El canciller chino Qin Gang recibió este domingo en Beijing al secretario de Estado de Estados Unidos, Antony Blinken, en el inicio de una esperada visita de dos días a China, con la que se buscan rebajar años de tensiones entre ambos países, acrecentadas en los últimos meses por el episodio del supuesto globo espía chino, la guerra de Ucrania y el apoyo de Washington a Taiwán.
Blinken es el funcionario estadounidense de mayor rango que visita China desde que el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, comenzó su mandato en el 2021.
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El secretario de Estado se reunió con el ministro de Relaciones Exteriores de China en un palacio situado en los antiguos jardines de Diaoyutai, en Beijing.
Tras una cita que duró unas siete horas y media, y que incluyó un banquete, el canciller chino remarcó que las relaciones entre las dos potencias “se encuentran en su punto más bajo desde el establecimiento de relaciones diplomáticas”.
La agencia EFE reseñó que Qin Gang sostuvo que el estado de los lazos bilaterales “no responde a los intereses fundamentales de los dos pueblos ni a las expectativas comunes de la comunidad internacional”.
La cadena estatal CCTV informó que el canciller chino formuló a Blinken “claras exigencias sobre los intereses esenciales y las principales preocupaciones de China, incluida la cuestión de Taiwán”.
“La cuestión de Taiwán está en el centro de los principales intereses de China, es el asunto más importante en las relaciones chino-estadounidenses y el riesgo más notable”, aseguró Qin Gang.
Además, Qin declaró que “la política de China hacia EE.UU. siempre ha mantenido la continuidad y la estabilidad, y se guía fundamentalmente por los principios de respeto mutuo, coexistencia pacífica y cooperación” y que el país asiático tiene el compromiso de construir una relación “estable, predecible y constructiva”.
El canciller expresó su esperanza de que Washington “mantenga una percepción objetiva y racional de China, se mueva en la misma dirección y que maneje las eventualidades inesperadas con calma, profesionalidad y racionalidad”.
”Ambas partes mantuvieron un diálogo largo, franco, profundo y constructivo sobre la relación general entre China y Estados Unidos y otros asuntos importantes relacionados”, informó CCTV.
Antony Blinken es el funcionario estadounidense
de más alto nivel en visitar China desde que lo hiciera en octubre del 2018 su antecesor en la secretaría de Estado, Mike Pompeo
En tanto, el portavoz del Departamento de Estado, Matt Miller, anunció que Qin Gang aceptó la invitación que le hizo Blinken para visitar Estados Unidos. Además, aseguró que las conversaciones fueron “constructivas”.
Miller enfatizó sobre “la importancia de la diplomacia y de mantener canales de comunicación abiertos en todos los ámbitos para reducir el riesgo de errores de cálculo”.
Blinken también planteó a su homólogo chino “una serie de temas de preocupación”, así como “oportunidades” en las que Washington y Beijing pueden cooperar, adeveró Miller.
”El secretario dejó claro que Estados Unidos siempre defenderá los intereses y valores del pueblo estadounidense y trabajará con sus socios y aliados para promover una visión de un mundo libre que defienda un orden internacional basado en reglas”, explicó Miller.
Blinken tendrá nuevas reuniones el lunes antes de abandonar China.
A continuación, las claves de las relaciones entre China y Estados Unidos:
Los temas que separan a las potencias
Originalmente, Antony Blinken debió haber visitado China en febrero de este año, pero el viaje fue cancelado y posteriormente reprogramado para junio, después de que Estados Unidos dijera que el globo que había derribado en su territorio estaba realizando tareas de espionaje para Beijing.
Pero no es lo único. Además del tema del mencionado globo espía, en los últimos meses Estados Unidos ha impuesto sanciones a empresas chinas acusadas de facilitar la producción de fentanilo, Washington también presionó a sus aliados para restringir la venta de semiconductores a China, reunió a otras economías avanzadas para contrarrestar la “coerción económica” de Beijing y firmó un nuevo y ambicioso acuerdo comercial con Taiwán, territorio considerado por China como su provincia.
Estados Unidos también ha cuestionado que China evite condenar la invasión rusa de Ucrania.
Uno de los momentos más tensos del último tiempo se dio en agosto del año pasado, cuando la entonces presidenta de la Cámara de Representantes de Estados Unidos, la demócrata Nancy Pelosi, viajó a Taiwán en visita oficial pese a las protestas de China.
Beijing interpretó dicha visita como una provocación y respondió con sanciones a funcionarios de EE.UU., la cancelación del diálogo con Washington en materias como defensa y crisis climática y lanzó maniobras militares a gran escala que terminaron cercando a Taiwán con buques de guerra.
Lo que se dice en China de las relaciones bilaterales
Antes de la llegada de Antony Blinken a Beijing, los medios oficialistas chinos remarcaron las bajas expectativas que existen con respecto al cambio de rumbo en las relaciones bilaterales que pueda marcar la visita.
“Aunque ninguna de las partes espera demasiado del viaje, la visita es una oportunidad para evitar que la relación bilateral siga deteriorándose y pase de ser mala a muy mala”, dijo el investigador de la Academia China de Ciencias Sociales Lü Xiang, citado por el diario Global Times.
“No está claro si Estados Unidos es sincero cuando dice que desea mejorar los lazos”, manifestó Lü.
El experto matizó y dijo que a juzgar por recientes declaraciones de funcionarios estadounidenses, el país norteamericano “se ha dado cuenta del peligro al que se enfrentan los lazos entre las dos potencias y de la urgencia de controlar el riesgo que ello conlleva”.
Mientras que Wang Yong, profesor de relaciones internacionales en la Universidad de Beijing, le dijo a CNN que “la opinión dominante en China es que las palabras y los hechos de Estados Unidos son inconsistentes: no hacen lo que dicen”.
En cuanto a los temas de interés de ambas potencias, el decano asociado de la Escuela de Estudios Internacionales de la Universidad Renmin, Jin Canrong, explicó a Global Times que “la cooperación económica, el conflicto entre Rusia y Ucrania, la cuestión de Taiwán y la preparación de las siguientes reuniones de alto nivel serán los elementos que tendrán prioridad durante la visita de Blinken”.
La cadena CNN recordó que días antes de su partida, Blinken recibió una dura reprimenda de su anfitrión chino, quien culpó directamente a Washington por el reciente aumento de las tensiones.
En una llamada telefónica con Blinken, Qin Gang, instó a EE.UU. a “mostrar respeto” por las principales preocupaciones de Beijing y dejar de interferir en sus asuntos internos, según Beijing.
Lo que se piensa en Estados Unidos de la visita de Blinken
En Estados Unidos también se han minimizado las expectativas con respecto al viaje de Blinken.
“La cobertura de la visita de Blinken a China no es tan extensa ni entusiasta como lo ha sido en Occidente”, dijo a CNN Yun Sun, director del Programa de China en el Centro Stimson, un grupo de expertos en Washington.
Mientras que el miércoles de la semana pasada, Daniel Kritenbrink, el principal diplomático del Departamento de Estado para Asia Oriental, le dijo a la prensa que Estados Unidos “no va a Beijing con la intención de tener algún tipo de avance o transformación en la forma en que nos tratamos entre nosotros... Vamos a Beijing con un enfoque realista y confiado y un deseo sincero de manejar nuestra competencia de la manera más responsable posible. Esperamos, como mínimo, que logremos ese objetivo”.
Por su parte, Juan Luis Manfredi, titular de la cátedra Príncipe de Asturias de la Universidad de Georgetown, en Washington, le dijo a la agencia EFE que “hay que rebajar las expectativas, pero es una buena señal que haya un interés en reforzar los lazos diplomáticos”.
El exdiplomático estadounidense Danny Russell descartó que la visita de Blinken vaya a propiciar “una resolución de los grandes temas de la relación sino-estadounidense, ni siquiera los pequeños”, indicó la agencia AFP.
“Pero su visita bien puede reiniciar el tan necesario diálogo cara a cara y enviar una señal de que ambos países están pasando de la retórica airada en la tribuna de prensa a sobrias discusiones a puerta cerrada”, agregó Russell, vicepresidente de Asia Society Policy Institute.
Qué puede cambiar después de la visita de Blinken
El analista internacional peruano Francisco Belaunde Matossian considera que la visita de Blinken forma parte de los esfuerzos de las últimas semanas para un acercamiento entre ambas potencias.
“Hubo una visita del director de la CIA a China y un encuentro en Viena del encargado de la Seguridad Nacional de Estados Unidos con un alto funcionario chino. Lo que se busca en realidad es mantener el contacto para evitar que pueda haber incidentes, pues hay serias discrepancias con temas como el de Taiwán y el del Mar de China Meridional, por ejemplo. Se busca que el deterioro de la relación no lleve a un enfrentamiento. Como se dijo en la reunión de Bali entre Joe Biden y Xi Jinping, se quiere ponerle un piso a la relación”, manifestó a El Comercio Belaunde Matossian.
“Biden dijo en la reunión del G7 de Hiroshima que esperaba que las relaciones mejoraran un poco. Y a largo plazo se busca llegar a algún tipo de acuerdo en cuestiones básicas para evitar que se sigan deteriorando porque es peligroso para la paz mundial. Un error de cálculo podría arrastrar a un conflicto armado”, remarcó el analista.
En cuanto a si la visita de Blinken representa la última oportunidad para mejorar las relaciones antes de las elecciones en Estados Unidos de noviembre del 2024, Belaunde Matossian opinó que puede haber otra ocasión para limar asperezas antes de esa fecha. “Efectivamente, el próximo año con las elecciones se puede complicar la relación, porque incluso hoy estamos viendo que hay críticos del Partido Republicano que dicen que cómo es posible que Blinken viaje a China con todos los problemas que hay, que eso es un mensaje de debilidad. La presión por parte de los republicanos para evitar ese tipo de encuentros va a aumentar”, anotó.
Belaunde Matossian indicó que en este contexto de relaciones peligrosamente tensas, cualquier Gobierno de Estados Unidos, incluido un hipotético de Trump en el futuro, buscaría no llegar a un desenlace apocalíptico. Pero agregó que “es mejor solucionarlo ahora en la medida en la que hay un Gobierno en Estados Unidos más profesional, más prudente”.
Por Marco Carrasco, Docente de Estudios de Asia Oriental de la Facultad de Derecho y Ciencias Políticas de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos.
Para los ojos de la sociedad china, esta visita es básicamente una contradicción. Por un lado está la imagen de Estados Unidos siempre indicando, por ejemplo, el respeto a la postura de la China única, pero por otra parte también se tiene la percepción de que en la práctica Washington no evidencia acercamiento. El ejemplo más claro es la última reunión del G7, donde algunos de los pronunciamientos, que fueron parte de la agenda que puso Estados Unidos, tenían que ver con criticar a China en temas relacionados con la economía y por el asunto de Taiwán.
Coincido en que se ve con poca credibilidad a Estados Unidos en el lado chino. Los chinos consideran que Washinton no tiene una postura uniforme entre el discurso y lo que hace. No genera confianza.
Por el lado de Estados Unidos, hay una gran cantidad de temas en agenda más allá de Taiwán, como la guerra de Ucrania y la postura de China de no condenar a Rusia.
En general, no se puede cambiar la situación de enfriamiento de las relaciones entre las dos potencias de una forma tan rápida, no basta con una visita como la que hizo Blinken. Más bien queda como un gesto que no tendría un impacto mayor.
En cuanto a si fue la última oportunidad para rebajar la tensión antes de las elecciones de Estados Unidos de noviembre del 2024, pienso que aún quedan dos ocasiones para mejorar la relación: primero, puede haber un acercamiento entre Xi Jinping y Joe Biden en la reunión del G20 de setiembre que se realizará en la India.
Entonces, siendo el G20 una plataforma donde van a coincidir los países que tienen el mayor peso en la economía global, es un momento clave para que pueda haber una discusión entre EE.UU. y China.
La segunda oportunidad clave será en noviembre, cuando se desarrolle la cumbre de la APEC en EE.UU.
Es bastante claro que ambos países buscan evitar que un error de comunicación los lleve a una guerra. Por ello, una de las ideas que se tenía del lado chino era que se pudiera llegar a algún acuerdo para que Estados Unidos reduzca su presencia militar alrededor de Taiwán. Eso da a entender que hay ánimos para que no escalen los temas militares. Pero también es cierto que en los últimos años China ha ido incrementando su inversión en Defensa y está expandiendo su capacidad militar en proporciones mayores a las estimadas inicialmente.
En general, creo que ambas partes no buscan llegar a una situación de guerra. Pero puede haber un traspié que convulsione la situación, especialmente por el factor Taiwán. Ambas partes saben que una guerra de esa escala es bastante peligrosa y van a tratar de evitarla.
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