Kim Jong-un no es solo el líder de Corea del Norte. El joven autócrata es el hombre más poderoso de su país que, de tanto en tanto, se encarga de poner los pelos de punta al resto del mundo con sus amenazas nucleares. Pero además es un personaje.
El misterio que rodea su vida personal siempre ha sido motivo de elucubraciones y todos sus movimientos, acciones, exclamaciones o silencios son analizados escrupulosamente para tratar de interpretar lo que pasa en el hermético país.
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Como recuerda “The Washington Post”, cuando el dictador se reunió en el 2018 con el presidente de Corea del Sur, Moon Jae-in, un periódico de ese país pidió a siete expertos que analizaran cientos de imágenes en busca de pistas sobre el enigmático líder norcoreano. La conclusión de la investigación fue que Kim llevaba plantillas para parecer más alto.
Esta vez la atención está puesta en su repentina pérdida de peso. Después de casi un mes de no aparecer en público, el robusto hombre de 37 años salió ante los medios estatales visiblemente más delgado.
Algunos observadores señalan que Kim, que mide alrededor de 1,70 metros y pesaba unos 140 kilos, podría haber perdido entre 10 y 20 kilos.
Estas imágenes ya están siendo estudiadas por analistas en Corea del Sur, Estados Unidos y Japón que saben que cualquier señal sobre la salud del gobernante puede significar el destino de un país controlado por un régimen hereditario con ingentes ojivas nucleares.
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La salud de Kim ha sido una preocupación durante mucho tiempo debido a su peso y a su condición de fumador empedernido, sobre todo porque en su familia hay antecedentes de problemas cardíacos. De hecho, su padre y su abuelo, que gobernaron Corea del Norte antes que él, murieron por problemas de corazón.
Hace unos años se le vio caminando con bastón, y en abril año pasado se comentó que el líder norcoreano había sido sometido a una cirugía cardíaca. “Su estado de salud es un secreto de estado”, comentó en aquella oportunidad a este Diario el economista, docente de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos y experto en temas asiáticos Carlos Aquino.
“Si Kim simplemente adelgaza para estar más saludable, entonces eso probablemente mejora su posición dentro de su país y proporciona más previsibilidad ante países como Japón, Corea del Sur o Estados Unidos, que podrían estar más seguros que Kim seguirá dirigiendo el espectáculo”, comenta a NK News el analista Vipin Narang, profesor de Ciencia Política en MIT.
“Sin embargo, si [la pérdida de peso repentina] se debe a un problema de salud, es posible que las maniobras por su sucesión ya estén ocurriendo entre bastidores, y esa volatilidad podría ser un problema para el mundo exterior”, agregó Narang.
“Es más probable que su aparente pérdida de peso sea un intento de mejorar su salud que un signo de enfermedad”, comentó a AP Hong Min, analista senior del Instituto Coreano de Unificación Nacional, en Seúl.
“Si tuviera problemas de salud, no habría salido en público para participar de la sesión plenaria del Comité Central del Partido de los Trabajadores”, una importante conferencia política que se celebró la semana pasada, señala Hong.
“Es ridículo que la gente esté empezando a analizar qué tan suelto podría estar su reloj de pulsera”, dice con sarcasmo Jean H. Lee, exjefe de la oficina de la agencia AP en Pyongyang. “Sin embargo, si miras las fotos una al lado de la otra, parece que sí perdió algo de peso. Y hay un motivo real de preocupación: su padre y su abuelo murieron de ataques cardíacos”.
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La posible sucesión
Seo Yu-Seok, del Instituto de Estudios Norcoreanos, con sede en Seúl, señaló a AP que la reciente creación de una primera secretaría del Partido de los Trabajadores, que sería el segundo puesto por categoría en el gobierno, podría estar relacionado con posibles problemas de salud de Kim Jong-un. El líder norcoreano podría haber permitido que se creara el puesto tras peticiones de altos cargos, aunque aún no ha nombrado a nadie porque podría socavar su posición de poder.
“Si Kim tiene un problema real de salud y está en un estado en el que no puede expresar sus opiniones, aunque no haya muerto, ¿quién tomará la decisión de nombrar al primer secretario?”, se pregunta Seo.
Desde el 2018 ya se habla de Kim Yo Jong, la influyente hermana de Kim Jong-un, como su posible sucesora debido a que es una de las personas de mayor confianza del líder norcoreano, es de su propia familia y ha tenido una exposición mediática inusitada.
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