Katmandú. Funcionarios de Nepal luchaban el lunes por obtener ayuda para las personas que quedaron sin hogar y sin alimentos por un devastador terremoto ocurrido hace dos días, mientras las morgues iban quedando “completamente llenas” por la tragedia que ya dejado más de 4.000 muertos.
Hacia la tarde, la cifra de fallecidos por el terremoto de magnitud 7,9 del sábado había trepado a más de 4.000 y los reportes que llegaban a cuentagotas desde áreas remotas sugerían que ésta podría aumentar significativamente.
"Las morgues están quedando completamente llenas", dijo Shankar Koirala, un funcionario de la oficina del primer ministro que está lidiando con la disposición de los cuerpos.
Las familias encendieron piras funerarias para los muertos en pueblos de todo el país.
Un funcionario de alto nivel del Ministerio del Interior afirmó que la cifra de muertos podría llegar a 5.000, en el peor desastre de este tipo en Nepal desde 1934, cuando 8.500 personas perdieron la vida.
El Aeropuerto Internacional de Tribhuvan de Katmandú operaba con restricciones porque muchos empleados no acudieron a trabajar, había gente intentando salir del país y una serie de réplicas forzaron su cierre varias veces desde el sismo.
El ministro del Interior, Bam Dev Gautam, estaba supervisando la entrega de ayuda y asistiendo a los pasajeros que querían dejar el país.
Funcionarios del Gobierno dijeron que necesitaban más suministros de comida, medicamentos, servicios especializados de rescate y bolsas para cadáveres.
Mientras tanto, la extensión del desastre de Nepal recién comenzaba a conocerse al llegar reportes de devastación desde otras partes del país.
En los Himalayas, cientos de montañistas permanecían atrapados en el campamento base, donde una enorme avalancha desatada por el terremoto dejó 17 muertos en el peor desastre en el Monte Everest.
Equipos de rescate, ayudados por un clima despejado, usaban helicópteros para buscar a decenas de personas varadas a gran altura, de a dos por vez.
En Sindhupalchowk, a unas tres horas de manejo al noreste desde Katmandú, la cifra de muertos había trepado a 875 y se esperaba que aumentara. En Dhading, cerca del epicentro del terremoto al oeste de la capital, 241 personas murieron.
"No hay nadie ayudando a la gente en los pueblos. La gente está muriendo donde está", dijo A.B. Gurung, un soldado nepalí que esperaba en el distrito de Dhading por un helicóptero indio que había llegado a Darkha, su pueblo.
El desastre ha subrayado el mal estado de las instalaciones médicas de Nepal, que tiene sólo 2,1 doctores y 50 camas de hospital por cada 10.000 personas, según un reporte del 2011 de la Organización Mundial de la Salud.
Fuente: Reuters