Katmandú. Decenas de miles de personas pasaban la noche al aire libre entre el frío y relámpagos después de que un terremoto devastó el sábado Nepal, donde provocó más de 1.800 muertes así como el derrumbe de casas, templos y un alud en el monte Everest.
Las autoridades advirtieron que la cifra de muertos podría aumentar a medida que lleguen nuevos informes de zonas remotas.
El inspector de la policía nacional de Nepal, Yuvraj Khadka, señaló que los esfuerzos de rescate continuaban durante la noche. Más tarde el ministerio nepalés de la Vivienda dijo que la cifra alcanzó las 1.805 personas, lo que coloca la cifra total de fallecidos en todos los países afectados en 1.865, incluyendo la India, Bangladesh y el Tíbet.
El temblor de magnitud 7,8 es el peor movimiento telúrico que haya asolado a esta nación pobre del sur de Asia en más de 80 años.
Más de dos decenas de réplicas sacudieron el área después del primer terremoto, que azotó justo antes del mediodía.
Los daños fueron relativamente menores en el sector pudiente de Katmandú, porque las casas son robustas y de baja altura. Pero la gente no tuvo la misma fortuna en otras partes de la ciudad, donde los edificios son antiguos y están mal construidos.
Según los meteorólogos, habría lluvia y aguaceros con truenos la noche del sábado y el domingo. Miles de personas están pasando la noche en Tudikhel, un campo amplio en medio de Katmandú, a un lado de la ciudad vieja donde hay edificios históricos y carriles estrechos. Ahora este sector está en ruinas.
La gente estaba acostada sobre plásticos o cajas de cartón y se tapaba con frazadas. Las madres mantenían calientes a sus hijos; algunas personas prendían fogatas con leña o ramas y la mayoría comía galletas y sopas instantáneas.
Deepak Rauniar, empleado de una tienda, departía con amigos cuando ocurrió el sismo. "Estamos muy asustados para regresar a nuestro apartamento. Está rodeado por casas, la mayoría antiguas. Las casas podrían derrumbarse mientras estemos dormidos", afirmó.
Aeropuerto sigue cerrado
El primer ministro Suhil Koraila, que asistía a una cumbre en Yakarta, intentó apresurar su regreso a Nepal pero solo llegó hasta Bangkok, en Tailandia, donde su vuelo de conexión a Katmandú fue cancelado debido a que el aeropuerto internacional de esa capital estaba cerrado para los vuelos comerciales.
Aviones de la Fuerza Aérea de la India fueron autorizados para que llevaran 43 toneladas de asistencia, como tiendas de campaña y alimentos, y casi 200 socorristas, dijo el portavoz del Ministerio del Exterior indio, Vikas Swarup.
Los hospitales en el Valle de Katmandú estaban saturados, carecían de espacio para recibir más cadáveres y se les agotaban los suministros de emergencia, indicaron las Naciones Unidas en un comunicado.
"Continúan llegando informes sobre la devastación y aumenta el número de muertos, lesionados y afectados por este sismo", dijo el secretario general de la ONU, Ban Ki-Moon.
"Es evidente que se han perdido muchas vidas. Hay también daños considerables a la herencia cultural irremplazable de Nepal", agregó.
[AGENCIA AP]