GUSTAVO KANASHIRO FONKEN @gkanashiro Redacción web

“La voz del pueblo es la más sonora salva”, decía Pedro Calderón de la Barca. Hoy, 400 años después, la misma frase es recordada tácitamente por los gobiernos que hacen valer sus procesos electorales y es el principal argumento para que los resultados de las urnas sean incuestionables. Bajo esta sombra cabe evaluar lo que ha ocurrido en las islas Malvinas, donde las salvas que sonaron casi al unísono fueron las británicas.

“Lo que ha hecho Reino Unido al organizar este referéndum es dar un mensaje a la comunidad internacional: que no tiene la más mínima intención de ceder las islas Malvinas, ni siquiera de sentarse en una mesa con Argentina para negociar su destino”, dijo para elcomercio.pe el internacionalista Ernesto Velit.

El resultado del referéndum que se llevó a cabo el domingo pasado para averiguar qué nacionalidad elegían sus pobladores fue claro y, a opinión de Velit, incuestionable. El 99,8% votó a favor de seguir siendo reconocidos como territorio dependiente de Reino Unido de ultramar, lo que llevaría a un final definitivo a las disputas por la soberanía de estas islas.

Los resultados eran previsibles, tanto para los británicos como para la comunidad internacional. A pesar de esto, muchos países, sobre todo latinoamericanos, mostraron su respaldo a la intención argentina de recuperar la soberanía sobre las islas. Pero los resultados de las urnas llevarán a que estos gobiernos replanteen su postura con respecto a las Malvinas.

“La comunidad internacional, particularmente América Latina, tendrá que entender que el destino de las islas Malvinas ya ha sido definido y tendrán que adoptar su política internacional frente al Reino Unido en la dirección que el propio pueblo ha decidido”, añadió el especialista, quien calificó como “absurda” cualquier intención de ignorar el referéndum.

DE MOTIVACIONES CUESTIONABLES Solo tres personas votaron por la negativa a seguir siendo considerados parte del Reino Unido, lo que hace inevitable preguntarse por qué Argentina sigue reclamando su soberanía hasta ahora, ignorando la voluntad de los pobladores a quienes les niegan el derecho a participar en un debate que el gobierno de Cristina Fernández solo quiere resolver con los británicos.

“Son gestos del gobierno argentino por satisfacer a algunos sectores de la sociedad, principalmente a los que, de tiempo en tiempo, tienen estos arranques nacionalistas que, como sabemos, no llevan a ningún resultado favorable”, explica Velit.

Esto llevaría a que Argentina busque instancias como la Corte Interamericana de Justicia, cuyas puertas podrían resultar abiertas para evaluar la cuestión. Sin embargo, es muy poco probable que la conclusión a la que puedan llegar difiera de la voluntad de los pobladores de las Falkland.

SANGRE BRITÁNICA ¿Por qué la victoria británica fue casi unánime? Desde 1833 se iza la bandera británica en estas islas del Atlántico Sur. Se trata, entonces, de generaciones que han nacido y crecido bajo el paraguas del imperio británico y que, por si fuera poco, lo único que recuerdan de Argentina es un intento por regresar a las Malvinas a través de las armas en 1982. Una guerra no es una memoria grata para los isleños.

“Sería absurdo que los gobiernos de la región no entiendan el mensaje. Esto obligará a que replanteen su manera de conducir sus relaciones con el Reino Unido. Es un asunto que terminó y no hay manera de revertirlo”, concluyó el internacionalista.

Han pasado 400 años desde que Calderón de la Barca habló sobre la voz del pueblo. Ya no hay salvas, ni disparos, ni armas para hacer llegar un mensaje simbólico. Lo que necesitó Reino Unido para dejar claro su mensaje fueron las urnas y solo cabe aceptarlo: las islas Malvinas quieren seguir y seguirán siendo británicas.