Los actos religiosos y culturales para celebrar la canonización del beato salvadoreño Óscar Arnulfo Romero, asesinado en marzo de 1980 por un escuadrón de la muerte, comenzaron hoy en varios puntos de San Salvador.
En la Plaza al Divino Salvador del Mundo de la capital, donde Romero fue beatificado en mayo de 2015, se han hecho presentes cientos de personas, quienes luego caminarán por la Alameda Roosevelt para dirigirse en peregrinación hacia la Catedral Metropolitana.
Los jóvenes del grupo de música popular Utopía Kilómetro Cero, originarios de la zona del Bajo Lempa (oriente), deleitaron a los seguidores de Romero con sonidos inspirados en el también llamado "San Romero de América", nacido el 15 de agosto de 1917 en Ciudad Barrios (este).
Los asistentes, entre ellos panameños, guatemaltecos y hondureños, portan camisas alusivas a Romero y fotografías del beato.
"Es una verdadera emoción estar compartiendo con los hermanos salvadoreños este gran momento histórico (...) a partir de ahora Romero no es sólo de El Salvador, es de toda Centroamérica y eso nos llena mucho de alegría", comentó a Efe la hondureña Berta González.
En el frontispicio de la Catedral Metropolitana, donde se llevará a cabo una misa presidida por el padre José María Tojeira, de la jesuita Universidad Centroamérica (UCA), y una vigilia, se encuentra otro grupo de feligreses que presencia actos culturales y observa una exposición fotográfica de la vida de Romero.
Los "romeristas" también están llegando hasta la capilla del hospital de cáncer Divina Providencia, en cuyo altar fue asesinado monseñor Romero el 24 de marzo de 1980.
Diferentes templos católicos del país también se alistan para realizar vigilias a la espera de la canonización de Romero y para observar la transmisión de la ceremonia en directo.
El papa Francisco declarará este 14 de octubre santo a Romero, conocido como "la voz de los sin voz" o "San Romero de América" desde hace muchos años.
Romero, beatificado en mayo de 2015 en una multitudinaria misa, se caracterizó por denunciar constantemente en sus homilías los ataques de los cuerpos de seguridad contra la población civil y otras violaciones a los derechos humanos.
El religioso fue asesinado por un escuadrón armado de la extrema derecha mientras oficiaba misa en la capilla del hospital de cáncer Divina Providencia de San Salvador, previo al estallido de la guerra civil salvadoreña (1980-1992).
Fuente: EFE