Tokio (EFE)
El primer ministro de Japón, Shinzo Abe, anunció que ha decidido levantar parte de las sanciones unilaterales que su país mantiene sobre Corea del Norte después de que el régimen de Kim Jong-un haya aceptado investigar los secuestros de ciudadanos nipones que llevó a cabo hace décadas.
Abe aseguró que el Gobierno Japonés "va a levantar parte de las medidas impuestas" cuando Corea del Norte ponga en marcha su investigación sobre los secuestros, algo que podría suceder en las próximas semanas.
En este sentido, el primer ministro explicó que el Ejecutivo ha tomado la decisión después de considerar que el comité que Corea del Norte va a poner en marcha para estudiar los secuestros está "suficientemente capacitado" para resolver el asunto, según las declaraciones recogidas por la agencia Kyodo.
Ambos países acordaron en mayo que Pyongyang trataría de resolver los secuestros y que Tokio rebajaría las sanciones unilaterales -como restricciones al viaje y al envío de remesas- que mantiene sobre Corea del Norte siempre que las conclusiones de la investigación resulten satisfactorias.
Desde entonces, según los medios nipones, parece que se han producido aparentes avances en las negociaciones que representantes de ambos países han mantenido sobre la investigación de los secuestros y la normalización de sus relaciones.
El último encuentro bilateral se celebró esta semana en la embajada de Corea del Norte en Beijing y estuvo encabezado por el director general de la sección Asia Pacífico del Ministerio de Asuntos Exteriores nipón, Junichi Ihara, y el representante norcoreano para la normalización de relaciones con Japón, Song Il Ho.
Tokio sostiene que entre 1977 y 1983 al menos 17 japoneses fueron secuestrados por Corea del Norte para impartir lecciones de cultura e idioma en sus programas de adiestramiento de espías.
Hasta el momento, solo cinco de ellos han podido regresar a su país y hasta ahora Pyongyang había asegurado que el resto falleció o que ni siquiera pisó suelo norcoreano.
Las sanciones unilaterales de Tokio a Pyongyang incluyen la congelación de activos de organizaciones y personas ligadas a Corea del Norte y restricciones sobre los visados para residentes norcoreanos en Japón y sobre el envío de remesas de éstos.
Desde hace años Tokio ha puesto como condición primordial la resolución de los secuestros para levantar las sanciones y normalizar los lazos con Corea del Norte, Estado que no reconoce y con el que no mantiene relaciones diplomáticas.