Solo el 36,4% de Siria y el 40,8% de Irán superaban en marzo al 24,2% de inflación anualizada de Venezuela, según las últimas cifras disponibles del Fondo Monetario Internacional (FMI) que permiten hacer una comparación global del índice de precios. De hecho, al revisar las estadísticas del FMI, Venezuela está codo con codo con el 22% anual de Bielorrusia, país que fue el campeón mundial de la inflación en el 2012 (con casi el 60%).
Tanto Irán y Siria, como también Bielorrusia son estrechos aliados políticos de Venezuela fuera de América Latina. Pero la nación sudamericana es la única de este grupo que no está en medio de una guerra civil o sometida a sanciones económicas por parte de Naciones Unidas o la Unión Europea. Al contrario, Venezuela tiene las reservas probadas de petróleo más grandes del mundo (bajo control del Estado), y al país ingresan cada año unos US$85.000 millones por concepto de exportaciones de crudo.
No obstante, la familia común venezolana padece la escasez recurrente de bienes básicos y además tiene que hacer malabarismos y apretarse el cinturón para no sucumbir ante una cesta de la compra que cada vez supone un golpe más duro para el bolsillo.
APRETÁNDOSE EL CINTURÓN Hace un año en mercado gastaba 2.500 bolívares (US$396, al cambio oficial), ahora no bajo de 4.000 (US$634) y sólo con lo necesario. Ya no compro chucherías (dulces), nada de helados o chocolates, le contó a BBC Mundo Josefina, ama de casa jubilada residente en un barrio acomodado del este de Caracas.
Es decir, esta jubilada, que describe la situación que vive el país como crítica, ha sobrellevado la inflación a base de evitar gastar en lo no esencial. Para la limpieza, por ejemplo, antes compraba productos específicos para baldosas, poceta (inodoro)… Ahora me tengo que aguantar con uno genérico para el baño, agregó.
Por su parte, Fabiola, empleada de hogar residente en el peligroso y depauperado barrio de Petare, casualmente también comenta que al hacer mercado hace un año gastaba 2.500 bolívares y ahora 4.000, aunque en su caso es para una familia de tres. Al igual que Josefina, Fabiola se las arregla renunciando a cosas, aunque más básicas. Antes compraba casi de todo, hasta carne, ahora de carne nada, echo de menos la carne, pero es que está todo muy caro, le dijo a BBC Mundo. El pescado ya me tengo que ir cohibiendo. Gracias a que el pollo tiene el precio regulado (lo puedo comprar), aunque es difícil conseguirlo, agregó.
Fabiola dejó de acudir a la red estatal Mercal, atractiva por sus precios subvencionados, pero que normalmente se caracteriza por enormes filas de compradores, lo que obliga al consumidor a llegar al filo de la madrugada para conseguir puesto que tenga probabilidades de comprar el producto.
Hay gente que amanece en la puerta del Mercal. Hay que estar allí desde las cuatro de la mañana para alcanzar a comprar algo y la verdad es que no vale la pena arriesgar la vida saliendo a esa hora por Petare, dijo.
CERCA DEL 40% Cuando se revisan las cifras oficiales del Banco Central de Venezuela (BCV) se aprecia que la inflación anualizada según los últimos datos disponibles se acerca a 40%. Nada más en la primera mitad del año, el índice de precios subió 25%, lo que ya supera el costo de la vida anualizado que estimaba en marzo el FMI. Solo en el rubro de alimentos y bebidas no alcohólicas, en lo que va de año, los precios han subido más de un 31%.
Por poner un ejemplo concreto, el huevo –alimento de alto consumo que no está sometido a precios regulados– hace un año se decía que se había disparado a los 40 bolívares (US$6,3) por un cartón de 30 unidades. El ascenso del producto, por lo visto, no ha hecho más que acelerarse y con ese dinero, en la actualidad, solo se puede adquirir una docena.
Eso, entre otras cosas, porque es un producto que no está en la lista de los sometidos a control de precios del gobierno, como lo están el pollo, la leche o el pan, entre otros. Estos continúan a precios asequibles para los venezolanos, el problema es que son los afectados por la escasez, desaparecen recurrentemente de las estanterías.
El presidente Nicolás Maduro habló recientemente de un sobrecalentamiento del consumo para explicar la inflación en Venezuela. Lo vamos a corregir, a resolver con más producción. También estamos trayendo algunos productos, dijo el presidente en un acto público en junio. Según el Instituto Nacional de Estadística, Venezuela importa el 30% de los alimentos que consume.
El objetivo declarado por el ministro de Finanzas, Nelson Merentes, es reducir la inflación a valores de un solo dígito en el 2014. El ministro afirmó la semana pasada que incluso prevé que, al tiempo que se acelere el crecimiento, se ralentice la subida de precios.
La inflación, no es que se va a reducir su monto global, pero sí se va a desacelerar con respecto al primer semestre. Es decir, que parece que no vamos hacia esa vía que plantean algunos analistas, dijo aludiendo a quienes hablan ya de estanflación, inflación con estancamiento.
LA MAYOR DEL MUNDO EN 2013 Sin embargo, no son pocos los analistas poco optimistas. Uno de ellos es el economista Jesús Casique, director de la consultora Capital Market Finance, quien prevé una aceleración de la subida de precios para los últimos meses del año.
El último trimestre va a repuntar. Tenemos que tomar en cuenta el próximo incremento salarial y que el último trimestre las empresas pagan bonos y aguinaldos, lo que tiene impacto en la demanda y los precios, le dijo Casique a BBC Mundo.
El analista explica la altísima inflación del país por las políticas del gobierno de incrementar la cantidad de dinero en circulación y el alto nivel de gasto público, el desorden monetario y el desorden fiscal, afirma. La liquidez monetaria ha crecido un 64% de julio del 2012 a julio del 2013, y así es imposible controlar la inflación, le dijo Casique a BBC Mundo.
Además, señaló que en su presupuesto el gobierno estima sus ingresos sobre la base de un precio del barril de petróleo que equivale a la mitad del valor del barril de crudo en el mercado.
El diferencial son recursos extraordinarios que maneja el Ejecutivo a su libre discrecionalidad, lo que impulsa el gasto y hace que el presupuesto ejecutado resulte en hasta un 40% más que el inicial, agregó.
Tampoco olvida otros elementos, como la devaluación de febrero de un 46,5%, las tres tandas de aumentos de los salarios decretados por el gobierno, así como la baja productividad que aqueja al país.
Para Casique, la inflación cerrará 2013 entre un 46% y 48%. El FMI habla de 27%, pero esa previsión es de abril. Ya es inviable, solo en el primer trimestre la inflación acumulada es de un 25%. La de Venezuela será la mayor inflación del mundo en 2013.