China prometió y cumplió. En solo diez días, el país asiático construyó un hospital para tratar a los afectados por el coronavirus de Wuhan, que ya ha matado a 361 personas.
Desde hoy, el hospital Huoshenshan, que está ubicado en Wuhan y cuya construcción empezó el 23 de enero, está listo para atender a 1.000 pacientes del virus. Será operado por 1.400 miembros del personal médico de las fuerzas armadas que tienen experiencia en el tratamiento del virus SARS.
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¿CÓMO FUE LA CONSTRUCCIÓN?
El pasado 23 de enero, las imágenes de las palas mecánicas, las excavadoras, las máquinas que vierten concreto, se hicieron virales en todo el mundo. Las transmisiones en vivo en video mostraban a los trabajadores laborando día y noche en un gigantesco terreno.
Luego siguieron las imágenes de las grúas levantando enormes piezas de metal que eran montadas por los obreros.
“Han reproducido la técnica norteamericana de construcción. Son expertos en imitar y acortar tiempos... Lo que sí es admirable es su empuje, su vitalidad y su capacidad de organización con un volumen de mano de obra ingente. Pero repito, no hay ninguna innovación”, dice al diario español “El País” el arquitecto Ramón Araujo, director del Máster de Construcción y Tecnología en la Escuela Técnica Superior de Arquitectura de Madrid (ETSAM) y autor del hospital Infanta Leonor de la capital de España.
El arquitecto agrega que el sistema de construcción es el mismo que el de un edificio de oficinas europeo: “Son estructuras metálicas prefabricadas que se unen con tornillos. Es posible levantar un piso cada día. Solo hay que colocar los módulos que vienen completamente montados, con sus ventanas y sus instalaciones. No van ladrillo a ladrillo. Es lo más parecido a montar un vagón de tren”.
“El País” explica que es la misma técnica que se emplea para la construcción de hospitales militares y de campaña para organismos como ACNUR o la FAO.
Para levantar la construcción de 25.000 m2 se requirió de todos los obreros que quedaban disponibles en Wuhan. En esta ciudad se detectó el brote de coronavirus y permanece en cuarentena desde el 23 de enero.
Durante la construcción, los obreros debieron someterse a recurrentes controles de temperatura, así como cumplir estrictas medidas de seguridad.
Un segundo centro médico, llamado Leishenshan, con capacidad para 1.500 personas, está muy cerca de estar listo y se espera que abra sus puertas este jueves. Ambos establecimientos tratarán de aliviar el colapso que sufren los centros médicos en Wuhan.
Según el gobierno de China, el presupuesto para la construcción y el material de los dos hospitales es de 300 millones de yuanes (43 millones de dólares).
Muchos de los integrantes del personal médico militar designado para trabajar en Huoshenshan participaron en la lucha contra el SARS (síndrome respiratorio agudo severo) en el 2003 en el hospital Xiaotangshan en Beijing o en la misión contra el ébola en Sierra Leona y Liberia. Por ello, tienen una amplia experiencia en el tratamiento de enfermedades infecciosas.
Precisamente, China construyó en Beijing un centro médico en un tiempo récord –una semana– durante la mortífera epidemia del SARS. Entonces el proyecto se realizó ensamblando elementos prefabricados, un modelo que fue imitado esta vez.
El coronavirus, que es transmisible entre humanos y ya se ha propagado por 24 países, ha obligado a los gobiernos a evacuar a sus ciudadanos de China.
CLAMOR CHINO
El gobierno de China pidió el lunes ayuda urgente en máscaras, gafas y vestimentas de protección para hacer frente al coronavirus.
“Lo que China necesita de urgencia son máscaras, trajes y gafas de protección”, declaró la portavoz adjunta del ministerio de Asuntos Exteriores, Hua Chunying.
Varios países, entre ellos Francia, Reino Unido, Japón y Corea del Sur, ya enviaron material médico a China, agregó la portavoz.
Entretanto el país ha estado paralizado por el temor al virus que ha contaminado ya a más de 17.000 personas, y el ministerio de la Industria reconoció este lunes que, tras concluir el domingo las largas vacaciones del Nuevo Año Lunar, las plantas retoman su producción y funcionan a un 70% de su capacidad.
Las autoridades sanitarias chinas reportaron 57 decesos en las últimas 24 horas, en el peor saldo diario desde que el nuevo coronavirus fue detectado en diciembre en Wuhan, la capital de la provincia de Hubei.