Durante los últimos cuatro días Khieu Samphan y sus abogados han presentado sus argumentos de apelación frente a la condena de cadena perpetua que dictó en su contra un tribunal especial de la ONU en el 2018. Los cargos que enfrenta el nonagenario acusado incluyen “crímenes contra la humanidad, exterminio, persecución política y otros actos inhumanos” por el genocidio de Camboya.
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Sampham es el último líder que sigue vivo de los Jemeres Rojos, nombre que adoptó el Partido Comunista de Kampuchea, territorio actualmente conocido como Camboya, en el sudeste asiático.
En el 2006, el Gobierno Camboyano y la ONU crearon las Cámaras Extraordinarias de las Cortes de Camboya (CECC), un tribunal especial para juzgar a los responsables del genocidio que tuvo lugar en dicho país entre 1975 y 1979.
¿QUIÉNES FUERON?
Originado en 1951 como parte del Partido Comunista de Vietnam, el Partido Comunista de Camboya recibió el apodo de Jemeres Rojos de parte del entonces rey Norodom Sihanuk. Aunque los miembros de la organización prefieren el término kampucheano que jemer, ambos gentilicios son sinónimos y hacen referencia a la región de Camboya.
Su ideología se fundamenta en una interpretación del maoísmo enfocada en la defensa del campesinado y el rechazo a las ciudades por considerarlas elitistas. Además, desarrollaron un nacionalismo extremo en rechazo a la subordinación que vivieron durante años por parte de los vietnamitas.
Su líder histórico fue Pol Pot, apodado el Hermano Número 1, de la mano de quien accedieron al poder en 1975 tras tomar el control de la capital Nom Pen, en gran parte gracias al apoyo de China. Durante su régimen, Pol Pot reubicó a la población en el campo e inició una masiva persecución de intelectuales y profesionales de diversos rubros a los que consideraba enemigos burgueses.
GENOCIDIO ESPANTOSO
Con los jemeres en el poder se llevó a cabo el denominado genocidio de Camboya, una serie de matanzas y persecuciones que acabaron con entre 1,5 millones y 2 millones de ciudadanos.
Lo que buscaban los Jemeres Rojos era “purificar la raza”, objetivo similar al de la Alemania nazi de Adolf Hitler.
Durante este periodo, los partidarios de Pot llevaron a cabo torturas, ejecuciones masivas y obligaron a trabajos forzosos a toda la población, gran parte de la cual terminó pereciendo a causa de la desnutrición.
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Pero el terror de Pot no solo se limitó a las fronteras de Camboya -o Kampuchea Democrática como rebautizaron al país-, sino que se extendió hasta parte del norte de Vietnam.
Este factor terminaría siendo determinante para la caída del régimen, pues a finales de 1978 el ejército vietnamita emprendió una campaña contra Kampuchea que terminó en 1979 con la conquista de Nom Pen.
Tras la invasión se descubrió la existencia de al menos 20 mil fosas comunes conocidas como campos de la muerte, en los que yacían los restos de las víctimas de la tiranía de los jemeres.
EL ROL DE KHIEU SAMPHAN
Bautizado como el Hermano Número 4, Khieu Samphan estudió Ciencias Económicas en París junto al mismísimo Pol Pot y otros dirigentes del futuro Jemer Rojo, denominados Grupo de Estudio de París.
Desde su formación académica destacó su intención de lograr una autonomía nacional en Camboya basada principalmente en la fuerza agraria del país. En 1956 las autoridades francesas prohibirían la difusión de su pensamiento en territorio galo, lo que terminó estrechando aún más el lazo con Pot y otros miembros.
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El líder de los Jemeres Rojos terminaría casándose con la hermana de Samphan, sellando la unión entre ambos.
Con la llegada de los partidarios de Pot al poder en 1975, Samphan se mantuvo siempre como parte de la cúpula más alta. En 1976 fue elegido presidente de la Kampuchea Democrática, cargo que mantuvo hasta la llegada de los vietnamitas.
Tras la caída de los Jemeres Rojos, Samphan lideró el gobierno rebelde jemer que fue reconocido hasta 1982. Tres años más tarde sustituyó al mismo Pot como líder del partido y no cedió el poder hasta la rendición oficial del grupo, que había degenerado en una guerrilla asentada cerca de la frontera con Tailandia en 1998.
Tras rendirse, los Jemeres Rojos recibieron una amnistía. Sin embargo, en noviembre del 2007 fue arrestado en el antiguo fuerte de los Jemeres Rojos, ubicado en Pailín, y trasladado a Nom Pen para ser juzgado.
JUICIOS HISTÓRICOS PERO TARDÍOS
La larga supervivencia de los Jemeres Rojos evitó que se estableciera un tribunal especial hasta finales de los años 90. Por otro lado, la muerte de Pol Pot en 1998 decepcionó a quienes pedían verlo en el banquillo de los acusados.
Otro factor en contra del establecimiento del tribunal fue la oposición local a que este fuera uno internacional, controlado por Naciones Unidas, pues exigían que lo dirigieran autoridades locales.
Finalmente, en el 2006 se crearon las CECC, apodadas como los Tribunales de los Jemeres, para juzgar a los responsables del genocidio. Un año después Samphan fue arrestado.
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La sentencia contra Samphan llegaría recién en noviembre del 2018, cuando las CECC resolvieron el caso contra él y Noun Chea, el Hermano Número 2 de los Jemeres Rojos, fallecido en agosto del 2019.
Durante su apelación a dicha sentencia, Samphan asegura que no ha sido juzgado objetivamente, alegando que se lo sanciona por lo hecho por el grupo y no como individuo.
“Al final de este largo caso, es importante para mí informarles, especialmente al pueblo camboyano, de que nunca he querido cometer un crimen contra mis compatriotas o contra nadie más”, dijo el nonagenario según la agencia EFE.
“No importa lo que decidan ni si muero en prisión. Moriré recordando siempre el sufrimiento de mi pueblo camboyano. Moriré viendo que estoy solo frente a ustedes. Se me juzga simbólicamente más que por mis actos como individuo (...) La independencia y la integridad territorial de las fronteras eran siempre mi objetivo. Mi objetivo no era alentar ataques contra civiles”, agregó antes de declararse inocente.
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