Ángel Daniel Martínez y Joel salieron de Honduras para buscar una mejor oportunidad en Estados Unidos, pero al cruzar por México supieron de los secuestros y agresiones que frecuentemente sufren los migrantes centroamericanos. También se enteraron de que cada vez es más difícil cruzar la frontera.

Cambiaron de planes y decidieron quedarse en este país. Ahora esperan en Huehuetoca, un pueblo vecino a Ciudad de México, la oportunidad de encontrar un empleo.

Piensan que les va a ir bien, le dice a BBC Mundo Joel. Nos queremos quedar aquí, no precisamente por los papeles. Me gustaría encontrar un trabajo y conocer México, cuenta.

No son los únicos. Desde hace varios meses cada vez son más los migrantes centroamericanos que suspenden su viaje al norte y se quedan en el país.

Hasta ahora se desconoce cuántos toman esta alternativa, aunque organizaciones civiles y autoridades reconocen que la mayoría permanece de forma irregular.

Estimaciones del Centro de Estudios Migratorios del Instituto Nacional de Migración (INM), establecen que cada año unos 120.000 centroamericanos entran a México por su frontera sur.

Pero sólo unos cuantos deciden regularizarse. En 2012, por ejemplo, el INM entregó menos de 10.000 documentos migratorios a centroamericanos.

Guadalajara

La presencia de personas de Centroamérica sin documentos migratorios empieza a notarse en comunidades donde pocas veces habían llegado, o en ciudades en las que sólo estaban de paso.

Es el caso de Guadalajara, capital de Jalisco al occidente del país. Desde hace varios meses organizaciones civiles detectaron a decenas de hondureños y guatemaltecos que dormían en las calles de la ciudad.

Muchos se quedan en los albergues del Centro de Atención y Desarrollo Integral para Personas en Situación de Indigencia (CADIPSI), explica su director Jorge Ramón López Ramírez.

Están llegando más. No es un flujo excesivo pero en comparación con nuestros registros sí ha aumentado considerablemente, cuenta a BBC Mundo.

El 20% de las personas que atienden en CADIPSI son de Honduras, Guatemala o El Salvador, añade. Esto significa un promedio de unas cien personas al mes, una cantidad que hace unos años no existía en esa ciudad.

Guadalajara forma parte de una de las nuevas rutas migratorias para los centroamericanos, pues ante la violencia en la región noroeste de México –controlada en algunos puntos por carteles del narcotráfico como Los Zetas- cientos han elegido al norte a bordo de los trenes que recorren el oeste del país.

El problema es que esta línea del ferrocarril cruza por zonas desérticas donde las temperaturas pueden alcanzar los 50° C.

Por eso muchos se quedan en pueblos y ciudades de Jalisco, Nayarit, Sinaloa o Baja California, donde buscan empleo para asentarse por más tiempo. Así sucede en la capital de Jalisco, cuenta López Ramírez.

Muchos de ellos refieren que Guadalajara es un lugar bueno para desarrollarse y algunos dicen que se van a quedar a vivir aquí, encuentran un trabajo y luego rentan un cuartito para quedarse, indica. Muchos ya están regularizando su calidad migratoria.

Reforma migratoria

El reciente cambio en el fenómeno de las personas que cruzan México sin documentos preocupa a organizaciones no gubernamentales, sobre todo ante una eventual reforma migratoria en Estados Unidos que cierre su frontera sur.

Muchos migrantes en tránsito estarán obligados a quedarse en este país y eso puede crear nuevos problemas, le dice a BBC Mundo Jorge Andrade, del Colectivo Ustedes Somos Nosotros.

Hay una creciente xenofobia en las poblaciones, los estigmatizan porque mucha población en México no tiene oportunidades, explica. Los migrantes centroamericanos compiten por algunos empleos, o en otros casos provocan disgusto en las comunidades porque los albergues donde les ayudan suelen contar con servicios que los vecinos demandan sin éxito a las autoridades.

El disgusto ya se ha traducido en agresiones de los pueblos a los migrantes y los activistas que les ayudan. Y si aumenta el número de centroamericanos el problema puede crecer, coinciden especialistas.

¿Se puede repetir en México un fenómeno migratorio como el que padece Estados Unidos? No se sabe, reconocen especialistas, pero lo único claro es que el tema está ausente en el debate público. Y eso puede resultar una pesadilla.

Es una situación que se ha analizado poco, advierte Jorge Estrada. No sé cuáles son las medidas que esté tomando el gobierno porque México no es nada más un país de expulsión sino de tránsito, y se está convirtiendo en un país de destino.