Arabia Saudita fue acusada de llevar adelante ejecuciones de forma “casi diaria”, según cuestionó este martes la ONU, y de decapitar a 12 personas en los últimos 14 días mientras la atención está centrada en la Copa del Mundo, a pesar de las promesas del régimen de no utilizar la pena de muerte para delitos no violentos.
“Desde el 10 de noviembre, 17 hombres han sido ejecutados por lo que son descritos como delitos de drogas y contrabando, con tres ejecuciones el lunes”, dijo la vocera del Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Derechos Humanos, Liz Throssell.
MIRA: Corte Suprema de Estados Unidos no detendrá la ejecución de preso que se sacó los ojos en prisión
La oleada de ejecuciones violó la moratorio implementada por la monarquía saudita en 2021 en el uso de la pena de muerte para delitos no violentos.
Así, “el reinicio de las ejecuciones por delitos de drogas en Arabia Saudita es un paso muy lamentable, especialmente cuando llega días después de que una amplia mayoría de los Estados en la Asamblea General de la ONU pidiera una moratoria mundial a la pena capital”, agregó Throssell.
MIRA: Mundial Qatar: el rey de Arabia Saudita decreta día festivo por la victoria contra Argentina
“Dado que las ejecuciones sólo son confirmadas una vez que tienen lugar en Arabia Saudita, no tenemos ninguna información sobre cuánta gente está en el corredor de la muerte”, profundizó la vocera, si bien señaló que cuentan con información que revela que un jordano estaría “en riesgo de ejecución inminente”.
Throssell subrayó que el caso de este detenido, Husein abu al-Jeir, fue abordado por el Grupo de Trabajo sobre Detenciones Arbitrarias, que determinó que su arresto fue arbitrario “al carecer de base legal” y ante las “graves preocupaciones sobre su derecho a un juicio justo”.
“Pedimos al gobierno saudita que detenga la inminente ejecución de Al-Jeir y que cumpla con la opinión del grupo de trabajo y reitere su condena a muerte, le libere de forma inmediata y sin condiciones y garantice que recibe atención médica, compensación y otras reparaciones”, indicó.
La vocera reiteró que “imponer la pena de muerte por delitos de drogas es incompatible con las normas y estándares internacionales”, y reclamó a Riad que “adopte una moratoria formal sobre las ejecuciones por delitos de drogas, que conmute las penas de muerte por delitos de drogas y que garantice el derecho a un juicio justo a todos los acusados, incluidos los imputados por estos delitos, en línea con sus obligaciones internacionales”.
En tanto, el príncipe heredero Mohammed Ben Salman, de 37 años, estuvo presente en Qatar para la ceremonia de inauguración del Mundial de fútbol el domingo y se lo fotografió sentado junto al jefe de la FIFA, Gianni Infantino.
Mientras todos los ojos están puestos en el fútbol, el gigante árabe llevaba adelante el fin de semana ejecuciones de inocentes, como el taxista Hussein Abo al-Kheir, que espera su turno tras ser condenado a muerte después de que se encontraran pastillas de anfetamina escondidas en su depósito de combustible en un puesto de control fronterizo.
Pero la organización de derechos humanos Reprieve asegura que las drogas fueron colocadas en su vehículo y que el hombre confesó bajo tortura. Su directora, Maya Foa, acusó al régimen de aprovechar al Mundial para distraer la atención internacional.
“Los socios internacional del Reino deben actuar ahora para salvar a Hussein y detener el derramamiento de sangre”, dijo Foa.
Arabia Saudita ejecutó en 2022 al doble de personas que el año pasado, lo que pone de manifiesto un aumento de la pena capital que es condenado por los grupos de derechos humanos.
La última ejecución, un detenido jordano, supuso la última de un total de 138 ejecuciones en el año, frente a las 69 del año pasado, según un recuento de AFP. En 2020 se llevaron a cabo 27 condenas a muerte y 187 en 2019.
“La vida de las personas condenadas a muerte por delitos relacionados con las drogas y otros delitos está en peligro”, afirmó Amnistía Internacional en un comunicado la semana pasada, luego de que se confirmara la ejecución de dos ciudadanos paquistaníes por contrabando de heroína. “Independientemente de los delitos cometidos, nadie debería sufrir este castigo cruel, inhumano y degradante”.
Agencias DPA y AFP