La guerra civil en Siria ha llevado a más de seis millones de niños a una situación de sufrimiento extremo, con 3,1 millones de menores afectados por el conflicto, otros dos millones desplazados internos y un millón refugiados en algún país vecino, informaron hoy organismos de la ONU.
Tras anunciarse la vergonzosa marca alcanzada de un millón de niños que han abandonado Siria con sus familias aunque muchos lo han hecho solos para refugiarse en alguno de los países vecinos, el alto comisionado de la ONU para los refugiados, Antonio Guterres, dijo que esta será una generación marcada por el trauma y la rabia.
Según los datos de su organismo responsable del registro y de la concesión del estatus internacional de refugiado, el 75% de los menores refugiados tienen menos de once años. Asimismo, unos 3500 habrían cruzado las fronteras sin sus familias.
Guterres reconoció que a pesar de los esfuerzos del suyo y de varios otros organismos humanitarios no se está haciendo lo suficiente para brindar a los niños el apoyo psicológico y material que necesitan. Precisó que del millón de niños refugiados se ha proporcionado ayuda psicológica a unos 167.000.
UNA SITUACIÓN QUE SE TORNA INSOSTENIBLE La directora ejecutiva adjunta de UNICEF, Yoka Brandt, recordó que hace exactamente un año había 70.000 niños refugiados y que en ese entonces nada hacia presagiar que la violencia escalaría a tal extremo que arrojaría a un total de dos millones de personas fuera de Siria.
El daño físico, el estrés, el miedo y el trauma son sólo una parte de los sufrimientos que los niños están experimentando en este conflicto. A ellos se agregan los riesgos de ser víctimas de trabajo forzoso, matrimonios precoces, explotación sexual y tráfico de personas.
A una pregunta de dónde colocaría el punto a partir del cual el número y situación de los refugiados será imposible de sostener, Guterres respondió que hace un año, ante la misma pregunta, hubiera respondido que el límite estaba muy por debajo de la realidad actual.
Por otra parte, reconoció que se han detectado casos de reclutamiento forzoso, tanto de niños como de adultos, en ciertos campamentos de refugiados, sobre todo en el de Zatari (Jordania), que con una población de 120.000 personas se ha convertido rápidamente en el segundo más grande del mundo.