la historia del país, los incendios han estado ardiendo desde septiembre, meses antes de lo usual en Australia. Hasta ahora han dejado 25 muertos, destruido 2.000 viviendas y arrasado con un área dos veces mayor que el estado de Maryland en Estados Unidos.
En el estado de Nueva Gales del Sur, 130 incendios continuaban ardiendo el martes, de los cuales unos 50 estaban fuera de control.