El reciente lanzamiento de globos de desechos por parte de Corea del Norte hacia Corea del Sur va más allá de un mero acto de provocación: representa una estrategia multipropósito dirigida a efectos políticos y psicológicos. En otras palabras, tiene como objetivo incitar disturbios dentro de Corea del Sur, atizar conflictos internos (especialmente sobre la política de Corea del Norte) y enviar un mensaje político a la comunidad internacional, particularmente a Estados Unidos.
En mayo de este año, Corea del Norte comenzó a lanzar grandes cantidades de globos llenos de desechos hacia Corea del Sur como medida de represalia, alegando que las ONG surcoreanas estaban enviando folletos de propaganda a Corea del Norte bajo el lema de ‘difusión de información’. Hasta la fecha, más de 5.000 globos han sido enviados a través de la frontera en más de 20 ocasiones, llevados por los vientos del noroeste. Incluso ahora, con las actividades de envío de folletos por parte de las ONG de Corea del Sur detenidas, es muy probable que muchos globos enviados por Corea del Norte sigan a la deriva hacia Corea del Sur por los cielos.
Estos globos de desechos transportan basura doméstica y sustancias insalubres y malolientes que causan malestar y daños ambientales. También han surgido informes de globos que contienen dispositivos explosivos, como bombas incendiarias con temporizador, que amenazan directamente las vidas y la seguridad de los ciudadanos surcoreanos. Además de los daños a la propiedad por los choques de globos y los incendios, los costos sociales de la recolección y eliminación de los desechos han aumentado significativamente.
Esta táctica de envío de globos puede interpretarse como un ejemplo clásico de las provocaciones asimétricas de Corea del Norte. Una provocación militar directa provocaría una fuerte respuesta de Corea del Sur y la comunidad internacional, por lo que Corea del Norte recurre a provocaciones poco convencionales de nivel relativamente bajo para provocar a Seúl. El objetivo es generar malestar físico y al mismo tiempo crear ansiedad social. Además, Corea del Norte espera que los conflictos internos en torno a las respuestas de Corea del Sur, como las transmisiones por altavoces dirigidas al Norte, generen desconfianza pública en el gobierno.
También existe una interpretación de que las provocaciones de Corea del Norte con globos de desechos son parte de una estrategia externa más amplia dirigida no solo a Corea del Sur, sino también a las elecciones presidenciales de EE.UU. y la política hacia Corea del Norte. Pyongyang puede creer que la victoria electoral de Donald Trump sería favorable para cambiar las futuras políticas estadounidenses hacia Corea del Norte, en lugar de que Kamala Harris continúe con las políticas de la Administración Biden.
Es probable que Corea del Norte vea a Trump, quien ha tenido una relación personal con Kim Jong-un, como una mejor opción para influir en la política estadounidense a su favor.
Actualmente, con Medio Oriente al borde de la guerra y el prolongado conflicto en Ucrania, la influencia de Estados Unidos está siendo cuestionada y los índices de aprobación del presidente Biden se han desplomado. Esta disminución del poder de Estados Unidos para prevenir la guerra señala una oportunidad para la campaña de Trump, lo que hace que una victoria en las elecciones parezca más alcanzable. Trump ha prometido alcanzar la paz en Medio Oriente y poner fin rápidamente a la guerra en Ucrania como parte de sus promesas de campaña. En este contexto, el aumento de las tensiones en la península de Corea podría jugar a su favor.
Corea del Norte, plenamente consciente de la estrategia electoral de Trump, puede haber aumentado deliberadamente las tensiones en la península de Corea para aumentar las posibilidades de Trump de ganar. En lugar de costosas provocaciones con misiles, Corea del Norte probablemente concluyó que podría lograr tanto “provocar conflictos internos en el Sur” como “apoyar a Trump” lanzando globos de desechos de bajo costo que podrían desplegarse en cualquier momento y lugar.
En el pasado, Trump expresó interés en aliviar las sanciones a Corea del Norte y negociar un acuerdo de paz para la península de Corea, y sus opiniones sobre la reducción de la presencia de tropas estadounidenses en Corea del Sur o el aumento de los costos de mantenimiento se alinean con los intereses de Corea del Norte.
Es probable que los lanzamientos de globos de desechos de Corea del Norte hacia el Sur continúen hasta que concluyan las elecciones presidenciales de Estados Unidos, con posibles fluctuaciones en la escala y el contenido. El gobierno de Corea del Sur debe adoptar una estrategia de respuesta más firme y clara, tomando medidas para aliviar las preocupaciones de seguridad pública. El fortalecimiento de la cooperación internacional y el mantenimiento de un mensaje coherente hacia Corea del Norte también son esenciales para garantizar una respuesta estable que no sucumba a las provocaciones norcoreanas.
Las provocaciones de Corea del Norte con globos de desechos pueden verse como una maniobra estratégica para mantener la dictadura de Kim Jong-un e influir en las elecciones presidenciales de Estados Unidos, con el objetivo último de fortalecer su poder de negociación en las futuras relaciones entre Estados Unidos y Corea del Norte.