Kabul [AFP]. Los talibanes reivindicaron este lunes el ataque que se cobró la vida de un militar de Estados Unidos en Afganistán, un ataque que podría traer importantes consecuencias, en un momento en que Washington y los insurgentes han retomado sus negociaciones para lograr un acuerdo.
En un comunicado enviado a la AFP por mensajería WhatsApp, el portavoz Zabihulá Mujahid dijo que los talibanes “hicieron estallar un vehículo estadounidense en el distrito Char Dara de Kunduz”.
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Antes del comunicado talibán, el ejército estadounidense había anunciado la muerte de un soldado “en acción” en Afganistán, sin dar más detalles.
Un dirigente estadounidense indicó que el fallecido inspeccionaba un escondite de armas cuando se produjo una explosión. “No fue el resultado de un ataque, como lo afirma el enemigo”, añadió en declaraciones en off.
Esta muerte se produce en un momento en el que Washington y los talibanes intentan alcanzar un acuerdo sobre la retirada de las fuerzas estadounidenses, a cambio de garantías en materia de seguridad de las fuerzas insurgentes.
El presidente estadounidense, Donald Trump, había suspendido este diálogo a principios de septiembre después de un atentado en Kabul reivindicado por los insurgentes que causó 12 muertos, entre ellos un soldado estadounidense.
Las negociaciones, retomadas poco después, volvieron a detenerse en diciembre tras un ataque talibán contra un hospital cerca de la base estadounidense de Bagram, al norte de Kabul.
Al menos 20 soldados estadounidenses murieron en Afganistán en 2019, el año más letal para las Fuerzas Armadas de Estados Unidos en ese país desde el fin oficial de las operaciones de combate a fines del 2014.
Más 2.400 militares estadounidenses murieron en combate en Afganistán desde la invasión liderada por Estados Unidos en octubre de 2001.
Entre 12.000 y 13.000 soldados estadounidenses se encuentran actualmente en Afganistán. Trump aseguró que quería reducir esta presencia hasta al menos 8.600, puesto que quiere cumplir con su promesa de acabar con la guerra más longeva en la historia de Estados Unidos.
El ataque de este lunes tuvo lugar el día después de que se anunciara que el presidente afgano, Ashraf Ghani, tendría asegurada la reelección según los primeros resultados de las elecciones presidenciales celebradas hace dos meses.
Su principal adversario, el jefe del ejecutivo Abdullah Abdullah, ya ha anunciado que se opondrá a la reelección del actual presidente.
Ghani criticó en repetidas ocasiones que se lo haya mantenido al margen de las negociaciones entre Washington y los talibanes, que se oponen a negociar con el gobierno afgano al considerarlo un títere de Estados Unidos.
Este lunes también se produjo otra explosión durante un funeral en la provincia de Laghman, al este de la capital afgana, que provocó tres muertes y nueve heridos, indicó el portavoz del Ministerio del Interior, Nasrat Rahimi, que atribuyó su autoría a los talibanes, que no confirmaron esta información.